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Estructural- Funcionalismo

El contraste entre los dos tipos de sociedad sirve como de fondo para el estudio de los fenómenos colectivos. En las sociedades donde la solidaridad es mecánica, hay fuertes estados de conciencia colectiva, la cual es definida como la suma total de creencias y sentimientos comunes al término medio de los individuos de la sociedad y que por sí mismos forman un sistema. La conciencia común casi cubre por completo la mentalidad y la moralidad individuales. La conciencia común posee una realidad distinta, porque persiste en el tiempo y sirve para unir las generaciones. La solidaridad orgánica aparece cuando se desarrolla, en sociedades modernas, la división del trabajo social

En el campo de las conductas establecidas son la cortesía social, la división del trabajo, la diplomacia, etcétera. Todas estas ideas, creencias y conductas contribuyen a mantener el funcionamiento del sistema. Ahora bien, si las instituciones son los hechos que analiza la perspectiva estructural-funcionalista de Durkheim, éstas son investigadas como entidades sociales, o bien, como estructuras o redes de creencias y conductas fijas asumidas y respetadas por las personas.

Finalmente, los hechos sociales que considera relevantes para el análisis son las ideas, creencias y conductas que permiten mantener la cohesión y la funcionalidad en el sistema orgánico del grupo. Para ello, Durkheim habla de instituciones, que son las responsables de coaccionar a los individuos. En el campo de las creencias, son instituciones la religión y la moral.

En las ciencias sociales, en especial la Sociología y la Antropología Social, el funcionalismo es una corriente teórica que surge en Inglaterra hacia 1920 con un enfoque empirista que señala las ventajas del trabajo de campo (cuando hasta el siglo XIX la mayoría de las labores se hacían en gabinete a partir de relatos sesgados de viajeros), y que abrió el camino a la Antropología Científica, para luego desarrollarse notablemente en Estados Unidos.

La teoría funcionalista se basa en la teoría de sistemas. Establece que la sociedad se organiza como un sistema social que debe resolver cuatro imperativos fundamentales para subsistir: · Adaptación al ambiente · Conservación del modelo y control de tensiones · Persecución de la finalidad · Integración.

En "El suicidio" (1897), el sociólogo francés analiza las influencias de diferentes grupos culturales sobre los individuos. El sentido de pertenencia, la conciencia colectiva y su influencia en el individuo es tajante, en el análisis del sociólogo, para clasificar tres tipos suicidio relacionados con la pertenencia del individuo a la estructura social que habita:

Clases de suicidios

Durkheim hace hincapié en diferenciar los hechos mentales de los hechos sociales, razón por la cual establece una radical diferencia entre el objeto de estudio de la Sociología, que es el grupo, y de la Psicología, que es el individuo.

En Las reglas del método sociológico Durkheim sostiene que “la interpenetración y la fusión de las mentalidades individuales engendra una especie de unidad psíquica perfectamente distinguible de los individuos [pero que] este producto colectivo no debe identificarse con la suma de sus partes: el grupo piensa, siente y obra de un modo totalmente diferente de los individuos que lo componen” (Timasheff, 1961, p. 146). Por tanto establece que los estudios sociológicos deben enfocarse en los fenómenos colectivos, por ello destaca la importancia de la conciencia colectiva.

La división del trabajo y las consiguientes disimilitudes entre los hombres produce una complejización en la organización social, por lo que las relaciones entre los individuos se vuelve interdependiente y con ello la moralidad y la mentalidad cambian, reflejan los intereses que una nueva sociedad requiere para su óptimo funcionamiento. En las sociedades de solidaridad mecánica, sociedades arcaicas, la conciencia colectiva es tan fuerte e importante que las formas de impartir justicia, de acuerdo con Durkheim, la coacción social se expresa decisivamente a través de leyes represivas, para mantener la cohesión grupal; por otra parte, las sociedades con solidaridad orgánica son restitutivas antes que punitivas, es decir, que el orden jurídico busca resarcir la falta para mantener en orden el organismo social, a través de los valores de igualdad, equidad y fraternidad, característicos de la Revolución francesa y del nuevo régimen.

El interés de análisis de este autor es el de la conciencia social, interés que se ve analizado en La división del trabajo en la sociedad. En esa obra Durkheim expone la importancia de hacer este análisis, pues su preocupación estaba centrada en la función de las fuerzas colectivas en una sociedad. A través de la comparación entre sociedades arcaicas y modernas, Émile encuentra que en aquéllas se entabla una relación de solidaridad mecánica, mientras que en éstas hay una solidaridad orgánica.