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tipos críticos
Isaac Muñoz Peralta
Created on March 26, 2024
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Transcript
tipos de críticos
Modelos caricaturescos para escribir crítica literaria
El poeta frustrado
El crítico emotivo
El corrector de pruebas
El psicólogo de letras
El narrador frustrado
El crítico protagonista
El revisionista histórico
El crítico New Age
El sabihondo sabelotodo
El purista literario
El crítico socio-político
El entusiasta papanata
El visionario (des)conectado
El censor moralista
El negativo amargado
El minimalista desinteresado
El vanguardista de vanguardia
Muestra una preocupación obsesiva, casi absoluta, por la corrección gramatical y ortográfica. Es un detector de erratas, persigue las faltas y las castiga con rigor. Para este tipo de "crítico", el texto es bueno si es correcto y malo si adolece de algún error. Su defecto, como se comprende fácilmente, no estriba en la preocupación por el rigor formal, sino en el carácter absolutista de su “manía inquisitorial por perseguir las faltas”.
Es aquel para quien el texto es sólo un pretexto para hablar de él mismo: de sus amplios conocimientos, de sus ricas experiencias y de su singular ingenio. Suele estar redactado en primera persona y aprovecha todas las oportunidades para contar su “propia vida” y sus “interesantes trabajos”. Las críticas son “autobiografías” o “currícula por entregas”.
Sus críticas suelen ser encendidos panegíricos. En su reseñas abundan los adjetivos laudatorios y ponderativos. El autor que comenta es “genial”, “único”, “excelente”, y la obra que analiza, “maravillosa”, “extraordinaria”, “magistral”, etc…
Es categórico y dogmático y sus comentarios constituyen una demostración palpable de la rigurosa ciencia y de la amplia información que atesora. Suele emplear palabras extrañas y construcciones complicadas. Son abundantes las citas de autores extranjeros y las obras de difícil acceso.
Todo está mal y, además, todo le molesta. A veces, da la impresión de que la obra que comenta se ha escrito contra él. Verdaderamente la lectura le hace sufrir.
Para este crítico, la literatura es una herramienta para la revolución social y cada obra es examinada en términos de su relevancia política y su alineación ideológica. Sus reseñas son manifiestos disfrazados de críticas literarias, condenando o alabando cada obra en función de su postura política, dejando poco espacio para la apreciación estética.
Este crítico está convencido de que todas las obras literarias son ventanas a las almas de sus autores. Cada palabra, cada coma, es escudriñada en busca de significados ocultos y motivaciones subconscientes. Sus reseñas son como sesiones de terapia literaria, donde el autor y sus personajes son sometidos a un escrutinio psicoanalítico implacable.
Este crítico es como un actor de telenovela que nunca pierde la oportunidad de dramatizar sus reseñas. Se deja llevar por sus emociones al evaluar una obra y sus opiniones son tremendamente intensas. Sus reseñas son como mini dramas, llenas de suspiros exagerados y exclamaciones teatrales, donde cada obra es una tragedia épica o una comedia de enredos, según el estado de ánimo del crítico en ese momento.
Este crítico no puede evitar ver cada obra a través del prisma de su propia visión histórica, incluso si eso significa reinterpretar la realidad a su conveniencia. Cada reseña es una oportunidad para reescribir la historia literaria a su gusto, ignorando convenientemente cualquier hecho que no se ajuste a su narrativa.
Este crítico ve la literatura como una fuerza corruptora que debe ser censurada y controlada para proteger la moral pública. Sus reseñas son diatribas contra cualquier obra que considere inmoral o perturbadora, exigiendo su prohibición o censura inmediata en nombre del bien común.
Este crítico es un guardián acérrimo de la pureza literaria. Para él, cada una de las palabras de los clásicos es sagrada y cualquier desviación del canon establecido es un sacrilegio. Sus reseñas son sermones sobre la excelencia del pasado, donde lamenta el descenso de la calidad literaria y la ignorancia de los autores contemporáneos, cuyas obras considera poco más que un insulto al buen gusto y la erudición.
Este crítico ve la prosa como un pálido reflejo de la verdadera belleza que solo puede ser capturada en verso. Sus reseñas están llenas de metáforas intrincadas y alusiones líricas, convirtiendo cada análisis en un poema en potencia.
Este crítico ve la literatura como una vía hacia la iluminación espiritual y la transformación personal. Sus reseñas están llenas de referencias a la energía cósmica, la conciencia elevada y la conexión con el universo, convirtiendo cada obra en un portal hacia un estado superior de conciencia.
Este crítico parece más interesado en desplegar su propia habilidad narrativa que en analizar la obra en cuestión. Sus reseñas a menudo se convierten en escaparates para su escritura creativa, introduciendo narrativas personales o fragmentos de ficción que eclipsan el propósito original de la crítica
Este crítico se embarca en análisis metafísicos y teorías abstractas, desconectadas completamente del texto. Sus reseñas son laberintos de hipótesis intelectuales que dejan a los lectores preguntándose si realmente han leído la misma obra.
Este crítico se considera a sí mismo un visionario que está varios siglos por delante de su tiempo. Desprecia cualquier obra que no esté a la altura de su concepto personal de lo que debería ser la literatura del futuro. Sus reseñas son profecías para las generaciones venideras, aunque a menudo sus lectores no estén seguros de entenderlas del todo.
Este crítico abraza la brevedad como un arte en sí mismo y cree que menos es siempre más. Sus reseñas consisten en una sola frase o incluso una palabra, dejando a los lectores preguntándose si están ante una obra maestra de la concisión o simplemente una muestra de pereza crítica.