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Todo a estribor hasta Peñíscola

Del puerto al plato

Benicarló a pie

Una caminata por la sierra de Irta

Benicarló a pie

Fotos: Mònica Torres

A medida que uno se aleja del mar van apareciendo los monumentos de esta ciudad con alma de pueblo. El auditorio Pedro Mercader se ubica en una antigua fábrica textil, al lado de una chimenea de ladrillo, vestigio del Benicarló industrial de principios del siglo XX. La tardobarroca iglesia de San Bartolomé es el siguiente hito, que se puede contemplar desde la terraza del café Brasil, reconocido por todos los vecinos. La visita concluye en el Museu de la Ciutat de Benicarló (Mucbe), ubicado en el convento de San Francisco.

Las gargantas de Ponga

Una caminata por la sierra de Irta

Fotos: Mònica Torres

Aunque se permite la entrada con coche al parque natural de la Sierra de Irta desde el 2 de septiembre, la forma de disfrutar este paraje del litoral mediterráneo sin edificar pasa por transitarlo a pie o en bicicleta. La oficina de turismo de Peñíscola cuenta con mapas para que el visitante realice la ruta que más le convenga en función de su condición. Ineludible una visita a la torre Badum, de 11 metros de altura y redonda, que al hacer de centinela supone un punto para ver el Mediterráneo desde las alturas.

Las gargantas de Ponga

Todo a estribor hasta Peñíscola

Fotos: Mònica Torres

Toni Besalduch suelta los cabos que mantienen amarrado su barco Buenamar en el puerto de Benicarló y avisa a capitanía de que se dirige hacia Peñíscola, el destino preferido de sus clientes. La salida dura toda la mañana y consiste en disfrutar de la propia navegación mientras Besalduch les cuenta la historia del conocido castillo del papa Luna, echar el ancla en las proximidades de las calas de la sierra de Irta, darse un baño y tomar un aperitivo. También organiza visitas al delta del Ebro.

Del puerto al plato

Fotos: Mònica Torres

Las gargantas de Ponga

Tan pronto como llegan los barcos pesqueros al puerto, a eso de las 5 de la tarde, se produce la subasta de las capturas en la lonja, un espacio al que acuden los pescaderos y al que está invitado cualquiera que le divierta ver cómo se van adjudicando los salmonetes, los lenguados, los langostinos… A la media hora, algunas de esas cajas con el género se ponen a la venta en los puestos del Mercat Central. Se puede comprar pescado y marisco y pedir en el bar El Mercat, ubicado dentro, que lo cocine a la plancha o al vapor por un suplemento pequeño.