Ciberpoema

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Poema

Me dicen, me importunan

Me dicen, me importunan: esta lengua es perecedera,la tuya, la mía, lo sé muy bien, la lengua de mi pueblo. Es perecedera. Lo que cuenta, sin embargo, es ue respiro en ella, que me soporta, que me lleva. La muerte, que queda claro, no desmiente la vida, la acota y punto. Ella, cada palabra, cada nombre, cada verbo, cada inflexión vibra e infunde alma hasta a los desiertos de sal, incluso a los yermos de la anatomía. Cuántas cosas nunca serían si ella no las dijera, nada ni nadie.

El impulso de hurgar, de empujarmás allá de los días y años, siglos, edades, y no sólo genética. Pienso en la cultura alrededor de la chimenea, risas y cuentos, el leño que silba y el perro a los pies, pan tostado y trozos de viandas, té y porcelana. Esta hijas es tu madre. Dale la mano.Ella te lleva, ella te empuja siglos y siglos. Jordi Sarsanedas

Llamados a comparecer

Por no decirlas las palabras se me han dicho. Cuando hacemos nuestro lugar él es quien nos pone en la boca. Ella ess quien nos sacude, la palabra a quien nos entregamos, dóciles al sentido que se deja tomar, como si una boca fueramos para ella. Porque es siempre ella. la palabra, la que duda de acudir a nosotros, de dejarse, o no acudir. Narcís Comadira

Sin léxico, sin vocabularios

Sin léxico, sin vocabulario, pasamos hojas en blanco del gran libro que el viento nos presenta, mensajero insistente. Carentes de ingenio desventurados, no dejaremos en él constancia de nada más que de nuestra malasangre, tradicional de tan agria o agria de tan tradicional.Bartomeu Fiol

Resonancias

Es una foto fija de la poesía catalana contemporánea. Una foto necesariamente parcial, ya que la selección de los poetas antologados está acotada cronológicamente.

• Jordi Sarsanedas
• Narcís Comadira
• Bartomeu Fiol

La voz que me falta

Me dicen, me importunan: esta voz es falsa, imaginación caprichosa de la falta de memoria. Hojas en blanco que me esperan, avergonzadas ante la desnudez impuesta. Antes pacientes, ahora han volado por mi ausencia. Enmudecen con ese recuerdo doloroso, húmedo y antinatural como yo. Son palabras, nunca colores acuosos, imágenes que lo cubren todo, sentidos que no mienten. Por no decirlas, ellas me han dicho. He de morir soñando ese día, alejada de sus claroscuros, los pinceles secos y los oleos a medias. Ajenas a mí lo tienen todo en sí mismas, Danzan sin música, sin vestidos, ni buenos zapatos, las he condenado a seguirme. En mi boca ellas mueren sangran, vibran y las tra go para no herirlas. No he de herir a quienes siempre he amado, por más lejos que me contemplen ahora.

Ajenas a mí lo tienen todo en sí mismas danzan sin música sin vestidos ni buenos zapatos las he condenado a seguirme. En mi boca ellas mueren sangran vibran y las trago para no herirlas.