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LIBRO DE POPOL VUH

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Created on March 11, 2024

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Transcript

Libro

POPOL VUH

Aguilar Cruz Kimberly Dayana

Parte 2
Parte 1
CAPITULO 3

En el Capítulo III, se narra el destino de los muñecos de madera creados por los dioses, quienes al no ser capaces de pensar ni adorar a sus creadores, son aniquilados en un diluvio provocado por el Corazón del Cielo. Luego, los dioses intentan crear al hombre una vez más, utilizando tzité para la carne del hombre y espadaña para la mujer. Sin embargo, estos nuevos seres tampoco adoran a sus creadores, lo que lleva a una serie de castigos por parte de los dioses. Los animales y objetos inanimados cobran vida para vengarse de los hombres, golpeándolos y destruyendo sus caras. Finalmente, los hombres son despojados de su humanidad y se convierten en monos, siendo una muestra de la generación anterior de muñecos de madera creados por los dioses.

CAPITULO 1

se describe el inicio de la creación según la mitología maya. En un principio, todo era silencio, calma y vacío. No había seres vivos ni elementos terrenales, solo el cielo y el mar. Tepeu y Gucumatz, los progenitores, están ocultos bajo plumas y son los creadores. Mediante la consulta y meditación entre ellos, deciden crear al hombre y la vida en la tierra. Nombran a tres dioses asociados al corazón del cielo y luego conferencian sobre cómo traer la claridad y el amanecer. Deciden crear la tierra y, mediante su palabra, la forman, creando montañas, valles y separando las aguas. Finalmente, se alegran por el resultado de su obra, que es la culminación de su pensamiento y meditación.

CAPITULO 2

En el segundo capítulo se habla de la creación según la mitología maya. Después de haber creado la tierra y sus habitantes principales, los dioses deciden crear a los animales del monte, asignándoles roles específicos como guardianes de los bosques y los bejucos. Sin embargo, los dioses sienten que algo falta en su creación, pues los animales no son capaces de adorarlos ni invocarlos. Intentan enseñarles a hablar y adorar, pero los animales solo pueden chillar, cacarear o graznar, incapaces de pronunciar los nombres de sus creadores. Debido a esto, los dioses deciden cambiar su destino y los condenan a ser sacrificados y comidos por los hombres.

Así, los dioses crean a los muñecos de madera, que se asemejan a los humanos pero carecen de alma y entendimiento. Aunque se multiplican sobre la tierra, son criaturas vacías, sin capacidad para recordar a sus creadores ni adorarlos. Esta primera tentativa de crear seres que adoren a los dioses resulta en un fracaso, pero prepara el escenario para la creación del verdadero hombre.

CAPITULO 4

En el Capítulo IV, se presenta a Vucub-Caquix, un ser orgulloso y vanidoso que se autoproclama como el sol y la luna, a pesar de no poseer realmente esas cualidades. Él se jacta de su apariencia y presume de su supuesta grandeza sobre todos los demás seres creados. Sin embargo, su visión está limitada y no puede alcanzar más allá del horizonte. A medida que Vucub-Caquix se envanece, aún no ha amanecido ni se ha manifestado la verdadera claridad del sol y la luna. Su ambición es dominar y ser adorado como un dios. Este capítulo prepara el terreno para el relato de cómo Vucub-Caquix es derrotado y cómo el verdadero hombre es creado por el Creador y Formador.

CAPITULO 7

En el Capítulo VII, se narra la historia de Zipacná, hijo de Vucub-Caquix, un ser poderoso y orgulloso. Zipacná ayuda a un grupo de cuatrocientos muchachos a llevar un árbol para construir su casa. Sin embargo, los muchachos conspiran para matarlo, planeando enterrarlo vivo en un hoyo. Zipacná, previendo el peligro, excava un segundo hoyo para salvarse. Cuando los muchachos arrojan un gran palo al hoyo, creyendo que han matado a Zipacná, este les engaña haciendo que crean que ha muerto. Los muchachos celebran su supuesta muerte con una orgía. Sin embargo, Zipacná sobrevive y, al tercer día, derriba la casa sobre ellos, matándolos a todos. Esta historia revela la astucia y la venganza de Zipacná contra aquellos que intentaron matarlo.

CAPITULO 6

El Capítulo VI nos habla sobre la derrota y destrucción de Vucub-Caquix a manos de los dos jóvenes dioses, Hunahpú e Ixbalanqué. Los dioses observan a Vucub-Caquix, quien se acerca cada día a un árbol de nance para alimentarse. Al acecharlo, Hunahpú logra herir a Vucub-Caquix con una cerbatana, causándole un gran dolor en la mandíbula. A pesar de la herida, Vucub-Caquix logra arrancarle el brazo a Hun-Hunahpú, pero decide colgarlo sobre el fuego para atraer a los dioses.

Los jóvenes dioses, Hunahpú e Ixbalanqué, consultan a dos ancianos sobre cómo recuperar el brazo. Juntos, los cuatro se presentan ante Vucub-Caquix, quien les pide ayuda para aliviar su dolor de muelas. Los ancianos extraen los dientes de Vucub-Caquix y los reemplazan con granos de maíz, despojándolo de su aspecto imponente y sus riquezas. Finalmente, los dioses recuperan el brazo de Hun-Hunahpú y logran la muerte de Vucub-Caquix, terminando así con su orgullo y codicia.

CAPITULO 5

En el Capítulo V, se narra el principio del fin para Vucub-Caquix, cuya gloria y poder son desafiados por dos jóvenes dioses: Hunahpú e Ixbalanqué. Estos jóvenes observan el mal que el soberbio Vucub-Caquix hace en presencia del Corazón del Cielo y deciden tomar medidas contra él. Planeando despojarlo de su riqueza y poder, deciden atacarlo mientras está comiendo, utilizando cerbatanas para enfermarlo. Determinados a enseñar una lección sobre la humildad y la modestia, los jóvenes dioses se preparan para enfrentarse a Vucub-Caquix.

Los jóvenes dioses deciden atacarlo mientras come, utilizando cerbatanas para enfermarlo y despojarlo de su poder. Además, se introduce a los hijos de Vucub-Caquix, Zipacná y Cabracán, quienes también son presuntuosos y arrogantes. El capítulo culmina con la resolución de los jóvenes dioses de enfrentarse a Vucub-Caquix y sus hijos, marcando el inicio de la confrontación entre la soberbia y la humildad divina.

CAPITULO 8

En el Capítulo VIII, se relata la derrota de Zipacná por parte de los dos muchachos, Hunahpú e Ixbalanqué. A pesar de su astucia y fuerza, Zipacná cae en una trampa tendida por los jóvenes. Ellos crean una figura de cangrejo gigante para engañarlo, y lo llevan a un barranco donde le dicen que hay un cangrejo para comer. Zipacná, hambriento y confiado, se deja llevar por la artimaña y cae en la trampa. Intenta entrar al barranco para atrapar al supuesto cangrejo, pero en ese momento los muchachos hacen que un cerro cercano se derrumbe lentamente sobre él. Zipacná queda atrapado bajo las rocas.

CAPITULO 9

En el Capítulo IX, se relata la derrota de Cabracán, el tercer hijo de Vucub-Caquix, por parte de Hunahpú e Ixbalanqué. Huracán, Chipi-Caculhá y Raxa-Caculhá ordenan a los jóvenes que derroten a Cabracán, quien se jacta de poder derribar montañas. Los muchachos, hábiles en su astucia, engañan a Cabracán haciéndole creer que hay una montaña al oriente que él puede derribar. Le ofrecen pájaros asados, untando uno de ellos con una sustancia que le quita sus fuerzas. Cuando llegan al lugar indicado, Cabracán se debilita por la sustancia ingerida y es fácilmente dominado por los jóvenes, quienes lo atan y entierran. Así, Cabracán es derrotado por la inteligencia y astucia de Hunahpú e Ixbalanqué, completando la caída de los soberbios hijos de Vucub-Caquix.

CAPITULO 2

En este capítulo, los mensajeros de Xibalbá, Chabi-Tucur, Huracán-Tucur, Caquix-Tucur y Holom-Tucur, llegan al juego de pelota donde Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú están jugando. Les ordenan que vayan a Xibalbá a jugar con los Señores de ese lugar. Después de despedirse de su madre y dejar a sus hijos a cargo, los mensajeros los llevan a través de diversos obstáculos, como ríos de sangre y oscuros caminos, hasta llegar a Xibalbá. Allí, son recibidos por los Señores del lugar, quienes los someten a pruebas y castigos. Tras ser torturados y perder la partida de pelota, Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú son sacrificados y enterrados. La cabeza de Hun-Hunahpú se convierte en fruta en un árbol, conocido como la cabeza de Hun-Hunahpú.

CAPITULO 4

En el Capítulo 4, la mujer llamada Ixquic, que lleva en su vientre a los hijos de Hun-Hunahpú, llega a la casa de su suegra, Hunbatz y Hunchouén, quienes son hermanos gemelos. La suegra, al principio, la rechaza por considerarla deshonesta y embustera al afirmar que Hun-Hunahpú sigue vivo. Sin embargo, luego reconoce su condición de nuera y la envía a cosechar una red de maíz. Ixquic, preocupada por no encontrar suficiente maíz en la milpa, invoca a los espíritus del maíz para que la ayuden. Con su magia, convierte unas pocas mazorcas en una gran red llena de maíz. Cuando la suegra regresa y encuentra la red llena, reconoce las habilidades de Ixquic y acepta que realmente es su nuera. Este episodio muestra cómo Ixquic demuestra su virtud y habilidades ante su suegra, ganándose su reconocimiento y aceptación.

CAPITULO 3

En el Capítulo 3, se relata cómo Ixquic, una doncella, escucha sobre un árbol peculiar cuyos frutos son calaveras. Intrigada, visita el árbol y una de las calaveras le ofrece su saliva, dejándola embarazada. Cuando regresa a casa, su padre descubre su estado y convoca a los Señores de Xibalbá para castigarla. Sin embargo, Ixquic convence a los mensajeros de no sacrificarla y les ofrece la savia del árbol como sustituto del corazón en la jícara que debía ser entregada a los Señores. Los mensajeros presentan la savia como sangre ante los Señores, quienes quedan satisfechos. Finalmente, Ixquic y los mensajeros logran engañar a los Señores de Xibalbá, venciendo así su astucia.

CAPITULO 5

En este capítulo se relata el nacimiento de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, hijos de la mujer llamada Ixquic. A pesar de ser nietos de Hun-Hunahpú, nacen en el monte y son criados por su abuela. Los hermanos mayores, Hunbatz y Hunchouén, desean su muerte y los exponen a peligros como hormigueros y espinas. Aunque los gemelos sobreviven, enfrentan la envidia y el desprecio de sus hermanos mayores. Hunbatz y Hunchouén, a pesar de ser sabios, ocultan su conocimiento debido a su resentimiento. Más tarde, los gemelos castigan a sus hermanos mayores transformándolos en monos como castigo por su maltrato. A pesar de sus intentos de restaurarlos, los hermanos mayores desaparecen en el bosque, convirtiéndose en una advertencia sobre los peligros del orgullo y la envidia.

CAPITULO 6

El Capítulo 6 narra cómo los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué comienzan a trabajar en la milpa para impresionar a su abuela y madre. Utilizan sus herramientas para labrar la tierra y cortar los árboles, pero descubren que todas sus acciones son revertidas por los animales durante la noche. Deciden vigilar la milpa y descubren que los animales son los responsables de revertir su trabajo. Capturan a un ratón que revela la existencia de los objetos sagrados de sus padres colgados en la casa. Los gemelos idean un plan para recuperar los objetos, distraen a su abuela y al ratón, y obtienen con éxito la pelota y otros objetos sagrados. Después de este hallazgo, regresan con su abuela y madre como si nada hubiera pasado.

CAPITULO 7

En el Capítulo 7, Hunahpú e Ixbalanqué están jugando a la pelota en el patio cuando son convocados por los Señores de Xibalbá para jugar con ellos. Los mensajeros de Xibalbá llegan a su casa con la invitación, y la abuela les comunica la noticia. Preocupada por la seguridad de sus nietos, la abuela envía un mensaje a través de un piojo, que es devorado sucesivamente por un sapo, una culebra y un gavilán. Finalmente, el gavilán vomita el piojo con el mensaje para los gemelos. Antes de partir hacia Xibalbá, los gemelos plantan cañas en la casa como una señal de su suerte: si las cañas se secan, significará su muerte; si brotan, estarán vivos.

CAPITULO 9

En el Capítulo 9, Hunahpú e Ixbalanqué enfrentan la primera prueba de Xibalbá al entrar en la Casa Oscura. Los Señores de Xibalbá les piden rajas de pino encendidas y cigarros, que los gemelos falsifican utilizando plumas de guacamaya y luciérnagas. Los Señores creen que han sido vencidos, pero luego los desafían a jugar a la pelota. A pesar de intentar engañarlos durante el juego, los gemelos ganan y los Señores son derrotados. Después, los Señores envían a los gemelos a recolectar flores, pensando que serán engañados nuevamente. Sin embargo, los gemelos utilizan hormigas para recoger las flores sin ser detectados. Cuando presentan las flores, los Señores se enfurecen al descubrir que han sido burlados una vez más. Hunahpú e Ixbalanqué continúan demostrando su astucia y habilidad para superar las pruebas de Xibalbá.

CAPITULO 10

En el Capítulo 10, Hunahpú e Ixbalanqué enfrentan una serie de pruebas en las diferentes casas de Xibalbá. Primero, entran en la Casa del Frío, donde logran mitigar el frío utilizando troncos viejos, desafiando las expectativas de los Señores de Xibalbá. Luego, ingresan a la Casa de los Tigres y logran engañar a los tigres arrojándoles huesos para distraerlos, saliendo indemnes de esta prueba también. A continuación, entran en la Casa de Fuego, donde permanecen ilesos a pesar del fuego que los rodea. En la Casa de los Murciélagos, logran evitar ser atacados al dormir dentro de sus cerbatanas.

Sin embargo, una trampa mortal los acecha cuando un Camazotz decapita a Hunahpú mientras este mira fuera de la cerbatana. Ixbalanqué se siente derrotado y avergonzado al ver la muerte de su hermano, y los Señores de Xibalbá celebran su aparente victoria al colgar la cabeza de Hunahpú sobre el juego de pelota.

CAPITULO 11

En este capítulo, Ixbalanqué convoca a los animales y transforma a la tortuga en la cabeza de Hunahpú. Luego, planean una estrategia para vencer a los Señores de Xibalbá en el juego de pelota. Durante el juego, Ixbalanqué hace que la pelota se desvíe hacia un encinal, donde un conejo previamente instruido la recoge y huye. Mientras tanto, coloca la cabeza de Hunahpú sobre el juego de pelota para confundir a los Señores de Xibalbá. A pesar de los desafíos, logran engañar a los Señores de Xibalbá y demostrar su astucia y valentía.

CAPITULO 12

En el Capítulo 12 del Popol Vuh, se relata cómo Hunahpú e Ixbalanqué, a pesar de las artimañas de los Señores de Xibalbá para destruirlos, no sucumben a sus tormentos ni a los peligros de su reino. Los hermanos anticipan su propia muerte y proporcionan instrucciones a dos adivinos sobre cómo responder a los Señores de Xibalbá cuando pregunten qué hacer con sus cuerpos. Finalmente, los dioses oscuros los llaman para ser quemados en una hoguera, pero en un acto de resistencia y dignidad, los hermanos se sacrifican voluntariamente. A pesar de la celebración inicial de los dioses oscuros, los huesos de Hunahpú e Ixbalanqué son arrojados al río y, en lugar de morir, resucitan como jóvenes, desafiando así el poder de Xibalbá.

CAPITULO 4

En este capítulo, Hunahpú e Ixbalanqué se revelan ante los Señores de Xibalbá como los hijos vengadores de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú. Imponen una sentencia degradante sobre los dioses oscuros, privándolos de su poder y estatus. La abuela de los gemelos honra su memoria al quemar copal ante las cañas que dejaron sembradas, llamadas "Nicah". Además, se relata cómo intentan reconstruir la cara de Vucub-Hunahpú en el Sacrificadero del juego de pelota. Finalmente, los gemelos se despiden ascendiendo al cielo, acompañados por los cuatrocientos muchachos asesinados por Zipacná, quienes se convierten en estrellas.

CAPITULO 1

En el Capítulo I, se revela el nombre del padre de Hunahpú e Ixbalanqué, Hun-Hunahpú, cuyos padres eran Ixpiyacoc e Ixmucané. Hun-Hunahpú tenía dos hijos, Hunbatz y Hunchouén, quienes eran hábiles en diversas artes como la música, la pintura y la escultura. Mientras tanto, Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú se dedicaban únicamente a jugar a los dados y la pelota. En Xibalbá, los Señores deciden llamar a Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú para jugar a la pelota, con la intención de castigarlos por su falta de respeto. Tras su convocatoria, se reúnen en consejo y asignan roles a cada uno de los Señores de Xibalbá. Hun-Hunahpú e Ixbalanqué deciden enfrentar el desafío de Xibalbá, dejando atrás a los hijos de Hun-Hunahpú, Hunbatz y Hunchouén. Más adelante en la historia, se revela cómo Hunbatz y Hunchouén son derrotados por Hunahpú e Ixbalanqué.

CAPITULO 8

En el Capítulo 8, Hunahpú e Ixbalanqué se dirigen hacia Xibalbá siguiendo los caminos conocidos: el camino negro, blanco, rojo y verde. Enviaron a un mosquito llamado Xan para que picara a los Señores de Xibalbá y así conocieran sus nombres. El mosquito pica a los Señores, quienes, al exclamar de dolor, revelan sus nombres uno por uno. Sin embargo, Hunahpú e Ixbalanqué engañan a los Señores haciéndoles creer que fueron picados por un pelo de la pierna de Hunahpú. Llegan finalmente ante los Señores de Xibalbá, a quienes saludan correctamente, pero los Señores intentan engañarlos haciéndoles sentarse en piedras ardientes. Los gemelos se niegan y son conducidos a la Casa Oscura, donde tampoco son vencidos.

CAPITULO 13

En el Capítulo 13 del Popol Vuh, Hunahpú e Ixbalanqué, los héroes gemelos, continúan desafiando a los Señores de Xibalbá con sus habilidades sobrenaturales. Aparecen ante la gente con la apariencia de hombres-peces, lo que causa asombro entre los dioses oscuros. Realizan una serie de bailes y prodigios, incluyendo la resurrección de un perro y la quema y reconstrucción instantánea de una casa. Los Señores de Xibalbá, intrigados y deseosos de igualar sus habilidades, los invitan a su palacio para presenciar más de sus hazañas.

Aunque al principio dudan, los hermanos finalmente acceden y realizan más actos sorprendentes frente a los dioses oscuros. Sin embargo, cuando los Señores de Xibalbá solicitan ser sacrificados como los hermanos, estos no son resucitados, lo que lleva a su derrota y a la victoria de Hunahpú e Ixbalanqué sobre los dioses oscuros.