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¿Cómo se distingue un reforzador?
aynnekartbravo
Created on January 16, 2024
En este trabajo se explora la importancia de discernir entre reforzadores positivos y negativos, destacando cómo su identificación precisa es esencial para el diseño efectivo de programas de modificación de conducta y para comprender las complejidades de la interacción entre estímulos y respuestas e
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Transcript
Reto 3
¿Cómo se distingue un reforzador?
Reforzador positivo
reforzador negativo
Existen dos tipos
Según su naturaleza
Según su estructura
Criterios de administración y programación
Según su naturaleza
Según su origen
Según su origen
Lorem Ipsum
Identificación de la Condición Aversiva
Reforzadores negativos de escape
Saciación
Magnitud y calidad
Reforzador contingente
Reforzadores de consumo
Reforzamiento
Primarios o incondicionados
práctica negativa
Estímulos Desagradables Existentes
Reforzadores negativos de evitación
Reforzador incontingente
Efectos previos
extinción
Reforzadores de actividad
secundarios o condicionados
Lorem
control de estímulos
Técnicas de Reducción de Conductas
relación temporal y causal
En el ámbito laboral
Reforzadores manipulativos
Tangibles
Tiempo Fuera de Reforzamiento (TFR)
Consideraciones Temporales
No es lo mismo que:
castigo
Programación
Reforzadores de posesión
sociales
tipos de castigo
Condicionados generalizados
Programación
Reforzadores no programados
refuerzo
castigo temporal
costo de respuesta
Castigo corporal.
actividades reforzantes
REFORzamiento
Reforzadores sociales
Conductas deseables
reforzador
conductas operantes
En el ámbito laboral.
Reforzadores de atención especial: Elogios delante de otras personas, signación de trabajos especiales. Reforzadores económicos: ascenso, dias libres pagados, acciones de la empresa, coche de empresa, entre otros. Reforzadores de tiempo en el trabajo: Tiempo libre para actividades relacionadas con el trabajo, para asuntos personales, descanso extra, tiempo adicional para comer.Reforzadores de participación: voz en decisiones directivas, colaborar en el establecimiento de metas, más responsabilidad.
Origen de su valor reforzante
El reforzamiento positivo tiene su origen en los principios del condicionamiento operante propuestos por B.F. Skinner, que sugiere que las consecuencias de una acción influyen en la probabilidad de que esa acción se repita en el futuro. (Rovira Salvador, 2023)Ruiz-Fernández et al. (2012) clasifican los reforzadores en diversos tipos según su origen y naturaleza, como primarios, secundarios, tangibles y sociales. Skinner (1953) destaca ejemplos de reforzadores condicionados, como el dinero y el elogio, mientras que los tangibles incluyen objetos materiales. Los reforzadores sociales, como la atención y el reconocimiento, son poderosos y se administran fácilmente.
Su estructura
La estructura del reforzamiento positivo implica la identificación clara de la conducta deseada, la entrega precisa del reforzador positivo y la consistencia en la aplicación. Es esencial que el reforzador sea relevante y significativo para el individuo, lo que aumenta su efectividad. Además, la estructura debe considerar la frecuencia y el momento de entrega para maximizar su impacto en el fortalecimiento de la conducta.
Su naturaleza
La naturaleza del reforzamiento positivo radica en la adición de estímulos agradables o recompensas, ya sean tangibles o sociales, para fortalecer la ocurrencia de una conducta específica. Estos reforzadores pueden variar ampliamente, desde elogios y reconocimientos hasta premios materiales o privilegios.
Su estructura
La estructura del reforzamiento negativo implica identificar claramente la relación entre la conducta y la eliminación del estímulo aversivo. Esto requiere una comprensión precisa de qué situaciones o eventos desencadenan la conducta y cómo la respuesta adecuada conduce a la eliminación del estímulo aversivo. Al igual que en el reforzamiento positivo, la consistencia y la adecuación del reforzador son cruciales para su eficacia
Programas del reforzamiento positivo
Los programas de reforzamiento, según Plazas (2006), son esenciales en la administración del reforzador positivo. Se clasifican en continuos e intermitentes, y los de razón (fija y variable) y de intervalo (fijo y variable) generan efectos diferentes en la conducta. La elección del programa depende de los objetivos, siendo el continuo efectivo para instaurar nuevas conductas y el intermitente para producir conductas resistentes a la extinción.
El refuerzo positivo y el refuerzo negativo son técnicas de modificación de conducta utilizadas para fortalecer ciertos comportamientos:
Conductas Deseables para el Refuerzo Positivo: Realización de Comportamientos Deseados: Las conductas que se desean fomentar o incrementar. Respuestas Positivas a Incentivos: Responder favorablemente a estímulos positivos o recompensas. Participación Activa: Involucrarse activamente en actividades o tareas específicas. Colaboración y Cooperación: Mostrar actitudes colaborativas y cooperar con otros. Logro de Metas: Alcanzar objetivos predefinidos a través de comportamientos positivos. Conductas Deseables para el Refuerzo Negativo: Evitación de Comportamientos Indeseados: Utilizar el refuerzo negativo para reducir o evitar comportamientos no deseados. Adaptación a Instrucciones: Ajustarse y seguir instrucciones para evitar consecuencias aversivas. Aprendizaje de Estrategias de Evitación: Desarrollar habilidades para eludir o mitigar situaciones desagradables. Cambio de Conducta para Evitar Castigos: Modificar el comportamiento con el fin de eludir consecuencias negativas.
Magnitud y Calidad del Reforzador
Según Domjan (2010), la cantidad y calidad del reforzador son cruciales. Un reforzador debe ser lo suficientemente grande y de calidad para fortalecer la respuesta instrumental. Se debe considerar la importancia de la magnitud del reforzador, teniendo en cuenta las experiencias previas del individuo.
Efectos Previos y Experiencias Pasadas
Numerosos estudios indican que los efectos de un reforzador particular dependen de las experiencias previas del individuo. La percepción de la recompensa está influenciada por lo que ha recibido anteriormente, como se señala en la obra de Domjan (2010).
Relación Temporal y Causal
Domjan (2010) destaca que la relación entre una respuesta y un reforzador puede ser temporal (contigüidad) o causal (contingencia). Es esencial comprender cuándo realizar una acción para obtener un reforzador y cuándo es probable recibirlo independientemente de las acciones.
Identificación de la Condición Aversiva
Para aplicar un reforzador negativo, es necesario identificar una condición o situación aversiva previa. Según Labrador (2008), esta condición desagradable debe existir antes de poder aplicar el reforzador negativo.
Utilización de Estímulos Desagradables Existentes
En la práctica clínica, se suelen utilizar estímulos desagradables que ya existen en el contexto habitual del individuo. Esto permite que el sujeto elimine estas condiciones aversivas emitiendo conductas deseables (Labrador, 2008).
Técnicas de Reducción de Conductas
Labrador (2008) menciona dos técnicas: la saciación y la práctica negativa. Ambas implican la repetición de estímulos o conductas aversivas hasta que pierden su valor reforzante. Sin embargo, se destaca que estos efectos suelen ser temporales.
Tiempo Fuera de Reforzamiento (TFR):
Esta técnica implica sacar a la persona de la situación en la que está obteniendo reforzamiento contingente a la emisión de una conducta no deseada. Se requiere identificar los reforzadores y retirar a la persona del entorno reforzante (Labrador, 2008).
Consideraciones Temporales
El tiempo fuera de reforzamiento (TFR) solo se puede utilizar durante un breve período, ya que la persona volverá al ambiente anterior. Puede considerarse una técnica puente para alterar el ambiente de forma definitiva o desarrollar conductas alternativas (Labrador, 2008).
La programación del reforzador negativo
La programación del reforzador negativo puede llevarse a cabo mediante diferentes programas, como el programa continuo y los programas intermitentes. En el programa continuo, el reforzador negativo se proporciona de manera constante después de la emisión de la conducta deseada. Por otro lado, en los programas intermitentes, el reforzador negativo se administra de manera intercalada, es decir, no en cada instancia de la conducta. La efectividad de la reducción de la conducta está vinculada a la evolución y al programa de reforzamiento que ha mantenido el comportamiento en cuestión. Además, es crucial considerar el valor reforzante del ambiente del cual se retira a la persona como consecuencia de la emisión de la conducta. Estos aspectos, abordados por Labrador (2008), subrayan la importancia de comprender la relación entre la programación del reforzador negativo y la modificación conductual, destacando la necesidad de ajustar estratégicamente los programas de reforzamiento según las características específicas de la conducta y el contexto.