cuento de oruga

Mia la oruga

Refleccion sobre la autoestima

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En un rincón olvidado de un jardín mágico, vivía una pequeña oruga llamada Mia. Mia era una oruga muy especial, pero tenía un problema: su autoestima. Siempre se comparaba con las mariposas que revoloteaban a su alrededor, con sus brillantes colores y alas delicadas.

Mia se sentía fea y poco importante en comparación con ellas. Un día soleado, Mia observaba con envidia a las mariposas danzar en el aire. Se sentía triste y deseaba ser como ellas. Justo en ese momento, una anciana mariquita llamada Lila se posó cerca de Mia.

Lila había vivido muchas aventuras y tenía una sabiduría profunda. "Pequeña Mia, veo que estás triste. ¿Puedo preguntarte qué te preocupa?", preguntó Lila con ternura. Mia suspiró y miró al suelo. "Siempre he deseado ser como esas mariposas hermosas y elegantes. Pero, ¿cómo podría alguna vez ser tan increíble como ellas?"

Lila sonrió con calma. "Querida Mia, cada criatura en este jardín tiene su propio propósito y belleza única. Las mariposas son hermosas, es cierto, pero también lo eres tú. El secreto está en descubrir y apreciar tu propia esencia".

Mia frunció el ceño, confundida. "Pero, ¿cómo puedo hacer eso?" Lila le contó una antigua historia sobre el ciclo de la vida en el jardín. Le habló de cómo las orugas, como Mia, tenían el potencial de convertirse en mariposas. Pero antes de hacerlo, necesitaban creer en sí mismas y encontrar su propia luz interior.

Inspirada por la historia de Lila, Mia decidió comenzar un viaje hacia la autoaceptación. Comenzó a observar las cosas que amaba hacer: explorar las hojas, crear tejidos con seda y observar las estrellas por la noche. A medida que exploraba sus propias cualidades y talentos, su corazón se llenaba de alegría.

Sin embargo, el camino no fue fácil. Mia todavía luchaba con sus inseguridades. Pero Lila la alentó a recordar sus propios logros y a celebrar cada pequeño paso hacia adelante. Días después, Mia descubrió algo sorprendente. En su espalda, comenzaron a crecer pequeñas protuberancias.

Al principio, se asustó, pero Lila le recordó que estaba en medio de una transformación increíble.Las protuberancias se convirtieron en capullos. Mia se envolvió en uno y comenzó una metamorfosis profunda

Durante ese tiempo en silencio, recordó las palabras de Lila y reflexionó sobre sus propias cualidades únicas. Finalmente, llegó el día en que Mia emergió del capullo

Con alas hermosas y brillantes. Mia se convirtió en una mariposa radiante, pero lo más importante, había descubierto su autoestima y amor propio. Voló por el jardín con alegría y gracia, dejando un rastro de colores que reflejaban su verdadera esencia.

A medida que Mia compartía su historia con las otras criaturas del jardín, inspiró a muchas orugas a emprender su propio viaje hacia la autoaceptación. Mia entendió que todos tenían su propia belleza y propósito, y que aceptarse a sí mismo era el primer paso hacia una vida llena de confianza y felicidad.

Desde entonces, Mia la mariposa pasó sus días no solo explorando el mundo, sino también ayudando a otras criaturas a descubrir su valor interno. Su mensaje resonó en todo el jardín, recordándoles a todos que cada uno era especial a su manera, y que la verdadera belleza proviene del amor propio y la autoestima.

fin