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EL MISTERIO PASCUAL

Alma cristiana, al salir de este mundo

¡Entra dentro de ti mismo!

¡Purifíquense de la levadura vieja

¡Es verdad! ¡El señor a resucitado!

¡Feliz la culpa!

Haced esto en memoria mía

Murio por nuestros pecados

¿Qué significa este rito?

Índice

PASCUA

Se conmemora el paso de Dios. El acento se pone por completo en la iniciativa divina, o sea en la causa de la salvación más que en el efecto.

Es el hombre o el pueblo, quien pasa y es salvado. El pueblo es liberado para servir a Dios. Se conmemora el paso del hombre de la esclavitud a la libertad, del vicio a la virtud.

Antropocéntrica
Teocéntrica
¿Qué significa este rito?

Antiguo Testamento

LAS DOS CARAS DE LA PASCUA

Pone al hombre en el centro, como sujeto y protagonista de la Pascua. En este nuevo marco, toda la vida del cristiano y de la Iglesia es comprendida como un éxodo, como un camino continuo que comienza con la venida a la fe y termina con la salida de este mundo. La pascua al ser un paso del hombre , no residirá en el pasado, sino en el presente de la Iglesia donde se realiza dicho paso.Esta está basada en el paso del hombre.

Por el contenido histórico-conmemorativo y escatológico, se trata de una Pascua que no tiene como protagonista al hombre y ni siquiera al Dios del Antiguo Testamento, sino más bien a Jesucristo. Conmemora todo el misterio de Cristo, toda la historia de la salvación, que tiene como culmen a Jesucrito y se prolonga en la espera de su vuelta definitiva; por lo que también es denominada escatológica.Esta está basada en la inmolación.En las Iglesias del Asia Menor se remontan a la Pascua judía y al magisterio de Juan , celebrando la Pascua el 14 de Nisán y el resto de la cristiandad con Roma a la cabeza celebran el domingo siguiente.

Desde el principio, hasta el silo III

Pascua Antropológica

Pascua Cristológica o cristocéntrica

Las principales tradiciones pascuales de la Iglesia antigua.

La alegría más grande que una criatura humana puede darle a Dios, es la de compartir el destino de Jesús, «Siervo de Dios», llevando la propia «voluntad de obediencia» hasta el extremo, hasta obedecer en la más total oscuridad, como hizo Jesús en Getsemaní

Explicación mistica.Aspecto subjetivo o existencial.

Explicación teológica.Aspecto objetivo

Experiencia de Getsemaní
El amor de Jesús por los suyos que lo empuja a dar la vida por ellos

Para Pablo, ambos planos son indispensables para la salvación; no sólo el de la fe , sino también el de la historia. Si Cristo no hubiera resucitado realmente, nuestra fe estaría vacía.

Se distinguen dos planos: Historia o hechos y fe o significado de los hechos, fue entregado/ resucitó y el de la Fe o significado de los hechos, por nuestros pecados.

"Jesucristo fue entregado por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación"

"EL MISTERIO PASCUAL"

Aproximación de Fe.

Aproximación histórica.
Muerte y resurrección unidas constituyen el miesterio pascual.
¿En qué sentido la resurrección de Cristo forma parte del misterio pascual y en qué sentido ésta constituye el momento que llamamos «histórico» del misterio pascual?

¡ES VERDAD! ¡EL SEÑOR A RESUCITADO!

Aspecto espiritual (hacer de la Pascua ocasión de un encuentro personal con el Resucitado)

Aspecto teológico (significado soteriológico de la Pascua).

Aspecto litúrgivo (desarrollo de los ritos pascuales).

De esta Pascua litúrgica de la Iglesia se consideran, tres aspectos tal como han sido tratados por la gran tradición de los padres de la Iglesia:

Estas dos Pascuas tienen una base en común: FE

Hay un misterio pascual que se celebra en la liturgia y en la vida.Ambas Pascuas son inseparables y se alimentan entre sí.

Esta Pascua de Cristo se prolonga y se perpetua en la Iglesia en dos planos distintos, relacionados entre sí.

Existencial y personal, subjetivo, o moral.

Litúrgico y comunitario,objetivo o mistérico.

"HACER ESTO EN MEMORIA MÍA"

PASCUA CRISTIANA

Introducción a los misterios

FUNDAMENTADA EN DOS MOTIVACIONES

En la catequesis mistagógica tenía lugar algo parecido. La verdad de fe, universal y remota, era percibida de modo concreto y personal, gracias al recuerdo todavía vivo del agua sobre el cuerpo, del aceite sobre la cabeza y de la misma cándida vestidura que llevaban. La fe más viva es aquella que brota del ver y el oír a la vez.Lo específico de la catequesis mistagógica consiste en una relación que se establece entre los acontecimientos de la historia de la salvación y los ritos que hacen operantes y renuevan en el presente esos mismos acontecimientos.

Revelar los misterios más santos a personas todavía no pertenecientes plenamente a la Iglesia significaría exponer esos mismos misterios al peligro de la profanación.

Lo que es revelado de repente, después de haber sido largamente esperado, impacta más y permanece más impreso que lo que se va revelando poco a poco en un lapso de tiempo más largo

Esta catequesis tenía lugar después del bautismo y la llevaba a cabo el obispo personalmente.

MOTIVACIÓN PRUDENCIAL

MOTIVACIÓN PEDAGÓGICA

Catequesis mistagógica

"FELIZ LA CULPA"

La Pascua como renovación del mundo y como palingenesia cósmica.. La expresión quizá más elaborada es la que tenemos en una homilía escrita para la Pascua del año 387 d.C. La Pascua es allí definida como recapitulación, recreación, renovación, restauración, recificación. También el Exultet se hace eco de la Pascua como renovación cósmica. «Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos» El Exultet le hace dar un paso adelante a esta visión, es decir una renovación hacia delante, o para mejor.

Se resume toda la historia sagrada en cuatro noches que encuentran su punto de unión en la Pascua.

La Pascua como renovación del mundo

¿Qué es lo que constituye el verdadero núcleo de la salvación? ¿Qué es lo que confiere a la Pascua de Cristo ese significado absoluto y universal que la hace suficiente para salvar a los hombres de todos los tiempos? La respuesta está contenida en las palabras «redimir», «redención», «Redentor» que nos llevan directos al corazón de la teología del Exultet.

La tradición cristiana conoce dos sentidos de la Escritura: un sentido literal y un sentido espiritual. Estos dos sentidos son entre sí como el Antiguo y el Nuevo Testamento. El segundo se deriva del primer, lo vivifica y lo renueva. Lo transfigura haciéndolo entrar en sí. La Pascua cristiana, lejos de devaluar la Pascua judía, la revaloriza; y no sólo la Pascua codificada en la Biblia, sino también la que de hecho es vivida y celebrada cada año por el pueblo judío.

La lectura espiritual de la Biblia

La Pascua, cumplimiento de la historia de la salvación

Cómo transmitir la herencia a los hijos

En la liturgia pascual occidental se encuentran la liturgia oriental y bizantina, que constituyen una espléndida catequesis mistagógica.

  • Las dos liturgias son verdaderamente significativas.
  • La idea central de la visión latina de la salvación es la del rescate, esa idea de la redención que, inspirándose sobre todo en san Pablo, pone el acento en el "misterio pascual".
  • La idea central de la teología griega es la divinización que, siguiendo más de cerca a san Juan, pone el acento en la encarnación. "Cristo nos diviniza, por tanto es Dios", "Cristo es Dios, por tanto nos diviniza".
  • La importancia de la encarnación, vista como el momento en el que Dios desciende a la humanidad y, asumiéndola, la santifica y le confiere la incorruptibilidad.
  • Los padres griegos ven la Pascua como el cumplimiento último de la encarnación y como su objetivo: "Cristo ha nacido para poder morir".
  • Los padres latinos, a su vez, ven la encarnación como el presupuesto sobre el que se fundamenta la Pascua.
  • La redención de Cristo es absoluta y universal porque ha sido operada por alguien que es Dios y hombre a la vez y que, en cuanto Dios, confiere a lo que hace un valor que trasciende el espacio y el tiempo.

Una mirada a la Pascua de los hermanos orientales

Plano personal o existencial
Plano litúrgico-sacramental

"PURIFÍNQUENSE DE LA LEVADURA VIEJA"

PASCUA DE CRISTO

1 Co. 5, 7: "Purifíquense de la levadura vieja, para ser masa nueva; pues son ázimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado". Llegamos así a "Pascua del hombre" que, en la Biblia, desde los orígenes, acompaña a la "Pascua de Dios"; y que los santos padres definían como paso de los vicios a la virtud y tránsito de la culpa a la gracia.Lo que nos salva verdaderamente es la Pascua de Cristo, es decir, su inmolación y resurrección; pero la Pascua de Cristo no es eficaz para nosotros si no nos apropiamos de ella, si no se convierte en nuestra Pascua. Por lo que, el creyente debe realizar una limpieza pascual del corazón y de la vida, para destruir todo lo que pertenece al viejo régimen del pecado y de la corrupción para poder así celebrar la fiesta con pureza y santidad, sin ningún otro vínculo con el pecado.«Purifíquense de la vieja levadura, para ser masa nueva»

SENTIDO TOPOLÓGICO: Se explica un hecho tanto del A.T como del N.T, en relación a algo que está por hacerse. (Obejto de la teología moral y espiritual)

SENTIDO TIPOLÓGICO: Se realiza cuando se explica un hecho del A.T en referencia a otro del N.T que concierne a Cristo o a ala iglesia.( Objeto de la teología dogmática)

Purificaos de la levadura vieja, para ser masa nueva; pues sois ázimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado. Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ázimos de pureza y verdad (1 Co. 5, 7-8).

La tradición de la Iglesia ha comprendido y desarrollado esta tensión entre las dos dimensiones de la revelación, distinguiendo dentro del sentido espiritual de la Biblia dos componentes o sentidos fundamentales.

La Pascua aparece así como la concentración de toda la historia de la salvación; en ella se reflejan las líneas y las estructuras conductoras de la entera revelación bíblica y de toda la existencia cristiana.

¡ENTRA DENTRO DE TI MISMO!

Consiste en pasar de lo viejo a lo nuevo, de la corrupción del pecado a la pureza de vida. La Pascua del hombre es objeto de la parénesis; se realiza mediante las obras y la imitación, postula la libertad, depende de las disposiciones del sujeto.

Pascua del cristiano

Consiste en su inmolación.La Pascua de Dios, personificada ahora por Cristo, es el objeto del kerigma; es don de gracia que se acoge mediante la fe y es siempre eficaz por sí misma.

Pascua de Cristo

El eremita y su eremitorio

La llamada a la interioridad encuentra finalmente su motivación bíblica más profunda y objetiva en la doctrina de la inhabitación de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo en el alma; doctrina desarrollada tanto por Pablo como por Juan (Jn. 14, 17.23; Rm. 5, 5; Ga. 4,6).

¿Qué encontramos en la Biblia sobre la interioridad?

¿Cómo podemos concebir esta Pascua cotidiana?

Dos características gobiernan la lectura moral del Antiguo Testamento y de toda la Escritura: lo que ha tenido lugar una vez para todos, de forma visible y material, semel y la que debe repetirse cada día y tener un lugar en cada uno de forma interior y personal, quotidie. Es decir actualización e interiorización

Volver al corazón

San Agustín expresa :Vuelve al corazón; mira allí qué es lo que tal vez sientes de Dios: allí está la imagen de Dios. En el hombre interior habita Cristo, y en el hombre interior serás renovado según la imagen de Dios.Jesús nos invita a entrar en nuestra casa, en nuestro mismo corazón, en donde él desea encontrarse con nosotros.

Muerte mistagoga: Desde una visión del N.T. Una muerte que nos introduce en el misterio y es, ella misma, parte del misterio cristiano.Jesús habla de su muerte como de un "éxodo" pascual y Juan orienta todo su evangelio de forma que aparezca claro que la muerte de Cristo sobre la cruz es la nueva Pascua.Entre Dios y nosotros se alzaban tres muros de separación: el de la naturaleza que fue abatido en la encarnación, cuando la naturaleza humana y la naturaleza divina se unieron en la persona de Cristo; el del pecado fue abatido en la cruz y el de la muerte en la resurrección. La muerte ya no es un muro ante el cual todo se rompe, sino que se ha convertido en una puerta, un paso; es decir, se ha convertido literalmente en una Pascua.

Es propio y exclusivo del cristianismo.

Muerte pedagoga: Desde una visión del A.T. Es un falso problema que no nos concierne, un enigma que no se consigue resolver. El hombre como un-ser-para-la-muerte, vivir para la muerte significa que la muerte no es sólo el final, sino también el fin de la vida.Lo terrible de toda esta sabiduría humana sobre la muerte es que no consuela, no elimina el miedo.

Tiene en común con otras realidades como la filosofía, las religiones, la poesía.

Consideración pascual
Consideración sapiencial

Después de haber pasado de los vicios a la virtud» y de la exterioridad a la interioridad, hay un último tránsito que se debe realizar, una última Pascua que consiste en pasar fuera del cuerpo y fuera del mundo.

El misterio pascual en la muerte

"ALMA CRISTIANA, AL SALIR DE ESTE MUNDO"

La muerte mistagoga no expulsa a la muerte pedagoga, sino que la busca y la honra; del mismo modo que la gracia no anula la ley, sino que la busca y se somete a ella de buen grado, sabiendo que ésta nos defiende de nuestro peor enemigo que es nuestra volubilidad y nuestra desconsideración.

La muerte pedagoga nos sirve porque nos enseña la vigilancia, nos enseña a prepararnos. En la muerte se realiza la más extraña combinación de dos opuestos: certidumbre e incertidumbre. La muerte es al mismo tiempo, lo más cierto y lo más incierto. Lo más cierto es "que" será; lo más incierto "cuándo" será. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora

La consideración sapiencial de la muerte conserva, después de Cristo, la misma función que tiene la ley después de la venida de la gracia. También ésta sirve para custodiar el amor y la gracia.

La victoria pascual de Cristo sobre la muerte forma parte del kerigma. Pero sabemos que el kerigma no anula sino que, más bien al contrario, fundamenta la parénesis; es decir, la llamada al cambio de vida

La pedagogía de la muerte

El Apocalipsis la denomina como la única que merece verdaderamente el nombre de muerte, porque no es un paso, una Pascua, sino un término, un terrible fin de trayecto. Ni siquiera es la pura y simple nada. No. Es un recipitarse desesperadamente hacia la nada para escapar de Dios y de uno mismo sin poder alcanzarla nunca. Es una muerte eterna, en el sentido de un eterno morir, una muerte crónica. Para salvar a los hombres de esta desdicha es por lo que debemos volver a predicar sobre la muerte.El aguijón de la muerte es el pecado, dice el Apóstol (1 Co. 15, 56). Lo que da a la muerte su más temible poder de angustiar al hombre y de darle miedo, es el pecado. Si uno vive en pecado mortal, para él la muerte conserva todavía su aguijón, su veneno, como antes de Cristo; y por esta razón hiere, mata y envía a la Gehenna. Elimina el pecado y habrás eliminado también el aguijón de la muerte.

¿Qué es la segunda muerte?

La muerte es en sí misma un gran predicador cristiano. Predica de verdad "en tiempo oportuno e inoportuno". Predica desde cualquier ángulo: dentro y fuera de casa, en el campo y en la ciudad, desde los periódicos y la televisión.

La muerte, predicador cristiano

Julieta Macazaga

Muchas Gracias

La resurrección de Jesucristo el elemento «histórico» de la Pascua cristiana; histórico en cuanto que representa el acontecimiento único e irrepetible, distinto del sacramento, que representa el aspecto litúrgico y que se repite cada año en la fiesta de Pascua y cada día en la eucaristía. La resurrección constituye la novedad absoluta de la Pascua cristiana,lo no prefigurado, lo inesperado. La palabra y la fiesta misma de Pascua no estaba por ello en condiciones de aceptarla en seguida. Nunca en el Nuevo Testamento se designa con la palabra Pascua la resurrección de Cristo, sino que tan sólo se designa con ella su inmolación.Fue Agustín quien descubrió que Juan había dado una nueva interpretación del término Pascua: el paso de Cristo «de este mundo al Padre». Sobre esta base, extendió el concepto de Pascua hasta alcanzar también con él la resurrección de Cristo y formular el misterio pascual como misterio de pasión y resurrección a la vez, de muerte y de vida; es más, de paso de la muerte a la vida. En el plano de la fe, Agustín pone la resurrección de Cristo por encima de la misma muerte, escribiendo: "La fe de los cristianos consiste en creer en la resurrección de Cristo".

Los padres de la Iglesia no sólo han elaborado una teología de la liturgia pascual, sino también una espiritualidad de la liturgia pascual. La de la epifanía cultual de Cristo( experiencia espiritual) se trata de una manifestación tan fuerte y viva del Señor durante el culto, especialmente durante la vigilia pascual, como para hacer decir a los fieles, al término de la asamblea, lo mismo que dijeron los discípulos después de la resurrección: ¡Hemos visto al Señor! (Jn. 20,25)

La resurrección de Jesucristo como elemento (histórico) de la Pascua, es decir, en el sentido de que constituye el acontecimiento conmemorado, a diferencia de la Pascua litúrgica anual que constituye la conmemoración del acontecimiento. La resurrección, en un sentido muy particular, está al límite de la historia, con ella la historia se abre a lo que está más allá de la historia, a la escatología. Es por lo tanto, en cierto sentido, la ruptura de la historia y su superación, del mismo modo que la creación supone su comienzo. Esto hace que la resurrección sea un acontecimiento en sí mismo no testificable y que desborda nuestras categorías mentales, que están ligadas a la experiencia del tiempo y del espacio. Y de hecho, nadie asiste al instante en que Jesús resucita. El testimonio más antiguo es el de Pablo, que nos brinda dos hechos fundamentales , que fue resucitado y que se apareció. Fue resucitado , en el sentido de se despertó, resucitó hacia adelante, en el nuevo mundo; resucitó a la vida nueva según el Espíritu.Se apareció , fue hecho visible por Dios. De este término sólo se puede deducir que los testimonios están convencidos de la identidad entre el crucificado que dejaron en el Gólgota y aquel que se apareció después. Para los evangelios el hecho decisivo sigue siendo el de las apariciones. Sin embargo, las apariciones dan testimonio también de la nueva dimensión del Resucitado, de su modo de ser según el Espíritu, que es nuevo y distinto, respecto al modo de ser anterior, según la carne.

Lo primero se pone en relación más directa con la muerte de Cristo, lo segundo con la resurrección de Cristo; Cristo ha sido inmolado: ¡purifíquense! Cristo ha resucitado de entre los muertos: ¡caminad en la novedad de vida!. Para hacer verdaderamente la Pascua hay que “romper definitivamente con el pecado” (1 P. 4, 1), “destruir el cuerpo mismo del pecado”. La palabra de Dios nos confía, pues, una llamada imperiosa destinada a todos los hijos de la Iglesia arrepentirse de los pecados y liberarse del pecado. Cuando el Señor nos haga escuchar estas consoladoras palabras: “Mira, aparto de ti la culpa”. Entonces será Pascua verdaderamente para nosotros, habremos realizado el “santo paso” y podremos hacer realmente nuestras las palabras de la liturgia pascual judía y cristiana: “Este es el que nos sacó de la servidumbre a la libertad, de la tristeza a la alegría, del luto a la fiesta, de las tinieblas a la luz, de la esclavitud a la redención. Por esto decimos ante él: ¡Aleluya!”

La relación liturgia y gracia es otro modo de formular la relación liturgia-historia. La gracia de la que se habla aquí no es una gracia intemporal y ahistórica, sino que es la gracia de nuestro Señor Jesucristo,es decir, la salvación obrada históricamente por Jesús en su muerte y resurrección. Y sin embargo, los padres orientales conceden un mayor interés a la perspectiva vertical que une sacramento con gracia y rito litúrgico con vida supraterrena. En el primer caso, la liturgia es, sobre todo memorial; en el segundo, es, sobre todo, misterio. Los misterios son las fuentes o las puertas a través de las cuales dicha vida eterna irrumpe, en el presente, en la vida de la Iglesia. Esta concepción mistérica de la liturgia, acentúa al máximo la obra de Dios.

La relación liturgia e historia. La Pascua de la Iglesia prolonga y perpetúa la Pascua de Cristo a lo largo de los siglos. Es decir, es el mismo problema que se plantea en nuestros días, a propósito de la relación entre el sacrificio de la cruz y el sacrificio de la misa, y que reviste un peso considerable en el ámbito del diálogo ecuménico con los protestantes.La relación entre la Pascua de Cristo y la Pascua de la Iglesia se ve aquí como relación entre acontecimiento y sacramento, entre historia y liturgia de la historia. La liturgia celebra la historia, y ese celebra tiene un sentido muy fuerte, equivale a mantiene viva, actualiza, hace presente. Por esta razón el acontecimiento se hace contemporáneo a nosotros y nosotros al acontecimiento. Cuando la liturgia es celebrada tan conscientemente a este nivel de fe, implica a la mente y la empuja hacia el acontecimiento. También el sacramento se convierte, así, en acontecimiento; pero se trata de un acontecimiento espiritual, no de un acontecimiento histórico. ¿Qué relación existe entre la eucaristía que se celebra cada domingo y la Pascua que se celebra una sola vez al año?

La teología desarrolló una intensa reflexión sobre la índole de los ritos, esto es, sobre la naturaleza misma de la acción litúrgica. ¿Qué relación existe entre liturgia e historia?, y ¿Qué relación existe entre liturgia y gracia?

Pascua mistérica y una Pascua ética. Existen ambientes y autores en los cuales prevalece una catequesis mistagógica de la Pascua; y ambientes y autores en los que prevalece el otro tipo de catequesis, la catequesis moral y espiritual. La relación horizontal de la catequesis mistagógica queda abolida o se declara secundaria respecto de la llamada relación vertical: acontecimientos históricos y ritos sacramentales por una parte, realidades inteligibles por otra. También esta segunda catequesis de tipo moral tiene valores indiscutibles y alcanza a menudo auténticas cimas de verdadero misticismo, pero no es lo mismo que la catequesis mistérica. Esta premisa sobre la mistagogia pascual tenía un objetivo práctico y pastoral: mostrar cómo la liturgia pascual, y en particular la vigilia, comprendida y vivida en plenitud, que constituyen también hoy la gran catequesis mistagógica del año, una ocasión única para introducir a los fieles en las profundidades inagotables del misterio cristiano.

¿Qué es la resurrección considerada desde el punto de vista de la fe? Es el testimonio de Dios sobre Jesucristo. Dios ha dado a todos una garantía al resucitarlo de entre los muertos (Hch. 17,31). ¿garantía de qué ? De la verdad de Cristo Jesús, de la autenticidad de su persona y de su misión. Dios se hace garante de que Jesús de Nazaret es verdaderamente quien había dicho que era. La resurrección es el «Sí» poderoso de Dios, su «Amén» pronunciado a la vida de Jesús.

La resurrección no prueba sólo la verdad del cristianismo, sino que fundamenta también la realidad cristiana. Es parte integrante del misterio de la salvación. San Pablo pone de manifiesto el significado específico de la resurrección cuando de ella hace derivar la misma justificación (Rm4,25) y la remisión de los pecados. Dado que Cristo ha muerto, nosotros hemos muerto al pecado; dado que Cristo ha resucitado, nosotros podemos caminar en la novedad de vida. Cristo ha resucitado para nuestra justificación, es decir, para causarla y no sólo para revelarla. Por lo que "Si crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. (Rm. 10,9)."

Significado mistérico

Significado apologénetico.

La resurrección de Cristo es como la cima de una montaña desde la que se ven las dos vertientes por una parte, mira hacia la historia y conduce a la historia; por la otra, mira hacia la fe y conduce a la fe.La importancia de la resurrección de Cristo para la fe es tal que, sin ella -dice san Pablo-, nuestra fe sería vana; es decir, estaría en el aire, no tendría fundamento histórico. Por lo que, Se comprende así por qué san Agustín puede decir que "la fe de los cristianos consiste en creer en la resurrección de Cristo"., ya que todos creen que Cristo ha muerto,también los paganos; pero sólo los cristianos creen que ha resucitado, y no es cristiano quien no lo cree.

Todo gira en tomo a la vigilia pascual que se celebra en la noche entre el sábado y el domingo (para los cuartodecimanos, en la noche entre el 13 y el 14 de Nisán), precedida por uno o más días de ayuno. La vigilia comienza en la puesta del sol y termina a la mañana siguiente, con el canto del gallo, celebrando la eucaristía. La vigilia pascual es «vigilia del Señor» en dos sentidos: en el sentido de que el sueño de lamuerte del Señor proporcionó la vigilia, esto es, la vida a todo el mundo; y en el sentido de que mientras su humanidad (dormía) en la muerte, su divinidad -el corazón- velaba, es decir, estaba viva.A partir del siglo IV, se añade a esta celebración sintética una celebración analítica o historizada, esto es, una celebración que distribuye los acontecimientos, celebrando cada uno de ellos en el día en que había acontecido históricamente (la institución de la eucaristía, el jueves santo; la pasión, el viernes; la resurrección, el domingo; la ascensión, el cuadragésimo día;…etc.). En poco tiempo se pasa de la fiesta de Pascua al ciclo pascual, que antes de Pascua comprendía la cuaresma, semana santa y triduo pascual; y después de Pascua, la octava, Ascensión y Pentecostés.

¿Quién es ese «yo» y ese «tú» de la oración de Jesús en Getsemaní? El «yo» es el Verbo que habla, pero en nombre de la libre voluntad humana que ha asumido; el «tú», en cambio, es la voluntad trinitaria que el Verbo tiene en común con el Padre. En Jesús, el Verbo (Dios) obedece humanamente al Padre. Y, sin embargo, no se anula el concepto de obediencia, ni Dios se obedece a sí mismo, porque entre el sujeto y el término de la obediencia está todo el peso de una real humanidad y de una libre voluntad humana. El que obedece y aquel a quien obedece no son ni la misma voluntad, ni la misma persona, porque el que obedece es la voluntad humana del Verbo (o el Verbo en su voluntad humana) y aquel a quien obedece es la voluntad divina común a toda la Trinidad.En el paso misterioso de ese "yo" a ese "tú" se encierra el verdadero, definitivo y universal éxodo pascual de la humanidad. Seguir a Jesús en este éxodo significa pasar del "yo" viajo al "yo" nuevo, pasar de "mí" a los otros, de este muindo al Padre.

La interpretación que Pablo hace de la escuela antioquena es como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno todos serán contistuidos juntos. Para que pueda darse dicha obediencia perfecta, es necesario que exista un sujeto que obedece y un sujeto al que obedecer. Descubriendo así ese "yo" y ese "tú" que resuenan en la frase de Jesús: Es el hombre Jesús que obedece a Dios.Por lo que si la salvación consiste en obedecer a Dios, se comprende el lugar tan importante que la humidad de Cristo ocupa.

Para la escuela alejandrina, el «yo» que habla es la persona del Verbo que, en cuanto encarnado, pronuncia su «sí» a la voluntad divina (el «tú») que él mismo tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo. Quien dice «sí» y aquel al cual dice «sí» son la misma voluntad, considerada en dos tiempos o dos estados diferentes: en el estado de Verbo encarnado y en el estado de Verbo eterno .

María es la imagen plástica de la interioridad cristiana. Ella, que durante nueve meses llevó en su seno - también físicamente- al Verbo de Dios; ella que lo «concibió primero en su corazón antes que en el cuerpo», es el icono mismo del alma introvertida; es decir, literalmente, vuelta hacia dentro, atraída hacia dentro. De ella se dice que meditaba todas las cosas en su corazón (cfr. Lc. 2,19). Las interiorizaba, las vivía dentro. ¡Cuánta necesidad tiene la Iglesia de reflejarse en este modelo! Nunca como en este caso habría que tomarse tan en serio la doctrina del Vaticano II, según la cual María es «figura de la Iglesia»: lo que se ve en ella debería verse también en la Iglesia. Por eso a ella le suplicamos que le pida al Padre por nosotros para que realicemos esta Pascua nueva que consiste en pasar de la exterioridad a la interioridad, del ruido al silencio, de la disipación al recogimiento, de la dispersión a la unidad, del mundo a Dios.

La experiencia mística puede hacernos intuir lo que significó para el Salvador pronunciar su fiat y a qué dijo ese fiat. Si la experiencia de Jesús fue ante todo experiencia (no una cosa o un razonamiento), se comprende la necesidad de pasar, de algún modo, por esa misma experiencia para comprenderla. Es por esto que esa profundidad insondable, ese abismo que supuso la agonía espiritual de Jesús en Getsemaní, tan sólo se llega a captar reviviéndola uno mismo, o escuchando lo que han dicho aquellas almasmísticas a las que el Señor les ha concedido revivirla, al menos en parte. Siendo la noche oscura delalma, la categoría más significativa para acercanos a la experiencia. El tormento de Jesús aparece causado por dos hechos que son dependientes entre sí: la cercanía del pecado y la lejanía de Dios. La santidad de Dios hace sentir el pecado como lo que es: un peligro mortal, un grito quese rebela contra el Omnipotente, el Santo, el Amor. Dios debe alejarse para que se comprenda qué es el pecado y se revele su íntima naturaleza, a través de sus consecuencias. Cuando Dios ha desaparecido del todo, en la más total oscuridad del espíritu, cuando la criatura ha descendido , es entonces cuando comprende qué ha cometido en realidad al pecar.Getsemaní no termina en la derrota, sino en la victoria. Jesús ha descendido por todos nosotros al infierno, pero no ha perdido su confianza filial en Dios, a quien siguió llamando Abba, Papá. Su absoluta obediencia ha destruido así el infierno y la muerte, renovando la vida.

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La liturgia es la gran catequesis mistagógica de la Iglesia, el celebrante debe ser -obispo o sacerdote- un mistagogo. Una homilía bien hecha que aproxime la palabra de Dios y el misterio celebrado a la experiencia de las personas que forman la asamblea.