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Violencia mediática
mpaula.arregui
Created on August 3, 2023
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Transcript
Violencia mediática
Tanto la Ley nacional Nº26.485 (de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres), como la Ley provincial Nº2.786 describen la violencia mediática contra las mujeres como una de las modalidades en las que esta se manifiesta. El texto de las leyes la describe como:
“aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”. (Art.5 e), Ley provincial Nº2.786).
Las modalidades reconocidas en las leyes hacen referencia a los ámbitos en los que se pueden dar las formas de violencias que también se encuentran tipificadas allí. En el caso de la violencia mediática, podemos pensar que es la que refiere al ámbito donde encontramos violencia simbólica; es decir, la violencia que “a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad” (Art.2º, inc 5.- Ley 2.786).
El origen de los medios de comunicación
En el mundo hiperconectado en el que vivimos hoy en día, nos cuesta imaginar una realidad sin todos los dispositivos a través de los cuales nos comunicamos, pero es interesante detenernos a pensar de dónde surgen los medios de comunicación y, sin duda, qué rol cumplen en la transmisión de patrones culturales, para poder dimensionar su importancia.
Luego de la invención de la imprenta, con la posibilidad tecnológica de realizar impresiones a escala masiva, la prensa escrita adquirió un rol primordial en la distribución de información, ideas políticas y, sin duda, pautas socioculturales, no solo por medio de noticias, entrevistas o historias, sino también a través de las publicidades, ya que, otro aspecto fundamental a tener en cuenta de los medios masivos de comunicación es que son empresas cuyo fin principal es generar ganancias.
La publicidad es uno de los ámbitos en los que más claramente podemos reconocer violencia mediática ya que utiliza formas simples para tener un gran alcance.
A la invención de la prensa le siguieron la invención de la radio, el cine, la televisión y finalmente, a raíz de los avances en tecnología informática, la internet, que permite ya no solo que consumamos contenido generado por los grandes monopolios de los medios masivos de comunicación, sino también que podamos generarlo y distribuirlo de forma masiva en cuestión de segundos.
1991
1927
1895
1890
1440
La visibilización de la violencia mediática en los medios de comunicación pone luz sobre la importancia de reconocer el poder del lenguaje y la comunicación en la perpetuación de las desigualdades de género y las consecuentes violencias que estas generan.
El rol social que cumplen los medios de comunicación masivos como transmisores de patrones culturales es incuestionable. Pero, además, no debemos perder de vista que los medios son empresas y, como tales, su objetivo no es únicamente brindar lo que podríamos denominar como “un servicio comunicacional” sino también obtener ganancias.
donde quienes toman decisiones son mayoritariamente varones blancos, heterosexuales, con poder adquisitivo.
Los medios de comunicación son empresas
donde muchas veces se apela a la hipersexualización y al morbo con un objetivo netamente comercial.
Estas características complejizan el reconocimiento y la erradicación de este tipo de violencia tan estructural.
En los ejemplos anteriores podemos ver: la hipersexualización de las niñas en la tapa de la revista Gente en la que se muestra a Nicole Neumann como un objeto sexual a los 12 años, la invisibilización absoluta de una candidata a presidenta en Italia en el diario Clarín y la “broma” de decir que una actriz está “para el crimen” en Minuto Neuquén, que justifica la violencia poniendo la responsabilidad en la posible víctima con la idea subyacente de que las mujeres “se lo buscan”, ya sea por la ropa que usan o cómo posan.
Por otro lado, la falta de representación también constituye una manera de sostener pautas culturales machistas. Es decir, si en la mayoría de los contenidos, tanto de ficción como no, encontramos en mucho mayor porcentaje las voces y vivencias de grupos reducidos de personas que tienen determinadas características: son blancas, heterosexuales, tienen dinero, etc, esa sobreexposición invisibiliza y, de alguna manera, deslegitima otras realidades.
Indudablemente, a raíz de más de 200 años de lucha de los movimientos de mujeres y los feminismos han habido avances, tanto en materia legislativa como en lo que respecta a cambios culturales que permiten a mujeres y personas LGBTIQ+ acceder a mejores oportunidades y a espacios de representación. Sin embargo, todavía queda un largo camino que recorrer para alcanzar una equidad real y poner en tensión el rol que juega la violencia mediática es una tarea importantísima para lograrlo. Dejar de consumir y reproducir este tipo de violencia es algo que está al alcance de todas las personas por lo que nos urge comprometernos si queremos un mundo más justo y libre de violencias.