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Transcript

Enseñar es un acto de afecto

El desarrollo del lenguaje (Foncubierta, 2016, p. 31)

Aprendizaje holístico. Rogers (1969)

El aprendizaje no solo sucede de cuello para arriba

Base emocional Maslow (1943)

Teoría de la motivación

La tercera fuerza de la psicología

Autorrealización

Aprendizaje por descubrimiento. Bruner (1990)

Agentes facilitadores del aprendizaje

A la psicología humanista se le ha llamado la tercera fuerza de la psicología, después del psicoanálisis y el conductismo.Según esta teoría, el ser humano es más que un simple organismo que responde a estímulos externos o a impulsos biológicos, sino que posee una serie de características únicas que lo diferencian del resto de los seres vivos.

La psicología humanista

Este proceso de autorrealización implica la búsqueda de sentido y propósito en la vida, la creatividad, la espontaneidad y la capacidad de adaptación y cambio a las situaciones adversas. Las caras expresivasPara este juego, que puede hacerse de forma individual, podemos utilizar material diverso, como: una hoja con imágenes de caras reales, con emoticonos... El juego se puede hacer de diversas formas; por ejemplo, pidiendo al niño que imite cada cara o emoticono (puede utilizar la cara y el cuerpo), que diga el nombre de la emoción, que explique alguna situación que le generó dicha emoción.

Especialmente interesante, dentro del modelo de Bruner resultan las reflexiones sobre la naturaleza narrativa del proceso de aprendizaje y el poder de la imaginación. Según Bruner (2004), los actos de la imaginación dan sentido a la experiencia y no solo eso, sino que ayudan también a memorizar, ya que la memoria ―según este mismo autor― posee una estructura narrativa: «lo que no se estructura de forma narrativa, se pierde en la memoria» (Bruner, 1990, p. 66)

El poder de la imaginación

De acuerdo con Mendoza (2004), las formas de nuestros recuerdos encajan en nuestra memoria narrativa, haciendo de marco contextual en el que la experiencia de aprender adquiere significado. Si queremos que nuestros alumnos pasen a la acción, puede ser muy útil abarcar un enfoque pedagógico basado en la narración donde los símbolos, las imágenes, la música y otros elementos ayuden a la interpretación del input que llevamos al aula. Esto habrá de facilitar que el alumnado adquiera conocimiento para su participación activa o, lo que es lo mismo, para pasar a la acción. Enseñémosles, a través de una historia narrada o escrita.

Es fundamental la necesidad de una base emocional estable en la que las necesidades básicas sean satisfechas. En este sentido, conviene tener en cuenta que el hogar es un espacio familiar y que es en ese espacio donde se forja la autoestima. La escuela es un espacio social y educativo en el que, si se pierde la llave de la autoestima, el profesor o la profesora siempre tendrá una de repuesto.

Teoría de Maslow

Este juego es ideal para trabajar en el aula. Cuatro niños y niñas deberán ponerse al frente de la clase. Se pondrán su ropa y complementos (chaquetas, abrigos, bufandas...). El resto observará la ropa que lleva puesta cada uno. Después, el grupo que observa deberá cerrar los ojos; cambiaremos a los niños escogidos poniendo prendas de uno en otro (intercambiando la ropa). El grupo abrirá los ojos y deberá decir qué ropa se cambió y a quién. Un juego sencillo pero que permite trabajar la flexibilidad mental y la capacidad de salir del propio foco, aspectos imprescindibles para desarrollar la empatía.

Para Carl Rogers (1969), el aprendizaje no sucede solamente de cuello para arriba, sino que es una actividad cognitiva que implica a todo el cuerpo (aprendizaje holístico). Dentro de esa consideración, los factores afectivos serán determinantes y como tal acción afectiva, ha de procurar en el alumnado el cultivo de su bienestar y su sentido de confianza. Sin consideraciones como la empatía, es muy probable que el profesorado consiga transmitir información, pero será muy difícil que sean capaces de enseñar (Rinvolucri, 2000). El juego de la tela de araña será propicio para este aprendizaje

Actividades cognitivas

La tela de araña Se trata de un ejercicio que sirve para conocerse, romper el hielo y simboliza el crear lazos de unión, de trabajo en red y de conexión entre las personas que participan en este grupo. Los participantes, sentados o de pie, forman un círculo. La persona que dinamiza dará instrucciones al grupo sobre la actividad. Mostrará una madeja de lana. Explicará que al recibir la madeja de lana la persona deberá presentarse dando su nombre, organización a la que pertenece, descripción breve del trabajo que realizan... Quien coordina se acercará a una de las personas participantes y le entregará una madeja de lana. Acto seguido, ésta se presenta en voz alta y dando los datos que quién monitoriza haya sugerido. A continuación, sujetando una punta del ovillo, arrojará la madeja a otra persona del círculo que a su vez deberá presentarse y sujetar el hilo de lana al tiempo que arroja la madeja a otro participante y así sucesivamente. El ir y venir de la madeja hace que los hilos se entrecrucen formando una telaraña. El monitor puede anotar en un papelógrafo / pizarra nombre, organización y actividad de cada participante. Si quedara tiempo o se tuviera un interés especial por repasar nombres, organizaciones y actividades, se repetiría el ejercicio a la inversa hasta deshacer la telaraña.NOTA: La misma técnica se puede utilizar para un momento en que nos parezca útil abrir una ronda de opiniones espontáneas sobre un tema.Fuente: Técnica de animación de educación popular, América Latina. Versión de ITECO (Bélgica) en Carpeta de Educación para el Desarrollo. Ed. Polygone. Bruselas. 2000

Bruner, J. (1990). Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva. Madrid: Alianza.Foncubierta, J. M. (2016). Los mundos imaginados: ayúdame a comprender. Boletín ELE Anatolia (2), 31- 37.Maslow, A. (1975). Motivación y Personalidad. Barcelona: Sagitario.Mendoza García, J. (2004). Las formas del recuerdo. La memoria colectiva. Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social, 6.Rogers, C. (1969). Freedom to Learn: A View of What Education Might Become. Columbus (Ohio): Charles Merill.

Bibliografía