Knolling - El cuarto de atrás

El cuarto de atrás

Knolling - Ramón Ruedas- 2º Bto

Imagen fondo: Juan P.

Espejo

El espejo es un objeto relevante en la obra ya que representa la búsqueda de identidad y la exploración del pasado. La protagonista, a través de un espejo mágico, consigue imaginar otras realidades, incluso descubre aspectos ocultos de su propia historia. El espejo actúa como un portal que permite a la protagonista confrontar su presente con su pasado, enfrentándose a sus propios miedos y contradicciones. En definitiva es un símbolo de introspección.

“Me vuelvo ansiosamente, deseando recobrar por sorpresa la verdad en aquella dislocación atisbada hace unos instantes, pero fuera del espejo persiste la normalidad que él reflejaba [...]” Cap 1.

Foto espejo: Carrefour

Vasos

Estos objetos más allá de su aparición en la obra son relevantes ya que se nombran al inicio y en el final. Por ello es que los vasos son importantes ya que sirven cómo explicación de la estructura circular de la obra que puede despistar al lector e incluso en ciertos momentos, a la protagonista. En este caso, no recuerda porque tiene dos vasos en la mesa cuando su hija la visita, siendo difícil discernir si lo vivido con Alejandro fue real o era culpa de ese estado entre vigilia y sueño de la noche pasada.

“—¿Por qué me miras con esa cara de susto? —Dices que ha venido alguien... ¿Por qué lo has dicho? —Porque he visto ahí fuera una bandeja con dos vasos.” Cap 7.

Foto vaso: dreamstime

Cartas

Las cartas se nombran múltiples veces en la obra, pero en definitiva toman el protagonismo en el capítulo 5, ya que las cartas son relevantes en casi la totalidad del capítulo. En esta parte de la obra, las cartas sirven cómo conector entre los diferentes personajes, por ejemplo Carmen recibe la llamada de Carola explicando que ha leído unas supuestas cartas de Alejandro. Esto realmente es un elemento de confusión ya que confunde a la protagonista y hasta al propio lector.

“—Gracias, sólo es pedirle que no le cuente a él que he leído las cartas, no me lo perdonaría, las tenía escondidas como un tesoro, claro que cuanto más te esconden las cosas, más te pica la curiosidad, eso es lógico; la riña de esta tarde... —¿Pero de qué cartas me está hablando? —interrumpo.” Cap 5.

Foto cartas: 123RF

Pila de hojas

A medida que avanza la obra, aumenta la cantidad de folios. Esto ocurre hasta que justo en el final de la obra, Carmen los levanta y ve que son ciento ochenta y dos. Esto vuelve a ser ejemplo para explicar la estructura circular de la trama, sobre la cual, la propia obra se va escribiendo al tiempo que es contada por Carmen, metáfora del paso del tiempo y de la vida de Carmen

“El sitio donde tenía el libro de Todorov está ocupado ahora por un bloque de folios numerados, ciento ochenta y dos. En el primero, en mayúsculas y con rotulador negro, está escrito «El cuarto de atrás». Lo levanto y empiezo a leer: [...]” Cap 7.

Foto pila de hojas: Shutterstock

La cajita dorada

Tiene un valor de amuleto, pero además es un objeto con un fuerte peso ya que, de por si, sirve como perfecto ejemplo para caracterizar la estructura de la obra e incluso sirve como sintetizador de toda la obra, ya que como vemos con otros recursos, la caja se presenta al inicio y al final de la obra, ejemplo de su estructura circular. También como muchos otros objetos, este sirve como recurso para la protagonista para recordar vivencias pasadas y en definitiva sirve como una especie de portal en el tiempo. Por último este objeto al igual que otros, es motivo de tremenda confusión ya que Carmen no recuerda con total claridad de dónde viene ni hace cuanto tiempo la tiene. De hecho, el último capítulo recibe el nombre de este objeto, ya que se comenta sobre la cajita al final de la obra haciendo alusión al inicio. En definitiva esta cajita dorada es una especie de símbolo poderoso que agrupa la fusión entre la realidad y la fantasía en la narrativa.

“—Oye, ¿y esta cajita tan mona? La visión fugaz de sus dedos sobre la cajita dorada me deja sin respiración, desvío los ojos hacia la derecha, fingiendo no haber oído, dándome una tregua para contestar algo. Vuelve a venir hacia acá. —Cada día oyes peor. Te preguntaba que de dónde has sacado esta cajita. —La tengo hace mucho tiempo, me la regaló un amigo. —Nunca te la había visto.” Cap 7

Foto cajita: Monva

Aparador

El aparador desempeña un papel importante al despertar recuerdos de la infancia y la adolescencia de la narradora. Este mueble, lleno de historia familiar, simboliza un espacio de juego y almacenamiento de recuerdos para la protagonista y sus amigos. Durante la guerra, el aparador sufre una transformación al convertirse en un lugar para almacenar provisiones, marcando así el bonito e inocente cometido que tenía originalmente.Esto simboliza el cambio abrupto y la pérdida de la infancia para los niños, marcando su fin. En conclusión, este objeto tiene la capacidad de “transportar” y recordar experiencias pasadas y por ello es un objeto con cierta intervención en la novela.

“Pero desde mucho antes, desde que, sentada en el sofá verde, frente a este aparador, miraba en mi infancia los santos del libro de historia, ni los acontecimientos gloriosos ni los comportamientos ejemplares me parecían de fiar, me desconcertaban los reyes que promovían guerras, los conquistadores y los héroes, recelaba de su gesto altivo cuando ponían el pie en tierra extraña, defendían fortines o enarbolaban cruces y estandartes; me vuelvo hacia el aparador como si pretendiera ponerlo por testigo.” Cap 3.

Foto aparador: El viejo Odeón

Sofá

Ocurre mucha de la acción de la trama, es relevante ya que, según su hija, su madre estaba dormida en la cama, pero carmen recuerda haberse dormido en el sofá, esta misma confusión es la que se da a lo largo de toda la obra, siendo difícil para carmen distinguir la realidad del sueño.

“Miro el sofá vacío con el chal negro encima. —Oye, cuando me viste dormida, ¿dónde estaba? —¿Cómo que dónde estabas? En la cama, ¿dónde ibas a estar?” Cap 6. “—¿Por qué no viene a sentarse? —me pregunta el hombre de negro, señalándome un sitio a su lado en el sofá, como si fuera él el dueño de la casa y yo la visitante.” Cap 1.

Foto sofá: depositphotos

Pastillas

Estas píldoras, hacen recordar, rescatan la memoria, estas aparecen al inicio y final de la novela, esto sirve para enganchar al lector ya que recuerda algo del pasado teniendo un porqué en el futuro ya que carmen, al final de la novela, no recuerda si fue real o un sueño. Entre las que tomaba, solía consumir dexedrina, un psicoestimulante que sirve para inducir el estado de tranquilidad, pero a veces, puede causar la euforia, por esto, Carmen aprovecha esta sensación para escribir en la noche de la acción de la trama. En conclusión, las pastillas sirven cómo un viaje introspectivo para la protagonista. A través de ellos, Carmen reflexiona sobre su identidad.

“—¿Has tomado dexedrina? Me vuelvo, apoyándome en la mesa y me encuentro con sus ojos intrigados. Antes de que apareciera la carta azul, fui a la cesta de costura en busca de algún fármaco, sí, tal vez… —No me acuerdo —digo.” Cap 7.

Foto pastillas: Farmacia Aparici

Libros de Todorov

“[...] escribí en un cuaderno: «Palabra que voy a escribir una novela fantástica», supongo que se lo prometía a Todorov, era a mediados de enero [...]” Cap. 1 “[..] Ahí está el libro que me hizo perder pie: Introducción a la literatura fantástica de Todorov [...]” Cap. 1

Estos libros, se nombran muchas veces, específicamente cuando Carmen es entrevistada por Alejandro y le cuenta, entre otras muchas cosas, como era la primera novela que ella misma escribió. Esta primera novela, perteneciente al género de la metaliteratura (que se basa en la construcción de la propia novela, a la vez que el tiempo transcurre), a semejanza de los libros de Todorov que usó como referencia.

Foto libro: Pixabay