Cuento: los signos matemáticos

Cuento:

Los signos matemáticos

Matemáticas

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Cuento: los signos matemáticos I

En un lugar lejano, cuatro hijas de “La Señora Matemática”, convivían sin saber muy bien cómo... Una constante lucha entre hermanas ocurría a cualquier hora del día; lo que daba lugar a muchos problemas. Y la vida por aquel entonces estaba llena de ellos, por lo que era necesario en todo momento restar preocupaciones y sumar soluciones, para hacerla más llevadera. Y en ocasiones, dividirlos en porciones muy pequeñas, para afrontarlos y multiplicar las probabilidades de solucionar cualquier situación.

Cuento: los signos matemáticos II

Sin embargo, ninguna de las cuatro integrantes de la familia pensaba de la misma forma. La Multiplicación presumía de su capacidad para duplicar, triplicar e incluso cuadruplicar lo que le apeteciera. Era presumida, egoísta y con aires de grandeza. Le gustaba superar a todos los signos matemáticos existentes. Quería ser la más adorada. La única y la que puede con todo.

Cuento: los signos matemáticos III

Pero La Suma no sentía lo mismo, a pesar de parecerse a su hermana. Ella deseaba ser quien aportara cada vez más; ser quien da y no recibe. Soñaba con un mundo donde el restar no existiese, y esto, la hacía ser peor que la multiplicación. Un sentimiento, tan negativo, por el que los demás dudaban de esa fama que tenía de ser alguien “positiva”.

Cuento: los signos matemáticos IV

No obstante, La Resta se sentía amenazada dentro de su núcleo familiar. A menudo era acusada de ser quien deja a los números en rojo. A ella le gustaba pensar que a lo mejor era un error. A pesar de todo, cuando observaba los resultados, ella estaba segura de que sus acciones no eran tan dañinas. Una vez intentó compartir esta información con sus hermanas, pero fue tomada por loca, y creyó estar más sola que antes.

Cuento: los signos matemáticos V

La División era la más dañina ante los ojos de las otras tres. Muchos huían de ella porque le encantaba separar, desunir y transformar en partes lo que antes era un todo. Era diferente, atrevida y sin temor a nada. Por tanto, no tenía miedo al rechazo y esto le permitía hacerse amigos, a los cuales, sin intención alguna, dejaba en un estado sumamente diminuto mientras su relación avanzaba.

Cuento: los signos matemáticos VI

De esta forma, la vida se volvió insoportable para “La Señora Matemática”, a quien le hubiese gustado que sus hijas pudieran vivir en armonía para seguir siendo lo que ella era, una ciencia exacta. Pensó en soluciones y surgieron miles, pero partió de la más simple y básica para hacer comprender lo perfectas que eran sus pequeñas, sin importan que función cumplieran.

Cuento: los signos matemáticos VII

Entonces inventó un juego llamado «Operaciones Combinadas» y enseñó a sus hijas de lo que eran capaces al estar unidas. Gracias a ello, las cuatro lograron comprenderse, a pesar de lo complicado que podía llegar a ser. Y con el paso del tiempo, en la casa de aquellos signos, ya no se escuchaban gritos ni insultos.

Cuento: los signos matemáticos VIII

Y La Resta sonrió como nunca antes lo había hecho al poder compartir una vida tan hermosa con sus hermanas. Y fue aceptada por La Suma como un miembro de la familia más, a quien debía respetar y valorar. Y La Multiplicación bajó de la nube en la que andaba para aprender a triplicar e incluso, cuadruplicar con humildad. Y todos se acercaron a La División y se disculparon con ella, aceptándola tal como era, un signo matemático más, eso y nada más. FIN

Cuento: los signos matemáticos IX

Moraleja: Aceptar lo que nos diferencia como individuos, es el primer paso para aprender a convivir con los demás.

Comprensión lectora

Análisis

Conclusiones

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