chamba

Pedro, apenas un niño, busca en la amistad de El Jaibo una figura paterna que nunca ha tenido. Puede que conozcas a Pedro. Quiere ser un buen chico. Sin embargo es difícil cuando ni siquiera sabe si su madre va a ofrecerle un poco de comida al regresar a casa. Viene de la calle, a ella no le gusta o tal vez se excuse nuevamente en eso para negarle el amor propio de una madre. Tal vez su hijo le recuerde a demasiadas cosas que quiere olvidar. Lo que no sabe Pedro es que en la calle no existen amigos.

simplemente espectacular, cruda, fría y realista son las palabras exactas para describir esta película que te hace valorar que tengas un techo, unos padres que te amen, la posibilidad de estudiar y un plato de comida para llevártelo a la boca diariamente

wow

Los actores improvisados logran una mayor credibilidad y la mano maestra de Buñuel muestra sin la mínima consideración el infierno de la pobreza extrema. Algo que me resultó espeluznante y que ya lo había visto en otras de sus películas; es la poca piedad que demuestra hacia los discapacitados, no los victimiza ní mucho menos, todo lo contario, los vemos como seres malvados e inescrupulosos que utilizan su defecto para impartir lástima. Si éso no es la osadía que otra cosa lo és. El episodio del ciego que intenta abusar de la niña me resultó atroz, al igual que el inválido en la calle. Horrorozo. Muy fuerte.

la cinta colapsa de tristeza cada minuto, apenas hay tiempo para suspirar. Reconozco que abusa de pesimismo y que tan elevado drama merece mejor solución, Buñuel señala, deja de lado el surrealismo (apenas un par de elementos) e incide en mostrar el abandono de unos niños que no pueden esperar otro final que el correccional o la misma muerte. La realidad retratada por Buñuel sobre las miserias de los niños y adolescentes protagonistas no es ni nuevo ni excepcional