Want to create interactive content? It’s easy in Genially!
LA IRA: El Cuarto Pecado Capital.
Carmen Porcel DelaTorre
Created on February 20, 2024
Trabajo de la SA3 hecho por Carmen Porcel.
Start designing with a free template
Discover more than 1500 professional designs like these:
Transcript
EL IV PECADO CAPITAL: LA IRA
En otros casos también al deseo de venganza, furia y violencia de los elementos e incluso a la repetición de actos de ensañamiento y/o enconamiento.
La ira es un estado emocional caracterizado por el enfado. Este enfado alude a la pasión del alma que provoca indignación y enojo.
¿Qué representa la imagen del fondo?
Esta imagen representa de manera abstracta lo que es la ira: Nuestro interior se enfada de manera intensa, a veces este enfado es transmitido al exterior de diversas maneras que pueden generar consecuencia desagradables. A veces llamamos a estos pensamientos y acciones ''nuestros demonios'', así que en esta imagen se ve a una figura similar a la de un demonio. (Que a su vez simbolizan el pecado sin arrepentimientos).
La ira se da en ejemplos tan cotidianos como:
- Has quedado con tus amigos y llegan tarde, no escuchas sus explicaciones y te enfadas muy fuertemente.
- Has estudiado mucho para un examen y sacas menos de lo que te esperabas. En vez de decepcionarte, te enfadas, e incluso sientes ganas de romper el papel.
Decisiones que nos llevan a la ira:
Imaginemos que un compañero de clase con el que no te llevas bien te empieza a insultar sin motivo.Consideras que se está sobrepasando y tienes ganas de llorar, gritarle, pegarle y un largo etcétera.¿Te dejas llevar por la ira? ¿Qué decisión tomas?
Decisión 2:
Decisión 1:
Estás bien porque sabes que has hecho lo correcto.
Tu conciencia no se queda tranquila.
¿Qué hacer tomada la decisión?
Si has hecho algo indebido por al ira:
Lo mejor que puedes hacer es reflexionar para saber qué hacer la próxima vez que sientas que la ira te invade. Entonces, pedir disculpas tanto a la gente afectada por lo que hayas hecho como a Dios por desobedecer su deseo de paz. Además de pedirle a Dios que te dote de paciencia y capacidad para afrontar las cosas de otra manera. Y por último, mentalizarte para tomarte las cosas con calma la próxima vez y evitar que eso se repita, respirando y pensando las cosas en frío.