Infografía de Maximilien Robespierre

Maximilien Robespierre

(1758-1794)

El camino hacia el "Terror"

M.R en la Convención Nacional

Los girondinos acusaron a Robespierre de actuar dictatorialmente. Se creó el Tribunal Revolucionario para juzgar sin apelación a enemigos de la Revolución. Tras la caída de los girondinos (grupo de diputados de carácter conservador que se inclinaban por mantener la monarquía constitucional), La Montaña se hizo con el poder. La mayoría de los diputados formaban La Llanura, sin definición política clara. En julio de 1793, se aprobó una Constitución democrática con propuestas de Robespierre, pero algunas eran demasiado radicales para la época y no se aplicaron, esta era con soberanía popular y S.U.M.

Tras el asalto de las masas a las Tullerías en 1792, Robespierre fue elegido miembro y promovió la sustitución de la Asamblea Legislativa por la Convención. Como miembro de La Montaña (grupo político francés, en la Convención Nacional, formado por los revolucionarios más radicales/izquierda y opuestos a los girondinos), reclamó la ejecución de Luis XVI y la expulsión de los girondinos. Abogó por la abolición de la monarquía y proclamó la república en la Convención Nacional. Participó activamente en el juicio de Luis XVI (1793), pidiendo la pena de muerte, la ejecución no resolvió las disputas entre girondinos y montañeses.

Con 23 años se graduó de la Escuela de Leyes y ejerció con moderado éxito, mientras poco a poco se hacía un nombre e iba cogiendo prestigio, ganando premios y juntandose con la aristocracia. Decidió presentarse a las elecciones a los Estados Generales de abril de 1789 haciéndose conocido por su panfleto Adresse à la nation artésienne. El 26 de abril Robespierre fue elegido como el quinto diputado del Tercer Estado de la provincia de Artois.

EL "TERROR"

EL "GRAN TERROR"

Represión y eliminación

Dictadura y medidas sociales

Discrepancia hacia Robespierre

La Ley de Pradial

El Comité de Salvación Pública

La Ley de los Sospechosos

El 10 de Termidor

El 8 de Termidor

El 9 de Termidor

El símbolo

EL 8, 9 y 10 DE TERMIDOR (AÑO II)

Al día siguiente, 28 de julio de 1794, Robespierre fue conducido a la plaza de la Revolución (hoy plaza de la Concordia), en la que más de mil personas habían sido decapitadas durante los meses anteriores, y fue guillotinado, sin juicio previo al haber sido declarados fuera de la ley, junto a veintiún colaboradores, entre los que se encontraban Saint-Just, Couthon, el general Hanriot y los dirigentes de la Comuna que les habían apoyado, además de su hermano menor, Augustin. El cuerpo de Robespierre y el de los demás condenados fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Errancis, en la que se vertió cal viva a fin de borrar todo rastro. Su caída acabó con el Terror y con el furor republicano. Su muerte fue seguida de una reacción termidoriana que desmanteló el régimen del Terror e hizo añicos el gobierno puramente revolucionario, que fue reemplazado por el Directorio, de carácter más conservador.

Después de la caída de los girondinos, los montañeses debieron hacerse cargo de la desesperada situación por la que atravesaba el país. Amenazada desde dentro por el movimiento federalista y en peligro las fronteras por la coalición antifrancesa, la Revolución decidió movilizar todos sus recursos para lograr la victoria. En su periódico, Robespierre insistía en que lo que se necesitaba era una "sola voluntad", y este poder dictatorial era el que habría de caracterizar al gobierno revolucionario. El acoso sufrido por la República provocó la formación del llamado Comité de Salvación Pública, un ejecutivo integrado por doce hombres prominentes de la Convención, Danton y Marat los primeros, con Robespierre moviendo hilos en la sombra, dotado de poderes especiales, pero que debía rendir cuentas ante la Asamblea mensualmente de sus decisiones y actividad.

En marzo, se eliminó físicamente a la extrema izquierda (seguidores de Hébert) y en abril a los revolucionarios moderados (indulgentes de Danton y Desmoulins). Robespierre persiguió sin piedad a contrarrevolucionarios de diversas categorías, resultando en hasta 42,000 penas de muerte en un año. Jacques Hébert, líder ateo que promovía la descristianización, fue arrestado y ejecutado en marzo de 1794. Desmoulins, revolucionario indulgente, fue detenido y guillotinado en abril de 1794 bajo acusaciones de conspiración y corrupción económica, el 5 de abril, el mismo día, también Danton. Danton fue enviado por Robespierre a la guillotina por oponerse a la política de "Terror" que él mismo contribuyó a establecer. Los hermanos de lucha se transformaron en enemigos, este último consolidó más poder en el Comité de Salvación Pública, desencadenando divisiones políticas en la Convención Nacional.

En diciembre de 1793, Robespierre justificó la dictadura colectiva de la Convención Nacional, la centralización administrativa y la purga de autoridades locales contrarrevolucionarias. Asimismo, se promulgaron decretos por los cuales pasaban a manos de los campesinos las propiedades de las personas sospechosas de desarrollar actividades contra el gobierno. En febrero de 1794, se abolió la esclavitud en las colonias y se aprobaron los decretos de Ventoso con los que Saint-Just pretendía dar una dimensión social al Terror. Medidas sociales incluyeron la congelación de precios y salarios, redistribución de riquezas y la restauración de la religión con el culto al Ser Supremo, cuyo apogeo fue la fiesta del Ser Supremo, celebrada el 8 de junio.

·Continuidad de la Actividad Política de Robespierre:A pesar de ser excluido de la nueva Asamblea Legislativa junto con sus compañeros, Robespierre no detuvo su actividad política. Renunció a un puesto lucrativo como fiscal público de París y se dedicó a pronunciar discursos en el Club de los Jacobinos. ·Oposición a la Guerra Europea: En el Club de los Jacobinos, Robespierre se opuso tenazmente a la guerra europea propugnada por Jacques-Pierre Brissot, argumentando en contra de la idea de utilizar la guerra como medio para difundir los objetivos de la Revolución.

El 8 de Termidor del año II (26 de julio de 1794), Robespierre, previamente recluido, se presenta ante la Convención Nacional para defenderse. Robespierre niega aspiraciones dictatoriales, acusando a "verdaderos monstruos" ocultos en la Convención y el Comité de Seguridad Pública. Afirma tener una lista de traidores, sin revelar nombres, excepto el de Pierre Cambon. Cambon, resignado, revela que Robespierre está paralizando la Convención y es el principal problema. A pesar de los intentos de los aliados de Robespierre de acallar a Cambon, la situación se descontrola. Los diputados exigen que Robespierre revele los nombres acusados, pero este se niega. En medio de la agitación, la Convención vota en contra de publicar el discurso de Robespierre. Esa noche, Robespierre, desafiante, repite su discurso en el Club Jacobino, siendo aclamado. Sus rivales, Collot d'Herbois y Billaud-Varenne, son expulsados por partidarios de Robespierre. La promesa de Robespierre de dar su vida por la patria cierra la noche, sin saber que pronto se hará realidad.

Cansado y acosado por las acusaciones no sólo de los realistas sino también de sus propios "amigos", los montañeses, Robespierre se mantuvo alejado de la Convención Nacional y del Comité de Salvación Pública, limitando sus intervenciones al Club de los Jacobinos para denunciar las intrigas contrarrevolucionarias. ·POSTERIOR A LA LEY DE PRADIAL: Pensando, no sin razón, que la continuidad de "El incorruptible" al frente del Comité de Salvación Pública implicaría que Robespierre estaba ahora decidido a limpiar la República de todo aquel que pudiera rivalizar con él en el liderazgo de la nación. Comenzó a fraguarse un golpe de Estado en el interior del propio poder revolucionario, cuya cúpula estaba repleta de girondinos no confesos, de jacobinos deseosos de vengar las muertes de Danton y Hébert, o simplemente de gente temerosa de ser acusada de traición y ajusticiada en consecuencia por Robespierre, al ser este inflexible.

El 9 de Termidor del año II (27 de julio de 1794), Saint-Just sube a la tribuna de la Convención para presentar un informe, pero es interrumpido por Tallien, argumentando que su discurso podría dividir aún más al gobierno. Billaud-Varenne acusa a Robespierre de dictar unilateralmente la Ley del 22 de Pradial, espiar a diputados, ausentarse del comité y querer degradar la Convención. Robespierre intenta defenderse, pero gritos de "¡Abajo el tirano!" le impiden hablar. El presidente Collot d'Herbois le niega la palabra. Las acusaciones continúan, sin permitir que Robespierre, Couthon y Le Bas se defiendan. Posteriormente, son arrestados y llevados al Comité de Seguridad General. Voulland, miembro del comité, vota la "Hors la loi" para Robespierre, declarándolo fuera de la ley, aunque en ese momento sigue preso. Robespierre acepta abandonar la administración de policía y se une al Comité de Ejecución de la Comuna de París a las once de la noche. Tras medianoche, fuerzas de la Convención asaltan el Hotel-de-Ville de París. Le Bas se suicida, Robespierre resulta gravemente herido, Couthon y Augustin Robespierre (hermano) también resultan heridos, Saint-Just es el único detenido ileso. Llevados a la prisión de la Conciergerie y luego al Tribunal Revolucionario, son identificados y condenados a muerte sin juicio al haber sido declarados proscritos.

La instauración del Gran Terror se produjo a partir de la promulgación de la Ley de Pradial, año II 10 de junio de 1794, que anuló cualquier viso de garantía procesal que pudiera restarle a un acusado, por ejemplo la comparecencia de testigos y defensores. Su redacción la realizó Couthon, amigo y leal colaborador de Robespierre. Fue el comienzo del efímero y dantesco lapso del Gran Terror, siete semanas en las que perecieron decapitadas en París 1.351 personas, incluso puede que más. Esta ley de Pradial fue considerada innecesaria, ya que tras las victorias militares (Fleurus, 26 de junio de 1794) la Revolución ya estaba consolidada y no era preciso un régimen tan extremista.

El 9 de Termidor del año I, Robespierre entró a formar parte del Comité de Salvación Pública y se convirtió en el principal dirigente de la nueva república, el de la "dictadura jacobina", obligada a proponer y ejecutar medidas excepcionales que se consideraban indispensables para salvaguardar la República de las graves amenazas tanto internas (guerra civil en la región de Vendée) como externas. En 17 de septiembre de 1793 la Convención aprueba la Ley de los Sospechosos, proyectada para reprimir fácilmente a los enemigos, genuinos o pretendidos de la Revolución. Por esta ley los comités de vigilancia podían detener y encausar a cualquier persona cuyo comportamiento, escritos o palabras permitieran dudar de su patriotismo. Las cárceles se llenaron de ciudadanos delatados por otros que creían que obrando de ese modo, acreditaban su civismo. Se creó el Ejército Revolucionario, una milicia de sans-­culottes, de desharrapados, a la que confió la vigilancia y el castigo de los reaccionarios y el aprovisionamiento de las ciudades.