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FILOSOFÍA MEDIEVAL Y MODERNA

Jesus Valenzuela Alves

Created on February 22, 2024

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LA FILOSOFÍA

MEDIEVAL

PRESENTACIÓN CREADA POR: JESÚS VALENZUELA ALVES

FILOSOFÍA Y RELIGIÓN. AGUSTÍN DE HIPONA

Agustín de Hipona nació el 13 de noviembre de 354 d.C. en Tagaste, una ciudad en la provincia romana de Numidia, en lo que hoy es Argelia. Agustín recibió una educación cristiana temprana de su madre Mónica. Sin embargo, en su juventud, Agustín se apartó de la fe cristiana y se involucró en un estilo de vida hedonista hasta que en el año 386 d.C., después de una intensa crisis espiritual, Agustín se convirtió al cristianismo,. Estudió retórica en Cartago y luego enseñó en Tagaste, Cartago y Roma. Tras su conversión, Agustín regresó a África y fue ordenado sacerdote en el año 391 d.C. Posteriormente, en el año 395 d.C., fue consagrado obispo de Hipona, ciudad ubicada en la actual Argelia, donde sirvió hasta su muerte el 28 de agosto de 430 d.C. en Hipona. Durante su episcopado, Agustín enfrentó desafíos teológicos y pastorales, incluyendo la herejía donatista y el pelagianismo. Escribió numerosas obras teológicas y filosóficas, entre las que destacan "Confesiones" y "La Ciudad de Dios", que han ejercido una profunda influencia en el pensamiento cristiano y filosófico occidental.

FILOSOFÍA Y RELIGIÓN. AGUSTÍN DE HIPONA

CIENCIA, SABIDURÍA Y SALVACIÓN

Agustín de Hipona usó el pensamiento de Platón para fundar y desarrollar los dogmas cristianos en un sistema religioso-teórico que guíe a los fieles a la salvación. Esta síntesis fue uno de los cauces por los que la cristiandad recibió herencia de la Antigüedad. Para él, el punto de partida es el alma como realidad íntima, el ser humano interior. Por esa razón, el camino para buscar a Dios es la confesión, es decir, la compresión de los sentimientos y de las pasiones a la luz de la razón. Así, a Dios se llega desde la realidad creada, desde la intimidad del ser humano, que es imagen de Dios. Se puede apreciar la influencia del platonismo al ver que Agustín de Hipona ha adoptado el dualismo antropológico de Platón al ser el ser humano (según Agustín) a la vez espiritual y mortal y al poder elevarse al conocimiento de las realidades eternas creadas por Dios con la iluminación. Así pues, entrar en uno mismo es el camino para descubrir lo divino, aunque solo mediante la iluminación divina se puede conocer lo suprasensible. También es de destacar que para Agustín de Hipona, Dios es amor, este ha de ponerse en el primer plano de la vida intelectual del ser humano. El conocimiento no se da sin amor; es decir, no se entra en la verdad sino por la caridad.

FILOSOFÍA Y RELIGIÓN. AGUSTÍN DE HIPONA

De Agustín de Hipona procede la idea de la fides quaerens intellectum, «la fe que busca la comprensión», y el principio credo ut intelligam, «creo para entender».Agustín de Hipona inicia su pensamiento con la síntesis de fe y razón, aunque, al igual que Platón, distingue dos modos de conocimiento, que se refieren a dos niveles distintos de realidad:

  • La ciencia, que consiste en el conocimiento racional de las cosas temporales y cambiantes del mundo sensible.
  • La sabiduría, que es el conocimiento intelectual de las verdades y de las realidades eternas e inmutables del mundo inteligible.
Ahora bien, la ciencia siempre ha de estar subordinada a la sabiduría, y esta, a la contemplación y al amor a Dios. De modo que, en cuanto búsqueda y amor a la verdad, Agustín de Hipona entiende la filosofía como el proceso espiritual de nuestra elevación hasta Dios, proceso que se traduce en la conquista de una interioridad siempre más profunda, donde habita la verdad.

FILOSOFÍA Y RELIGIÓN. AGUSTÍN DE HIPONA

INTERIROIDAD, VERDAD Y EJEMPLARISMO

Según Agustín de Hipona, sí que hay verdades necesariamente verdaderas, pero no son las verdades que se refieren a los sentidos corporales, sino que son las verdades captadas mediante la razón, como, por ejemplo, las proposiciones matemáticas. Así pues, tales certezas, que se imponen al espíritu con la evidencia de la verdad, no pertenecen al mundo sensible, sino al inteligible. Como había enseñado Platón, existen realmente en el mundo inteligible, solo que, para Agustín de Hipona, el mundo inteligible es la inteligencia de Dios.

  • Agustín de Hipona sabe, pues, que existe y que piensa. En cambio, no sabe de dónde le viene el saber que sabe. Podemos, por tanto, distinguir entre:
  • Una verdad de hecho: Agustín de Hipona tiene conciencia de existir y de pensar. Es y piensa; no piensa y es (como dirá luego Descartes). El pensamiento es contenido del ser, no el ser contenido del pensamiento. No hay una deducción del existir por el pensamiento en Agustín de Hipona.
Un problema que resolver: de dónde le viene el saber que sabe. La proposición «sé que soy un ente pensante» incluye la certeza de la existencia de Agustín de Hipona, pero no incluye el saber de dónde es como ser pensante. Por tanto, en Agustín de Hipona, la evidencia del pensamiento no es absoluta, sino que remite a una evidencia superior, trascendente al pensamiento.

FILOSOFÍA Y RELIGIÓN. AGUSTÍN DE HIPONA

ÉTICA, POLÍTICA E HISTORIA

Agustín de Hipona ofrece una de las reflexiones más originales de la historia de la filosofía sobre el problema del mal y sobre su relación con la libertad humana, según las cuales el mal no tiene una existencia en sí, sino que debe ser entendido como "ausencia de bien", como "no-ser", como carencia o como límite que toda criatura padece por el hecho de ser creada, a diferencia de Dios mismo, que no tiene límite alguno. Sin embargo, no es ese mal metafísico el que verdaderamente más nos preocupa a los seres humanos, sino el mal moral, sino que son, para Agustín de Hipona, resultado del mal uso que los seres humanos hacemos de la libertad que Dios nos ha otorgado. Muchos de los males físicos que sufrimos no son más que el resultado de este mal moral, que ha corrompido las almas de los seres humanos desde Adán y que se transmite de unos a otros generalizando una especie de inclinación y de preferencia por lo malo (doctrina agustiniana del pecado original). Por tanto, la libertad es la facultad dada a los seres humanos por Dios de poder elegir entre lo bueno y lo malo. Es un poder muy positivo, y en ella se basa la superioridad del ser humano respecto de los demás animales. El problema surge porque, a causa de nuestros pecados, empezando por el de Adán y Eva, todo ser humano adolece de cierta inclinación hacia lo malo.

FILOSOFÍA Y RELIGIÓN. AGUSTÍN DE HIPONA

ÉTICA, POLÍTICA E HISTORIA

Según Agustín de Hipona, todo ser humano es, en primer lugar, un «hombre viejo», mundano y carnal, sometido al tiempo y a la muerte. Pero cualquier ser humano puede convertirse en un «hombre nuevo», espiritual, mediante el renacimiento del bautismo y cumpliendo los preceptos evangélicos. Entonces comienza un itinerario de elevación de su alma a Dios cuya meta final es participar con él en la vida eterna. También para Agustín de Hipona, toda la historia está recorrida por esta lucha entre una parte de los seres humanos, que se aman a sí mismos hasta despreciar a Dios, frente a otra parte, que aman a Dios hasta despreciarse a sí mismos. Cada una de estas dos ciudades aspira a la paz, pero de modos distintos: la ciudad de Dios aspira a la paz eterna y a la felicidad, reservada a sus fieles, mientras que la ciudad terrena aspira a la mera paz política; o sea, la concordia entre gobernantes y gobernados. En esta doctrina se esconde una concepción pesimista del poder político: su principal función es ser el agente represivo y externo que impida por la fuerza a los seres humanos infligirse violencia los unos a los otros. Para Agustín de Hipona, no obstante, el Estado, que tiene sus raíces en necesidades profundas de la naturaleza humana, debe velar por los asuntos temporales (el bienestar, la paz, la justicia), por lo que tiene también una significación divina. Todo poder político viene de Dios, por lo que los valores religiosos no son ajenos al Estado, y este tiene que estar impregnado de los principios cristianos.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

Tomás de Aquino,, fue un teólogo, filósofo y sacerdote nacido en el año 1225 o 1227 en Roccasecca en el Reino de Nápoles (actual Italia). Tomás fue educado en los monasterios benedictinos y en la Universidad de Nápoles, donde se familiarizó con la filosofía aristotélica y las obras de los filósofos islámicos y judíos de la Edad Media. A pesar de la oposición de su familia, Tomás decidió unirse a la Orden Dominicana, lo que provocó su confinamiento por un tiempo. Estudió en París y Colonia bajo la tutela de Alberto Magno, otro destacado filósofo y teólogo medieval, quien influyó profundamente en su pensamiento. Durante este período, Tomás desarrolló su sistema teológico-filosófico conocido como el tomismo, que buscaba reconciliar la fe cristiana con la razón filosófica, especialmente con la filosofía de Aristóteles. Entre sus obras más importantes se encuentran la Summa Theologiae (Suma de Teología) y la Summa Contra Gentiles (Suma contra los Gentiles), en las que aborda una amplia gama de temas teológicos y filosóficos, como la existencia de Dios, la naturaleza del alma, la ética y la ley natural. Tomás de Aquino falleció el 7 de marzo de 1274 en Fossanova, Italia, mientras viajaba para participar en el Concilio de Lyon.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

EL ARISTOTELISMO CRISTIANO

Para Tomás de Aquino, Aristóteles era el máximo representante de la filosofía, pues llegó hasta donde la razón podía alcanzar; más allá solo está ya la verdad sobrenatural de la fe. Tomás de Aquino se propuso conjugar la filosofía con la fe, la obra de Aristóteles con las verdades que Dios ha revelado al ser humano.Pero, además, creyó posible mejorar la fundamentación conceptual de la teología cristiana reformulando e incorporando algunos de los conceptos principales de Aristóteles. Ahora bien, el gran problema de Aristóteles era el de los modos de ser, y lo desarrolló mediante su teoría de la sustancia, del ente y del motor inmóvil. Trazaba, así, el ámbito de una metafísica a partir de la que organizaba las otras partes del saber. No obstante, a Tomás de Aquino le interesaban otros problemas:

  • La demostración de la existencia de Dios y la explicación de su esencia, en la medida en que es posible.
  • La interpretación racional de los dogmas junto a la preservación de su núcleo suprarracional, aunque no antirracional; así, la Trinidad, la creación del mundo, la Eucaristía.
  • La doctrina del alma humana, espiritual e inmortal, y la ética orientada hacia la vida sobrenatural.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA

Para Tomás de Aquino, la filosofía es la el conjunto de conocimientos que los seres humanos podemos adquirir mediante la razón. En cambio, la teología es la ciencia de la fe, es decir, la ciencia que, basándose en las verdades reveladas por Dios en las Sagradas Escrituras, intenta penetrar en el significado de estas y descubrir nuevos sentidos. Las facultades a las que remiten estos saberes son distintas:

  • La razón es la facultad de comprender «lo que son las cosas»; en cambio, la fe es la facultad de creer, es decir, de «aceptar las verdades reveladas por Dios».
  • La razón es una facultad de orden natural, o sea, la poseemos los seres humanos en tanto que humanos; en cambio, la fe pertenece al orden sobrenatural (es una virtud teologal), y la poseemos como un don de la gracia divina.
A partir de esta diferencia básica, Tomás de Aquino señala otras que perfilan debidamente los ámbitos respectivos de la filosofía y de la teología:
  • Por ejemplo, mientras que el conocimiento racional tiene su origen en la abstracción, la fe lo tiene en la iluminación divina.
  • Por último, el objeto de la razón son los seres o las cosas que aparecen a los sentidos y al entendimiento; en cambio, el objeto de la fe son las verdades reveladas, que solo pueden ser aceptadas basándonos en la autoridad divina.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA

Tomás de Aquino separa la filosofía de la teología, o sea, la investigación racional guiada tan solo por principios evidentes, de la teología. Solo mediante esta separación, la teología puede servir de complemento a la filosofía, y la filosofía, de preparación y de auxiliar de la teología. No obstante, hay dogmas revelados que se pueden conocer también por la razón; por ejemplo, la existencia de Dios o la inmortalidad del alma. En los casos en que se pueden comprender racionalmente algunos dogmas, es preferible esta posibilidad a la pura creencia basada en la fe. La razón aplicada a los temas que son también asunto de fe y de teología es la llamada teología natural. A partir del sentido de esta relación, Tomás de Aquino con cluye que la revelación debe ser siempre el criterio de la verdad. Por tanto, el desacuerdo de una doctrina filosófica con un dogma revelado es un indicio de que esta es falsa, de que la razón se ha extraviado y no ha llegado a la verdad. En este sentido, debe haber una subordinación de la filosofía a la revelación. La teología adquiere tal carácter de ciencia cuando se esfuerza en explicar y en estructurar racionalmente los datos revelados en un sistema coherente que los haga inteligibles.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

LA METAFÍSICA TOMISTA

Para Tomás de Aquino, la primera noción que el entendimiento humano concibe, y que supone todas las demás, es la noción de «ente», o sea, la noción de «algo que es». En esta noción es posible distinguir dos componentes realmente distintos entre sí:

  • La «esencia», aquello que la cosa es: se puede definir como forma pura o forma que existe por sí misma. Esa condición la tiene solo Dios. Pero también se puede definir como forma de una materia, lo que tiene lugar en el caso de las sustancias materiales o corpóreas; por ejemplo, el ser humano, los animales o las plantas.
  • La «existencia», o sea, el hecho o el acto por el que la cosa es: al ser la existencia realmente (y no solo conceptualmente) distinta de la esencia, debe ser entendida como el acto, o sea, la realización perfecta respecto de la cual la esencia es solo potencia.
Esta aplicación de la distinción aristotélica entre potencia y acto a la relación entre esencia y existencia permite concebir a Dios como el ser subsistente por sí, el único en el que esencia y existencia coinciden. Todos los demás entes no tienen la existencia por sí mismos, sino que existen porque reciben su ser de Dios.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

LA METAFÍSICA TOMISTA

Dios es el ser absoluto por sí, que confiere la existencia a todo lo que es. El ser así creado por Dios tiene una existencia (ser) participada según su esencia. De ahí concluye Tomás de Aquino que la esencia puede estar en las sustan cias de tres maneras distintas:

  • En la única sustancia divina, en la que la esencia se identifica con la existencia. Por ello, Dios es necesario por sí y eterno.
  • En las sustancias angélicas o formas puras, cuya esencia no incluye materia, pero es distinta de su existencia. Por ello, su ser no es por sí, sino creado y finito.
  • En las sustancias compuestas de materia y forma, cuya esencia (potencia) deviene en acto (existencia) por la acción de una causa creadora, que es Dios.
  • La distinción entre esencia y existencia permite a Tomás de Aquino diferenciar entre Ser creador —el ser por sí necesario y absoluto—, y el ser creado y contingente, que recibe su ser por un acto de la voluntad libre y omnipotente de Dios.
De este modo, la Creación, que es una verdad de fe como comienzo de las cosas en el tiempo, resulta ser también una exigencia de la constitución misma de los seres creados.

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA. TOMÁS DE AQUINO

ÉTICA, LIBERTAD Y FELICIDAD

Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino afirma que los seres humanos tienden por naturaleza a la felicidad, por lo que es preciso determinar cómo conseguirla. La felicidad no reside en la simple posesión de bienes materiales, porque estos bienes son externos y accidentales a la naturaleza humana. Para Aristóteles, lo distintivo de la naturaleza humana es la racionalidad, por lo que la felicidad consistirá en la actividad más perfecta y más elevada de la razón, que es la vida contemplativa. Tomás de Aquino corrige en esto a Aristóteles y considera que la felicidad humana solo se alcanza plenamente en la contemplación de Dios. También para él, la voluntad humana es libre y no queda disminuida ni eliminada por la finalidad o la teleología a la que Dios ha sometido al mundo natural, ni por su presciencia, ni por su gracia. De ahí la posibilidad del pecado, que es obra de un mal uso de la libertad por parte del ser humano. Es ese mal uso el que introduce el mal en la existencia. Pero mientras que el mal como pena es deficiencia de forma o de realidad (por ejemplo, la ceguera es falta de visión), la culpa es la deficiencia de una acción que, o se ha omitido, o se ha realizado indebidamente de manera libre e intencionada. Así pues, la culpa implica comportarse de forma contraria a la ley divina resistiéndose a lo que Tomás de Aquino llama la «sindéresis», que es la inclinación espontánea a hacer el bien y a evitar el mal. En esta inclinación se basan las virtudes, que son hábitos o disposiciones que nos encaminan a vivir de manera moralmente buena.

EL FILOSOFÍA ÁRABE

La filosofía árabe, también conocida como filosofía islámica, se refiere al desarrollo de la filosofía dentro del mundo árabe e islámico desde los siglos VII al XV, principalmente en el período medieval. La filosofía árabe es una tradición rica y diversa que incorpora elementos de la filosofía griega clásica, la teología islámica, la ciencia y la cultura persa, así como contribuciones originales. La filosofía árabe tuvo su inicio con la traducción de obras filosóficas griegas, especialmente de Aristóteles, Platón y los neoplatónicos, del griego al árabe. Esta tarea de traducción se llevó a cabo principalmente en el califato abasí en Bagdad y en el Imperio omeya en Damasco, donde se establecieron centros de aprendizaje y traducción. Uno de los primeros y más importantes filósofos árabes fue Al-Kindi (c. 801-873), quien fue pionero en la traducción y el estudio de la filosofía griega en el mundo islámico. Otros filósofos notables incluyen a Al-Farabi (c. 872-950), quien se destacó en la lógica, la ética y la política, y Avicena (Ibn Sina, c. 980-1037). Uno de los aspectos más importantes de la filosofía árabe fue su intento de reconciliar la fe islámica con la razón filosófica. Esto se realizó mediante el desarrollo de un enfoque filosófico conocido como falsafa, que integraba la filosofía griega con la teología islámica y la mística sufí. Sin embargo, la filosofía árabe no estuvo exenta de controversias y tensiones. Hubo períodos en los que algunos líderes religiosos islámicos consideraron la filosofía como una amenaza para la ortodoxia islámica y la rechazaron.

GUILLERMO DE OCKAM Y EL NOMINALISMO

Con el nominalismo, Ockham rechaza la existencia de cualquier universal fuera de la mente. Ockham sostiene que es incoherente la noción misma de universalidad si se considera su existencia, ya que entonces sería un objeto particular con características particulares. Algunos lo ven como el precursor de la epistemología moderna y la filosofía contemporánea en general, debido a su rigurosa defensa de la existencia solo de individuos, en lugar de esencias o supra-inteligibless, argumentando que los universales son construcciones mentales derivadas de la abstracción de individuos y carecen de existencia independiente fuera de la mente humana. Ockham sostiene que es incoherente la misma idea de universalidad si se admite su existencia, ya que entonces sería un objeto particular con características particulares. Su postura sobre la distinción entre "lo universal" y "lo particular" (sostenía que lo universal solo existe en la mente humana) la extendió al ámbito religioso, lo que lo hace ser considerado un precursor de la separación entre razón y fe. Según Ockham, solo la fe puede conducir al conocimiento de Dios. Esto lo diferencia de Tomás de Aquino, quien abogaba por la integración de la filosofía y la teología.

EL RENACIMIENTO Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

LA OPOSICIÓN ENTRE CIENCIAS Y HUMANIDADES

En general, tanto el interés por la cultura del mundo clásico como el intento de recuperación de los sistemas filosóficos antiguos discurre independientemente del gran avance en el campo de la actividad científica que tiene lugar también es esta época. En este momento, las ciencias y la humanidades se separan. Concretamente, las concepciones de la naturaleza y del ser humano que predominan en la filosofía humanista se basaban en los grandes sistemas filosóficos griegos, mientras que la actividad científica se desvinculaba abiertamente de la filosofía, dando como resultado la constitución de la ciencia moderna. A la preparación y al desarrollo de esta oposición entre ciencias y humanidades contribuyeron los siguientes factores:

  • El impulso dado a la observación y a la experimentación por el nominalismo desde el siglo xiv.
  • El progreso de las matemáticas, que se une a una visión matemática del universo y de los fenómenos naturales, dando lugar a la nueva física.
  • El descubrimiento de la ciencia griega, especialmente de Arquímedes, que ofreció un modelo de ciencia a Galileo.

EL RENACIMIENTO Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

EL MÉTODO EXPERIMENTAL

Desde mediados del siglo XVI hasta finales del siglo XVII, en el ámbito de la ciencia tuvo lugar la importantísima revolución científica, cuyo resultado fue la transformación en profundidad de la imagen clásica y medieval del universo. En la estructura metafísica del mundo, según ambos sistemas, se distinguía un ámbito sublunar, formado por los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego), de forma esférica y en cuyo centro está situada la Tierra, y un ámbito supralunar, poblado de cuerpos luminosos esféricos perfectos e incorruptibles y animados de movimiento circular perfecto y uniforme. Con la revolución científica se destruyó esta imagen aristotélico-ptolemaica, y la elaboración del nuevo sistema supuso la creación de un nuevo método de trabajo con las siguientes características:

  • La matematización de la naturaleza: el orden de la naturaleza se formaliza mediante las matemáticas, que son la ciencia fundamental para afianzar el conocimiento científico.
  • El mecanicismo: se concibe el universo como un gran mecanismo regido por leyes y por procesos causales que excluyen el finalismo (causas finales) en la naturaleza.
  • El dominio de la naturaleza: el objetivo del conocimiento científico es el dominio de la naturaleza y la mejora de la vida humana.
  • La autoridad de la experiencia y de la observación: con el desarrollo del método científico, el criterio de conocimiento serán los experimentos y las conclusiones teóricas obtenidas mediante procesos de observación y de deducción, no la tradición o el prestigio de algunos autores.