MARABUNTA

MARABUNTA GRANDE

Índice

Historia de los miembros

Barrio

Historia de la banda

Vehículos

Objetivos de la banda

Colores

Discords integrantes

Negocios principales

Historia de la banda

Historia miembros

Luis Fuentes

Alvaro Puertas

Sandra Ramirez

Guillermo Puertas

Jimena Ramirez

Saul Martínez

Jorge De La Cruz

Manuel Bartolomeo

Ubicación del barrio

OBJETIVOS DE LA BANDA

+85k

+45k

+190

OBJETIVOS

Corto plazo

Largo plazo

Medio plazo

Tener la confianza completa de las mafias, que todos los barrios les teman y les tengan respeto, que estos no se metan en sus negocios.

Conseguir asentarse, meterse en el negocio de la venta de drogas y robos a pequeños locales

Conseguir establecer una rivalidad con los “Varrios los Aztecas” y “Los Vagos”, conseguir robar sus primeras joyerías, ser la principal organización de venta de marihuana en la ciudad, proporcionar seguridad a algún local de la ciudad y tener el respeto de una mafia.

VEHÍCULOS

Picador

BF 400

Dominator

COLORES

Los colores que representan a este grupo criminal es el azul, puede ser azul oscuro o azul normal.

• Venta de armas.

• Carreras ilegales.

Principales negocios

• Extorsión

• Robos a locales, joyerías, furgones, bancos y casas.

• Tráfico de drogas, principalmente marihuana.

INTEGRANTES NOMBRES DISCORD

alexaaandraaa

trey.a1

cristianmenendez

alvaretee.

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1casper.

aamaai

aalvxro

En la vibrante ciudad de Los Santos, Alvaro, un joven de 21 años proveniente de El Salvador, buscaba un nuevo comienzo en la vida. Decidió dejar atrás su pasado y aventurarse en busca de oportunidades en un lugar desconocido y emocionante. Aunque Los Santos era conocida por su belleza y caos, Alvaro no estaba preparado para lo que le deparaba. Al llegar a Los Santos, Alvaro se encontró con un grupo de chicos en Burrito Alto, un barrio donde la delgada línea entre la legalidad y la ilegalidad se desvanecía rápidamente. Estos chicos eran parte de una organización criminal llamada Marabunta, una banda que controlaba áreas específicas de la ciudad y estaba involucrada en diversos negocios ilícitos. Al principio, Alvaro se vio atraído por la camaradería y la sensación de pertenencia que ofrecía el grupo. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la vida en Los Santos no era tan sencilla como había imaginado. La Marabunta tenía reglas estrictas, y la lealtad se pagaba con sangre. Con el tiempo, Alvaro se integró en las filas de la organización, realizando pequeños trabajos y ganándose el respeto de sus compañeros criminales. Aunque se encontraba inmerso en el mundo de la delincuencia, Alvaro no podía ignorar la creciente tensión y peligro que rodeaba su vida diaria. A medida que se profundizaba en el oscuro submundo de Los Santos, Alvaro comenzó a cuestionar sus decisiones. Se dio cuenta de que estaba atrapado en un ciclo de violencia y corrupción, y anhelaba una salida. Con el tiempo, conoció a personas que le mostraron que había otras formas de vivir y que la redención era posible. Alvaro enfrentó la difícil decisión de seguir el camino de la redención o continuar en el mundo peligroso de la Marabunta.

Sandra Ramírez, nacida el 3 de septiembre de 2002, vivió una infancia marcada por la dicha y la adversidad. A los 14 años, su vida dio un giro inesperado cuando la tragedia golpeó a su familia: ambos padres fallecieron, dejándola a ella y a su hermana Jimena bajo el cuidado de su abuela. A pesar de la pérdida, Sandra y Jimena encontraron consuelo y apoyo en su abuela, quien se convirtió en su pilar fundamental. La infancia, aunque difícil, estuvo marcada por la alegría de la complicidad entre hermanas y el amor incondicional de su abuela. Sin embargo, al buscar pertenencia y escapar de las dificultades económicas, Sandra y Jimena se unieron a un grupo de amigos con circunstancias similares. Juntos, formaron "Marabunta", un grupo que, en su afán de enfrentar la adversidad, se adentró en el oscuro mundo del narcotráfico. La camaradería que compartían se transformó en una lealtad ciega, y la necesidad de ingresos rápidos los llevó por un camino peligroso. A medida que se sumergían en actividades ilícitas, la vida de Sandra tomó un rumbo riesgoso. Atrás quedaba la inocencia de la infancia, reemplazada por la cruda realidad de un entorno violento. A pesar de los desafíos, la conexión con su hermana y la lección aprendida de su abuela sobre la importancia de la familia seguían siendo su anclaje emocional.

La Marabunta Grande se creó en los años 80 y 90 en los distritos de East Los Santos, específicamente en El Burro Heights, Murrieta Heights y Vespucci Beach. Con el propósito de cuidar a los salvadoreños emigrantes. Se presume que comenzó por el maltrato y discriminación que existía hacia los salvadoreños por parte de los mexicanos, argentinos y estadounidenses un grupo de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos se unieron y crearon esta pandilla, una de las más violentas del mundo. La marabunta o mara ha experimentado un incremento notable. Se presume que parte del crecimiento de las maras en losjóvenes se debe a diversos problemas familiares, abandono, maltrato, abuso, etc. Los mareros suelen iniciarse cuando tienen entre 12 y 21 años. Estos jóvenes entran a la mara en busca de apoyo o una familia, siendo esa una de las principales razones por las que un alto porcentaje de adolescentes en Centroamérica se han visto vinculados de una u otra forma con pandillas callejeras, pero igualmente un alto índice de jóvenes se ve reclutado de forma forzosa por esta pandilla, quienes muchas vecesaceptan por temor a represalias. Los mareros pueden ser reconocidos por su forma de caminar, vestimenta y por su lenguaje oral y de señales. Se dice que los tatuajes expresan su lealtad y amor a la marabunta, y cada uno tiene un significado.Los pandilleros o mareros, tienden a usar armas de gran calibre para sus hechos delictivos ya que en muchos de sus asesinatos han usado armas de fuego como pistolas, escopetas e incluso fusiles de asalto AK-47 y M16. En algunos casos utilizan armas blancas (cuchillos, machetes, bates etc).

Manuel Bartolomeo, un joven de 24 años proveniente del Salvador, se encontró inmerso en el oscuro tejido de Los Santos junto a su amigo Guillermo. Ambos compartían una historia marcada por la adversidad y la búsqueda de oportunidades en una ciudad donde la línea entre la legalidad y la criminalidad era borrosa. Manuel y Guillermo, antiguos conocidos desde su vida en el Salvador, llegaron juntos a Los Santos con sueños de una vida mejor. Sin embargo, las circunstancias y la dura realidad de la ciudad los llevaron a unirse al grupo organizado conocido como Marabunta. Este paso no solo transformó sus vidas, sino que también consolidó su amistad en el contexto de un mundo peligroso y lleno de desafíos. Manuel, con su astucia y habilidades para sortear situaciones complicadas, rápidamente se destacó en el grupo. Su capacidad para pensar rápido y tomar decisiones audaces lo hizo valioso para Marabunta, donde los desafíos y las rivalidades eran constantes. Aunque inicialmente se sumaron a la organización por necesidad, pronto encontraron en Marabunta una especie de familia, una red de apoyo en un entorno hostil. La relación entre Manuel y Guillermo se fortaleció a medida que enfrentaban juntos las pruebas y tribulaciones de la vida delictiva en Los Santos. La lealtad mutua se convirtió en un vínculo crucial, ya que ambos compartían la carga de sus decisiones y acciones. A pesar de las sombras que se cernían sobre ellos, buscaban una forma de reconciliar sus deseos de una vida mejor con la realidad de la violencia y la ilegalidad.

Luis Fuentes, un joven de 23 años, ha vivido toda su vida en Burrito Alto, inmerso en las complejidades de Los Santos. Aunque su familia tiene raíces en El Salvador, Luis ha pasado la mayor parte de su vida en este barrio, influenciado por la presencia constante de la criminalidad que lo rodea desde su infancia. Su padre, un hombre de fuerte presencia y con un historial en la Marabunta, se convirtió en la figura dominante en la vida de Luis. Criado en un entorno donde la ley de la calle y la lealtad al grupo eran fundamentales, Luis absorbió los valores y las habilidades que lo convertirían, con el tiempo, en un criminal. A medida que crecía, Luis se vio cada vez más envuelto en las actividades ilícitas de su padre y su círculo social. La Marabunta, un grupo organizado temido en Los Santos, se convirtió en una presencia constante en su vida. A pesar de los peligros que conlleva ser parte de una pandilla, Luis se sintió atraído por la camaradería y el sentido de pertenencia que brindaba. Con el tiempo, Luis siguió los pasos de su padre y se unió oficialmente a la Marabunta. Su habilidad para maniobrar en el mundo criminal y su lealtad a la organización lo hicieron ganarse el respeto entre sus compañeros. Sin embargo, esta elección no estuvo exenta de consecuencias, ya que se vio envuelto en situaciones peligrosas y decisiones éticamente cuestionables.

Jorge Hernández, un joven de 22 años con piel morena y una distintiva papada, ha pasado toda su vida en Burrito Alto, un barrio marcado por la complejidad y la influencia de la Marabunta en Los Santos. Aunque su familia tiene raíces en El Salvador, Jorge ha sido criado en un entorno donde la línea entre la legalidad y la criminalidad se difumina rápidamente. Desde su infancia, Jorge estuvo expuesto a la vida en la delincuencia debido a la participación de su padre en la Marabunta. Criado en un ambiente donde la lealtad al grupo y la astucia eran habilidades fundamentales, Jorge aprendió a sobrevivir en las calles ásperas de Burrito Alto. Su piel morena y su papada se convirtieron en características distintivas que reflejaban la dureza y la determinación adquiridas a lo largo de los años. A medida que crecía, la sombra de la Marabunta se cernía cada vez más sobre Jorge. La figura de su padre, un criminal respetado en la organización, influyó significativamente en las elecciones que Jorge tomó a medida que alcanzaba la adultez. Eventualmente, siguió los pasos de su progenitor y se unió a las filas de la Marabunta. Jorge, con su piel morena y papada, ganó su lugar en la organización mediante la participación en actividades ilícitas. Su astucia y habilidades le permitieron destacarse en el mundo criminal de Los Santos. Sin embargo, a medida que se sumergía más profundamente en este estilo de vida, enfrentó dilemas morales y cuestionamientos sobre su propia identidad y lealtades.

Guillermo, un joven de 22 años con una complexión fuerte y una distintiva barba, provenía del Salvador junto a su hermano Alvaro. Juntos, decidieron buscar nuevas oportunidades en Los Santos, una ciudad llena de luces brillantes y sombras más oscuras. Sin embargo, sus sueños tomaron un rumbo inesperado cuando se unieron a un grupo organizado llamado Marabunta. Desde temprana edad, Guillermo y Alvaro habían enfrentado desafíos en su vida en el Salvador. La dificultad para encontrar empleo y la creciente presión social llevaron a los hermanos a tomar decisiones que cambiarían el curso de sus vidas. Marabunta se presentó como una oportunidad para escapar de la pobreza, pero también introdujo a los hermanos en un mundo de crimen y violencia. Guillermo, con su complexión fuerte, rápidamente se destacó en el grupo. Su barba se convirtió en un símbolo de respeto entre los miembros de Marabunta, mientras que su lealtad hacia su hermano Alvaro se volvía aún más crucial en un entorno donde la confianza era escasa. A medida que los hermanos se sumergieron en la vida delictiva de Los Santos, participaron en diversos actos ilícitos junto a los demás miembros de Marabunta. Las calles de la ciudad se convirtieron en su territorio, y Guillermo se encontró tomando decisiones difíciles para proteger a su hermano y mantener su posición dentro del grupo. A pesar de la oscuridad que los rodeaba, la relación entre Guillermo y Alvaro se convirtió en el ancla emocional de ambos.

Saul Martinez nació en una pequeña ciudad en México, en el seno de una familia trabajadora. Su infancia estuvo marcada por la lucha constante de sus padres para mantener a la familia y brindarles una vida mejor. Omar era el mayor de tres hermanos y asumió la responsabilidad de cuidar de sus hermanos menores desde una edad temprana. A medida que Saul crecía, comenzó a notar la creciente presión económica que afectaba a su familia y a su comunidad en general. La falta de oportunidades y el aumento de la delincuencia en su ciudad natal hicieron que su familia considerara la posibilidad de mudarse a Los Santos, donde esperaban encontrar una vida mejor. Cuando Saul tenía 15 años, su familia tomó la valiente decisión de emigrar a Los Santos en busca de un futuro más prometedor. La gran ciudad los recibió con un choque cultural, ya que el bullicio y la complejidad de Los Santos eran muy diferentes a lo que estaban acostumbrados. La familia de Saul se estableció en un vecindario del sur de Los Santos, un área conocida por su alta densidad de población de origen mexicano y por la presencia de varias pandillas, incluidos los SouthSide Traviesos 13. La adaptación fue difícil, pero la familia de Saul estaba decidida a superar las dificultades. En la nueva escuela, saul se esforzó por aprender inglés y hacer amigos en su comunidad. Fue entonces cuando conoció a algunos jóvenes que formaban parte de los SouthSide Traviesos 13. Aunque al principio se mantuvo al margen de la vida de pandillas, la influencia de su entorno y la búsqueda de protección en un vecindario peligroso lo llevaron a unirse a la banda. Saul se convirtió en un miembro respetado de los SouthSide Traviesos 13. La banda, formada en su mayoría por jóvenes de origen mexicano como él, brindaba una sensación de pertenencia y apoyo que Saul había estado buscando desde su llegada a Los Santos. Sin embargo, también se dio cuenta de los riesgos y las consecuencias graves de la vida de pandillas. A lo largo de los años, Saul se esforzó por encontrar un equilibrio entre su lealtad a la banda y su deseo de crear un futuro mejor para él y su familia. A pesar de las tentaciones y los desafíos, siguió trabajando duro en la escuela y se graduó con éxito. Durante su tiempo en la banda, Saul también desarrolló habilidades de liderazgo y una comprensión profunda de la dinámica de las pandillas en Los Santos. Comenzó a considerar la posibilidad de utilizar su influencia dentro de la comunidad para promover un cambio positivo y alejar a los jóvenes de la vida de pandillas. Un día, mientras participaba en un evento comunitario organizado por la banda, Saul conoció a un consejero de una organización sin fines de lucro que trabajaba para ayudar a jóvenes en riesgo. Esta reunión sería un punto de inflexión en la vida de Saul, ya que lo inspiró a buscar una salida de la vida de pandillas y a dedicar su tiempo a trabajar en la comunidad de una manera más constructiva. Saul comenzó a colaborar con la organización sin fines de lucro, utilizando su experiencia y su conocimiento para llegar a jóvenes que estaban atrapados en la vida de pandillas y ofreciéndoles una oportunidad de cambio. A través de programas de mentoría y actividades deportivas, Saul trabajó para alejar a los jóvenes de la violencia de las pandillas y brindarles esperanza y oportunidades.

Jimena Ramírez, una joven de 20 años, nació en El Salvador y creció en Los Santos, cerca de Burrito Alto. Desde pequeña, enfrentó desafíos en su vida, pero su historia tomó un giro inesperado cuando se involucró con un grupo criminal organizado llamado Marabunta. La vida en Los Santos no siempre fue fácil para Jimena y su familia. Aunque provenían de una comunidad cercana, las circunstancias llevaron a Jimena a buscar una salida diferente a sus problemas. Fue entonces cuando conoció a los miembros de Marabunta, un grupo con una reputación temible en el bajo mundo. Con el tiempo, Jimena se unió a Marabunta y comenzó a participar en actividades ilícitas junto a sus nuevos compañeros. Este cambio marcó el inicio de una vida peligrosa y llena de riesgos. Las líneas entre la lealtad, la supervivencia y la moralidad se volvieron borrosas para Jimena, mientras se sumergía más profundamente en el mundo criminal. A pesar de su participación en actividades delictivas, Jimena nunca perdió de vista su conexión con su familia, especialmente con su hermana. La dualidad entre su vida en la oscuridad y sus lazos familiares creó tensiones internas en Jimena, quien constantemente luchaba con sus decisiones y las consecuencias de sus acciones.

En las polvorientas calles de un poblado entre la fronteras del Salvador y Honduras , ocho amigos inquietos (Alvaro, Manuel, Luis, Sandra, Jimena, Jorge, Guillermo y Saul) decidieron cambiar el curso de sus vidas, ya que estaban hartos de la pobreza y la desesperación en sus países de origen, por lo que se embarcaron en una búsqueda arriesgada de poder y riqueza en la ciudad de Los Santos, en un barrio que se hacía llamar Burrito Alto.

Los ocho amigos, unidos por lazos de lealtad y deseo de escapar de sus realidades desoladoras, vieron en Burrito Alto la oportunidad de un nuevo comienzo. La ciudad, conocida por su actividad delictiva y redes clandestinas, parecía ofrecerles un terreno fértil para sus ambiciones. Su objetivo era claro: establecer un imperio en el tráfico de armas y drogas, controlando los oscuros rincones de Los Santos.Al llegar, se encontraron con una competencia feroz. Bandas mexicanas, estadounidenses, etc ya dominaban los terrenos, cada una luchando por su porción del lucrativo negocio ilícito. Los hermanosPuertas se encargaron de forjar alianzas estratégicas con grupos locales, mientras Saul, con su astucia innata, se infiltró en los círculos de la competencia para recopilar información valiosa. Sandra y Jimena, conscientes de la importancia de la inteligencia femenina en este mundo , se convirtieron en las estrategas detrás de la operación. Manejaban las finanzas y los movimientos con precisión, asegurando que el grupo prosperara. Manuel, con su experiencia táctica, lideró las operaciones en el terreno. Luis entrenó a los demás en técnicas de combate y defensa, preparándolos para los inevitables enfrentamientos con las otras bandas. Jorge, con su carisma y habilidades de negociación, intentó establecer alianzas temporales con los grupos mexicanos y estadounidenses, aunque la traición siempre acechaba. La batalla por el control del tráfico de armas y drogas llevó a enfrentamientos sangrientos en las calles de Los Santos. El grupo se vio envuelto en un conflicto constante contra bandas rivales, enfrentando amenazas tanto internas como externas. La intervención de las autoridades estadounidenses aumentó la presión, obligando al grupo a operar en las sombras y a reinventarse constantemente para evitar la detección. A medida que los enfrentamientos se intensificaban, la lealtad del grupo se probó repetidamente y se fortaleció.