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El empirismo de Hume y el racionalismo de Descartes.
Juanan Antonio Villalba
Created on January 14, 2024
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Transcript
El empirismo de Hume y el racionalismo de Descartes.
Presentación
Índice
-¿Quién fue Descartes?
-La filosofía moderna
-La crisis del siglo XVII
-¿Quién fue Hume?
-Reacciones: racionalismo y empirismo
-La filosofía moderna inglesa
-La Inglaterra empirista
-La Europa del racionalismo
-Descartes
-La respuesta empirista
-Hume: la culminación del empirismo
-René Descartes: matemático y filósofo
-Un ilustrado escocés
-El método
-La duda y la primera verdad
-El problema de la causalidad
-Las tres sustancias
-Crítica a la metafísica
-Libertad y mecanicismo
¿Quién fue Hume?
David Hume fue un filósofo, economista e historiador escocés nacido en 1711 y fallecido en 1776. Es considerado uno de los más importantes pensadores de la Ilustración escocesa y uno de los principales representantes del empirismo en la filosofía occidental. Entre sus obras más influyentes se encuentran "Tratado sobre la naturaleza humana" (1739-1740), "Investigación sobre el entendimiento humano" (1748) y "Investigación sobre los principios de la moral" (1751). En estas obras, Hume examinó críticamente temas como el conocimiento, la percepción, la causalidad, la moralidad y la religión. Uno de los aspectos más destacados de la filosofía de Hume es su crítica a la noción de causalidad y su argumento de que nuestras creencias sobre el mundo se basan en la experiencia sensorial, en lugar de en la razón pura. También influyó en áreas como la economía, la teoría política y la epistemología, dejando un legado duradero en la historia del pensamiento occidental.
En este vídeo podemos saber mas sobre quién fue Hume.
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La filosofía moderna inglesa
La filosofía moderna inglesa
Esta revolución, que trajo a Guillermo III de Orange al trono inglés, marcó un cambio significativo hacia una monarquía parlamentaria y constitucional. La Declaración de Derechos de 1689, resultado de la Revolución Gloriosa, consagró la primacía de las leyes sobre la voluntad del rey, estableciendo así principios fundamentales de libertad individual, propiedad privada, libertad de prensa y división de poderes. Este evento fue trascendental para la historia política de Inglaterra, consolidando su posición como la primera potencia comercial y capitalista del mundo y sentando las bases de un sistema político que influiría en el desarrollo de otras naciones.
La filosofía moderna surge en el siglo XVII con un enfoque en las cuestiones del conocimiento, influenciada por el desarrollo de la ciencia. Los filósofos buscan crear una filosofía basada en los logros de la nueva ciencia. Se distinguen dos corrientes principales: el racionalismo en Europa continental y el empirismo en las islas británicas. 1.1. La Inglaterra empirista. En el siglo XVII, mientras las monarquías en el continente europeo consolidaban su poder, Inglaterra experimentó un fenómeno político peculiar. Impulsados por el crecimiento del comercio, la clase burguesa, descontenta con los privilegios de la nobleza, respaldó al Parlamento en su lucha por obtener más influencia y autoridad frente a la monarquía. Esta dinámica antagónica entre el Parlamento y la monarquía alcanzó su punto crítico durante los reinados de Jaime I y Carlos I, cuando las tensiones políticas desembocaron en la guerra civil de 1642 y la ejecución de Carlos I en 1649, dando paso a la breve república inglesa. Sin embargo, en 1660, tras la muerte de Oliver Cromwell y el declive de la república, se restauró la monarquía de los Estuardo. Las tensiones entre las tendencias absolutistas y parlamentarias persistieron, lo que culminó en la Revolución Gloriosa de 1688.
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La filosofía moderna inglesa
1.2. La respuesta empiristaEl empirismo, una corriente filosófica que se desarrolló en las islas británicas entre los siglos XIII y XVII, se caracteriza por su enfoque en la experiencia sensorial como la principal fuente de conocimiento humano. A diferencia del racionalismo, los empiristas sostienen que la razón está subordinada y limitada por los datos sensoriales. Consideran que todo lo que podemos conocer proviene de la experiencia, siendo ésta el criterio fundamental para establecer la verdad y el alcance de la razón. Este enfoque empirista niega la existencia de ideas innatas, argumentando que la mente humana es como una "tabula rasa" al nacer, y que todo conocimiento es adquirido a través de la experiencia. Entre los precursores del empirismo se destacan Guillermo de Occam, quien abogó por el recurso a la experiencia en la investigación, y Francis Bacon, cuyo "Novum Organon" (1620) estableció el método inductivo basado en la experiencia y la razón como el camino hacia el conocimiento verdadero. Los empiristas también muestran un interés particular en comprender cómo se origina y cuáles son los límites del conocimiento humano. Reconocen las dificultades para justificar una metafísica sólida y encuentran inspiración en las ciencias experimentales, como la física, como modelo de conocimiento válido.
Guillermo de Occam y Francis Bacon
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Hume: la culminación del empirismo
Hume: la culminación del empirismo
David Hume, filósofo escocés del siglo XVIII, llevó el empirismo a sus límites, siendo coherente con sus principios, aunque esto le ganó acusaciones de escepticismo. Su obra, fundamental para la filosofía posterior, fue inicialmente subestimada.4.1. Un ilustrado escocés David Hume, un ilustrado escocés nacido en 1711, fue un representante destacado de la Ilustración británica y del empirismo, influenciado por Locke. A pesar de su formación en la Universidad de Edimburgo, Hume buscó en Francia un ambiente intelectual similar al de Descartes para desarrollar su obra principal, "Tratado sobre la naturaleza humana", publicado en partes entre 1739 y 1740. Aunque inicialmente ignorado, sus ensayos morales y políticos tuvieron mejor acogida, aunque le valieron la reputación de escéptico y ateo, lo que le impidió ocupar una cátedra en ética universitaria. Sus obras posteriores, como "Investigación sobre el entendimiento humano" y "Investigación sobre los principios de la moral", empezaron a ganar reconocimiento para su pensamiento. Su monumental trabajo sobre la historia de Inglaterra fue bien recibido en su época. En París, donde se trasladó en 1763, se relacionó con filósofos ilustrados como Voltaire y Diderot, y tuvo una breve amistad con Rousseau. Hume falleció en 1776 en Edimburgo.
Investigar el conocimiento
La asociación de ideas. Las ideas simples se originan en impresiones simples, mientras que las ideas complejas pueden surgir de la combinación fantasiosa de impresiones simples. Las leyes de asociación de ideas según Hume incluyen la semejanza, la contigüidad en el espacio y el tiempo, y la relación causa-efecto. Las relaciones de ideas son afirmaciones que surgen del razonamiento y son universales y necesarias, como las verdades matemáticas. Las cuestiones de hecho son afirmaciones que se basan en la observación y la experiencia, son contingentes y probables, y su negación no implica contradicción. 4.3. El problema de la causalidad Hume cuestiona la idea de relación causa-efecto mediante su enfoque empirista. Al analizar ejemplos como el calentamiento del agua por el fuego, señala que percibimos una conexión necesaria entre ambos fenómenos. Sin embargo, al buscar en la experiencia una impresión de esta necesidad entre la causa y el efecto, no la encuentra. Concluye que la idea de conexión necesaria es producto de la imaginación y la costumbre, útil para la vida cotidiana pero no garantiza conocimiento universal y necesario. La probabilidad de la ciencia Hume señala que cuestionar la validez de la relación de causalidad afecta a la ciencia, ya que muchas explicaciones y predicciones científicas se basan en esta relación. Según él, la causalidad no es una ley universal, sino una costumbre de nuestro entendimiento. Por lo tanto, los enunciados científicos no pueden considerarse leyes universales, sino creencias apoyadas en la costumbre y la tradición. Aunque la repetición de observaciones puede generar confianza en estas creencias, estas siguen siendo probabilísticas y no universales ni necesarias.
Hume heredó tanto del empirismo como de la Ilustración el interés por fundamentar y legitimar el conocimiento humano. Reconoció las dificultades en esta búsqueda, especialmente en filosofía, donde las contradicciones son comunes. Por ello, consideraba esencial comprender la naturaleza humana como base del conocimiento, ya que todas las ciencias son productos de la mente humana. Por tanto, la filosofía debe estudiar al ser humano y sus facultades para determinar la validez de sus producciones.. El origen de nuestras ideas. Hume sostiene que todas nuestras experiencias mentales son percepciones, que se dividen en impresiones (sensaciones inmediatas) y en ideas (copias menos intensas de las impresiones). Estas percepciones pueden ser de sensación (provenientes de los sentidos) o de reflexión (estados mentales). Además, se clasifican en simples (indivisibles) y complejas (divisibles en componentes más simples).
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Crítica a la metafísica
Hume sostiene que el principio empirista, que exige que toda idea tenga una impresión correspondiente, cuestiona la validez de la ciencia y rechaza la metafísica. La metafísica, al no encajar en las categorías de relaciones de ideas o cuestiones de hecho de Hume, no puede considerarse conocimiento, ya que no trata ni de relaciones entre ideas ni de hechos observables. En consecuencia, según Hume, la metafísica consiste en opiniones sin consistencia ni fundamento. Crítica a la idea de sustancia Hume critica la idea de sustancia en sus diferentes formas: extensa, infinita y pensante. Argumenta que la idea de sustancia como soporte de cualidades no tiene base en la experiencia, siendo más bien una invención de la imaginación. Además, señala que la idea de una sustancia infinitamente perfecta, como Dios, carece de impresión que la legitime, aunque reconoce la naturalidad de la religión. También cuestiona la noción de un yo como sujeto permanente de impresiones, argumentando que esta idea tampoco tiene fundamento en la experiencia y es una construcción imaginativa. En resumen, Hume desafía las concepciones tradicionales de sustancia y yo, considerándolas como creencias sin fundamentos empíricos. Para entender mejor esto tenemos este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=9CILlsl8ScQ
¿Quién fue Descartes?
René Descartes fue un filósofo, matemático y científico francés del siglo XVII. Es considerado uno de los padres de la filosofía moderna y uno de los pensadores más influyentes en la historia de la humanidad. Nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye en Touraine, Francia, y falleció el 11 de febrero de 1650 en Estocolmo, Suecia. Descartes es conocido principalmente por su famosa frase "Cogito, ergo sum" (Pienso, luego existo), que expresa su método de duda metódica para alcanzar la certeza absoluta sobre la realidad. En su obra más influyente, "Discurso del Método" (1637), Descartes establece los fundamentos de su filosofía, que se basa en el principio de la duda metódica como medio para alcanzar el conocimiento seguro y la certeza. Además de su trabajo filosófico, Descartes también realizó importantes contribuciones a las matemáticas, especialmente en geometría, donde formuló el sistema de coordenadas cartesianas, que permitió la representación algebraica de las formas geométricas. Sus ideas también influyeron en el desarrollo de la física, al proponer una visión mecanicista del universo. Descartes es una figura fundamental en la historia de la filosofía y la ciencia occidental, y su legado sigue siendo objeto de estudio y debate en la actualidad.
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La filosofía moderna
1.2. Reacciones: racionalismo y empirismo. En la filosofía moderna, surgió la necesidad de encontrar un enfoque similar al científico, abandonando debates interminables por un camino seguro y progresivo. Esto llevó al desarrollo de dos corrientes principales: el racionalismo, liderado por René Descartes, y el empirismo, promovido por Thomas Hobbes. Mientras el racionalismo otorgaba primacía a la razón como fuente de conocimiento y se basaba en un sistema deductivo matemático, el empirismo se centraba en la experiencia como base del saber. Estas corrientes buscaban proporcionar fundamentos sólidos a la nueva ciencia y a la filosofía moderna, adaptándose a los avances y desafíos de su tiempo. 1.3. La Europa del racionalismo. Durante el siglo XVII, los pensadores racionalistas se alejaron del Renacimiento italiano y se concentraron en Francia, Holanda y partes de Alemania. Francia, bajo Luis XIV, fue un ejemplo de monarquía absoluta, donde el rey concentraba todo el poder. Mientras tanto, Holanda, tras obtener su independencia, se convirtió en un próspero centro comercial e industrial. Además, Holanda fue un refugio para filósofos como Descartes, Spinoza, Hobbes y Locke, gracias a su ambiente de libertad de pensamiento.
La filosofía moderna
El racionalismo es una corriente filosófica que surgió en el siglo XVII como respuesta a la crisis provocada por la revolución científica y la división religiosa de la época. Se caracteriza por otorgar primacía a la razón como fuente principal de conocimiento, por encima de la experiencia sensorial o la revelación divina. 1.1. La crisis del siglo XVII. En el siglo XVI, los intelectuales se enfrentaron a una crisis debido a la revolución científica y la división religiosa en Europa. La revolución científica cuestionó creencias arraigadas como el geocentrismo y la física aristotélica, mientras que la falta de renovación espiritual llevó a la división de la Europa cristiana. Este malestar demostró la dificultad de alcanzar la sabiduría y la posibilidad de error humano. Sin embargo, la revolución científica ofreció una salida, inspirando a algunos intelectuales en Francia, Holanda e Inglaterra a iniciar una nueva filosofía que integraba métodos y descubrimientos científicos. Esta nueva corriente filosófica buscaba integrar la razón y la observación empírica como fundamentos del conocimiento, marcando así el inicio de la filosofía moderna.
La filosofía moderna
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Descartes
Descartes
Descartes
En este apartado analizaremos la vida y la obra de René Descartes, considerado el padre del racionalismo moderno. Destacaremos su defensa de la necesidad de seguir un método adecuado para alcanzar el éxito en cualquier búsqueda. Además, exploraremos su filosofía, enfocándonos en su famosa intuición de que la duda nos conduce más allá de la duda misma, acercándonos así a una primera verdad. Por último, examinaremos las tres sustancias fundamentales según Descartes: el yo pensante, Dios y el mundo, como componentes esenciales de toda realidad. 2.1. René Descartes: matemático y filósofo René Descartes, nacido en 1596 en La Haye, Francia, fue educado en el colegio de La Flèche. Después de estudiar derecho, se interesó por la geometría y luego se unió al ejército, donde tuvo una revelación sobre el fundamento del conocimiento en 1619. Posteriormente, se trasladó a París y luego a Holanda para evitar persecuciones ideológicas. En 1637, publicó su famoso "Discurso del método", exponiendo su método para alcanzar el conocimiento y sus ideas filosóficas.
2.2. El método Descartes se preocupó por fundamentar el conocimiento de manera segura, destacando la falta de un método adecuado en la filosofía en contraste con el método seguro de la ciencia. Propuso aplicar el método geométrico a la filosofía para garantizar la certeza en el conocimiento. Inspirado en Galileo, vio en las matemáticas la clave para ordenar la experiencia. En su "Discurso del método" de 1637, estableció cuatro reglas fundamentales: la de la evidencia (intuición), la del análisis, la de la síntesis y la de la enumeración. Creía firmemente en que unas pocas reglas bien elegidas y seguidas rigurosamente eran suficientes para guiar adecuadamente la razón humana en la búsqueda del conocimiento, confiando en la capacidad humana para formular y responder a las preguntas más complejas. 2.3. La duda y la primera verdad Descartes sostiene una duda radical sobre todo conocimiento recibido, fundamentada en la incertidumbre de los sentidos, los errores de razonamiento, la dificultad para distinguir sueño de vigilia y la hipótesis del genio maligno. Sin embargo, esta duda no es escéptica, sino un paso hacia la búsqueda de verdades indudables. El famoso "Pienso, luego existo" (Cogito, ergo sum) emerge como la primera verdad incuestionable, justificando la existencia de un yo pensante separado del cuerpo. Este principio se convierte en un modelo para aceptar como verdadero cualquier conocimiento que sea evidente, claro y distinto.
Las tres sustancias
El mundo, sustancia extensa
Dios, sustancia perfecta e infinita
El yo pensante
Descartes, mediante el proceso de duda metódica, afirma la existencia de dos sustancias: el yo pensante y Dios. Posteriormente, argumenta la existencia de una tercera sustancia, la materia extensa, que incluye tanto el mundo material como nuestro propio cuerpo. El yo pensante, consciente de su propia existencia, reconoce la diferencia entre su naturaleza no extensa y la naturaleza extensa del cuerpo. Aunque inicialmente duda de la existencia del cuerpo, la veracidad de Dios garantiza la realidad de las percepciones sensoriales y la existencia del mundo material. Descartes postula que el yo pensante y la materia extensa son realidades independientes, pero se enfrenta al problema de la interacción mente-cuerpo. Propone que la glándula pineal en el cerebro sirve como punto de conexión entre el alma y el cuerpo, permitiendo que las decisiones mentales influyan en las acciones físicas.
La duda metódica de Descartes lleva a la certeza de la existencia de un yo pensante, una sustancia que piensa. Aunque pueda dudar de la existencia de su cuerpo y del mundo exterior debido a la falta de fiabilidad de los sentidos, no puede dudar de la existencia de sus pensamientos, ideas y subjetividad. Sin embargo, Descartes se enfrenta al desafío de determinar si las ideas sobre el mundo corresponden a la realidad objetiva. Clasifica las ideas en tres tipos: adventicias o adquiridas (provenientes de la experiencia sensible), facticias o artificiales (inventadas por nosotros mismos) e innatas o naturales (emergen de la propia facultad de pensar sin depender de la percepción o invención). Las ideas innatas, como la de Dios, la causa, la sustancia o el número, son consideradas como verdades necesarias e incuestionables.
Descartes argumenta que, a pesar de la imperfección inherente al yo pensante, poseemos la idea de perfección, lo cual implica la existencia de un ser perfecto, Dios. Esta idea de perfección no puede originarse en seres imperfectos como nosotros, por lo que debe ser una realidad divina la que la haya generado en nuestras mentes. La existencia de Dios es crucial en la metafísica cartesiana, ya que representa una realidad extramental que garantiza la verdad de nuestras ideas claras y distintas. Dios se convierte así en la garantía del conocimiento, pues todas las verdades eternas y las leyes de la naturaleza emanan de Él. Descartes utiliza el argumento ontológico de san Anselmo, fortalecido por su concepción de que las ideas tienen una realidad indiscutible. Así como la esencia de un triángulo implica sus propiedades, la esencia de Dios implica su existencia, ya que un ser perfecto no puede carecer de esa perfección.
Libertad y mecanicismo
Descartes adopta el dualismo antropológico, separando cuerpo y alma, principalmente para preservar la idea de libertad humana. Considera que el cuerpo está regido por leyes mecánicas deterministas, mientras que el alma es libre y no puede ser sometida a tales leyes. Esta distinción permite la defensa de la libertad del ser humano frente a un determinismo mecánico. Además, estimula el desarrollo de la investigación médica al considerar al cuerpo humano como una máquina desmontable, facilitando las disecciones y el avance en medicina. Sin embargo, este enfoque también puede llevar a una visión instrumentalista de la naturaleza, donde el ser humano domina y explota la naturaleza y los animales a su antojo, lo que puede generar una actitud irrespetuosa hacia el medio ambiente. El dualismo cartesiano entre cuerpo y alma surge principalmente para preservar la libertad humana frente al determinismo mecánico, aunque también tiene implicaciones tanto positivas como negativas en la investigación médica y en la relación del ser humano con la naturaleza.
Conclusión
En resumen, la filosofía de René Descartes se caracteriza por su riguroso método de duda metódica, que busca establecer fundamentos sólidos para el conocimiento. A través de esta duda, Descartes llega a la primera verdad indudable: "Pienso, luego existo". Esta afirmación del yo pensante como una sustancia separada del cuerpo es central en su pensamiento. Descartes distingue tres sustancias que componen la realidad: el yo pensante, Dios y el mundo material. El yo pensante, caracterizado por la facultad de pensar, se convierte en el punto de partida para el conocimiento. Dios, como sustancia perfecta e infinita, garantiza la veracidad de las ideas claras y distintas. Y el mundo material, compuesto por la sustancia extensa, existe bajo la garantía de Dios. El dualismo antropológico de Descartes, que separa el alma libre del cuerpo determinado por leyes mecánicas, surge en defensa de la libertad humana. Aunque este enfoque estimuló avances en ciencias como la medicina, también suscitó actitudes poco respetuosas hacia la naturaleza, al considerarla como una máquina al servicio del ser humano. En conclusión, la filosofía de Descartes marcó un hito al establecer un método riguroso y al plantear cuestiones fundamentales sobre la naturaleza del ser humano, Dios y el universo, aunque también planteó dilemas y tensiones, especialmente en relación con la relación entre mente y cuerpo, y la libertad humana frente al determinismo.
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