El género

¿Cómo funciona el género?

El tecnogénero

¿Cultural y político?

Paul B. Preciado concibe al género como una ecología política. Si bien es una construcción sociocultural, también puede considerarse como una cuestión de control político.

Puede que estemos familiarizados con la palabra género: aquellas características que me hacen ser mujer u hombre. Hoy en día, la teoría feminista ha reconocido en él un gran tema de debate y análisis.

Hay que entender primero que existe un paradigma de la política deconstructiva anti-esencialista, es decir, hay un cuestionamiento en torno a las estructuras rígidas sobre cómo debe ser el individuo en su respectivo género.

En el régimen farmacopornográfico se juega con el género a través de la tecnología. Puede moldear tu cuerpo en caso de que no encajes con tu sexo, pues el género es modificable

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¿Cómo determinamos el género?

Nuestro cuerpo está constituido por múltiples órganos, pero sólo uno tiene relevancia para la sociedad, pues recibe una importante carga simbólica y política: el órgano reproductor.

La transición al régimen farmacopornográfico implicó dos cosas: 1)La aparición del concepto género (nombrar todas aquellas características y atributos del ser de cada sexo) y 2) la píldora anticonceptiva (modificó la noción de la sexualidad: ahora ya no era destinada sólo a la reproducción, sino al placer, y hoyy, el placer también es un negocio).

A partir de este órgano, sabemos qué género vamos a ser: femenino o másculino. Pero para que nos mantengamos dentro de nuestro género, existen distintos mecanismos estructurales que practicamos todos los días, como si fuese un performance

¿Un performance?

Judith Buttler define al género como un sistema que abarca reglas, acuerdos, normas sociales y prácticas institucionales que producen el ser del sujetx. Es una práctica discursiva corporal en el que como sujetxs adquirimos inteligibilidad social y reconocimiento político.

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Al performar continuamente estos mecanismos ocurre la naturalización de la cultura. Esta falsa dicotomía provoca la percepción de que el sistema siempre ha sido así -y por ende es natural- y que sólo existen dos sexos y géneros que son "desviaciones". Este sistema donde "Cultura=natural" genera discursos de poder que clasifican lo normal de lo anormal.

Al usar hormonas, una persona puede ser más agresiva, tener más bello, fuerza, vigor sexual, etc. La producción de todas estas tecnologías es una cuestión de mercadotecnia (el capitalismo finalmente convirtió al género en una mercancía) y también para hacer al individuo más productivo dentro del sistema económico.

Salir de la norma

Alguien que sale de la norma se convierte en innombrable (puesto que no existe una categoría con la cual nombrarle), abyecto (despreciable; se les excluye y evita), ininteligible (difícil de leer) y anormal (desviado de lo establecido). Se puede salir de la norma, pero no tener la aceptación social y se debe someter al binarismo hegemónico (una vez elegido lo que eres, no puedes cambiar y debes aceptar que las relaciones serán asimétricas en relación con los demás); o bien, ocultar tu género y adaptarte a una de las dos binarios (no hay minorías, hey gente que se oculta o no ha cuestionado estas estructuras de dominación).

Existen propuestas teóricas para la creación de una sociedad sin género. Es decir, no que desaparezcan, sino que el género de una persona no sea permanente, que no haya asimetría entre ellos y se salga de esencialismos.

Si quieres modificar tu nariz, no necesitas un permiso por parte del gobierno, pero para transitar a otro sexo, sí. tus genitales son propiedad del sistema capitalita y heterosexual

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Diego Romero Tapia y Adriana Ramos Esparza

Materia: Género y Feminismos

21 de marzo del 2024

¿Cómo se hace un performance de género?

Desde la infancia comenzamos a realizar el performance una vez que se identifica nuestro órgano genital. Con el baby shower se identifica a la persona con un color para saber qué va a ser(azul para niño, rosa para niña). Cuando crecemos, jugamos con ciertos juguetes (carros para niños, muñecas para niñas). En la adolescencia, vestimos de cierta manera (faldas para niña o pantalones para niño). Hemos segmentado en un género lo que es propio de un hombre y una mujer.El performance sirve para reafirmarnos de cierto género y adquirir cierta inteligibilidad y aceptación social. Además, al ser el género algo dinámico, se van ampliando las posibilidades de lo que puede ser una mujer u hombre, pero estos tiene que mantenerse en armonía con su "esencia": Una mujer puede tener una carrera universitaria, pero debe ser apegada a su carácter maternal (pedagogía o ingeniería, pero no debe abandonar su delicadeza); un hombre puede escoger enfermería, pero su rol dentro del consultorio debe mostrar su fortaleza.

Performance ser percibida como mujer:

• Vestir blusas, ropa apretada o playeras con coleres y dibujos para mujer.
• Oler a rosas o a dulce. Rutina de cuidado facial
• Comportarse con delicadeza o ternura. Desear ser madre o casarse.
• Maquillarse, tener el cabello largo, o si es corto, que este quepa dentro de lo femenino.
• Hablar de temas específicos: novelas o chismes.

Un binarismo hegemónico

Socialmente percibimos la existencia de dos géneros principales que consideramos como "naturales", pero la teoría queer o postfeminista cuestionan la única existencia de estos, las nociones esencialistas que los componen y el unitarismo que crean. Es decir, existen posibilidades más allá de ser hombre y mujer, así como que no existe una esencia natural de estos (la mujer no es naturalmente delicada o la existencia de una fuerza masculina), además, este binarismo puede aceptar otras posibilidades de ser (lésbianismo, hosexualidad o no binarie) siempre y cuando se clasifiquen en torno a él.

Referencias

• Buttler, Judith. "Variaciones sobre sexo y género: Beavoir, Wittig y Foucault". En El género. La construcción cultural a la diferencia sexual, editado por Marta Lamas, 303–26, México, Miguel Ángel Porrúa, 1996.

Preciado, Paul B. "Tecnogénero". En Testo Yonqui, 81–99, España, Espasa Calpe, 2008.

El régimen farmacopornográfico

Preciado considera que existe un régimen de poder posterior al propuesto por Foucault -el biopoder (en el que se ejerce un control sobre la vida: la reproducción, la mortandad, la domesticación del cuerpo)-, el farmacopornográfico. Si en el biopoder varias instituciones tiene el poder sobre el cuerpo, en este nuevo régimen uno mismo es también su dominador. Todo el tiempo modificamos molecularmente nuestro organismo: usamos pastillas para el sueño, tomar café para despertar, paracetamol para aliviar dolor de cabeza (todos estos productos, producidos tecnológicamente, al ingerirlos, realizan cierto proceso biológico que tienen cierta consecuencia favorable para nuestro organismo). En este régimen, el género es algo racional y científico: se puede moldear, modificar, transferir o arreglar tecnológicamente a partir del uso de hormonas (para engruesar la voz o desarrollar más gluteos o senos para "ser más hombre o mujer, o bien, para transitar de un sexo a otro). A todo esto, se le llama tecnologías del cuerpo.

Scientia sexualis: conocimiento científico y racionalización en torno a la sexualidad y género del individuo con fines de control político y económico