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Salud vs Enfermedad
NYLZA MARIELA FERNáNDEZ ZAMORA
Created on July 8, 2023
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SALUD VS ENFERMEDAD
Enfermedad
salud
relación entre salud y enfermedad
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determinantes para el estado de salud y enfermedad
Referencias Arredondo, A. (1992). Scielo. Obtenido de Análisis y Reflexión sobre Modelos Teóricos del Proceso Salud-Enfermedad: https://www.scielo.br/j/csp/a/8bsQRMHDrQqWspcjLfhB8Qh/?format=pdf&lang=es#:~:text=Modelo%20M%C3%A1gico%2DReligioso,a%20prueba%20la%20f%C3%A9%20religiosa. Jaén, S. H. (Agosto de 2016). Scielo. Obtenido de Formalización del concepto de salud a través de la lógica: impacto del lenguaje formal en las ciencias de la salud: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1988-348X2016000200006#:~:text=La%20OMS%20define%20enfermedad%20como,es%20m%C3%A1s%20o%20menos%20previsible%22. Marilys Hernández Cabezas, M. H. (2012). Scielo. Obtenido de La filosofía, el proceso salud-enfermedad y el medio ambiente: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2012000500019#:~:text=El%20concepto%20salud%2Denfermedad%20ha%20evolucionado%20en%20igual%20medida%20que,se%20producen%20las%20relaciones%20humanas. Mario Alberto De La Guardia Gutiérrez, J. C. (2020). Scielo. Obtenido de La salud y sus determinantes, promoción de la salud y educación sanitaria: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2529-850X2020000100081#:~:text=Los%20determinantes%20del%20estado%20de,respuesta%20organizada%20y%20especializada%20de OMS. (2023). ORGANIZACIóN MUNDIAL DE LA SALUD. Obtenido de ¿Cómo define la OMS la salud?: https://www.who.int/es/about/frequently-asked-questions Parafita, P. D. (2005). FACULTAD DE PSICOLOGIA. Obtenido de RECORRIDO HISTORICO SOBRE LAS CONCEPCIONES DE SALUD Y ENFERMEDAD. Rapaport, J. (2005-2006). Diccionario de Acción Humanitaria. Obtenido de Salud y enfermedad: https://www.dicc.hegoa.ehu.eus/listar/mostrar/199
Modelo Interdisciplinario El estado de salud-enfermedad, tanto a nivel individual como social, resulta de la interacción de factores que se abordan de manera interdisciplinaria y que operan jerárquicamente en diferentes niveles de determinación. Existen determinantes básicos a nivel sistémico (ambiente, genoma, etc.), determinantes estructurales a nivel socio-estructural (estratificación social, mecanismo de redistribución de la riqueza, etc.), determinantes próximos a nivel institucional-familiar (estilos de vida, sistemas de salud, etc.) y, a nivel individual el propio estado de salud. La principal ventaja de esta propuesta es que intenta proponer un enfoque integral para el estudio de los determinantes del proceso de estudio (factores demográficos, epidemiológicos, económicos, sociales, políticos, etc.); su principal desventaja es que al igual que otros modelos, no desagrega la influencia de los factores que considera y por lo tanto parece ser que no pondera el valor específico de cada determinante. Este modelo surgió a principio de los 90 (Arredondo, 1992).
En la edad moderna surge el hospital, pero ese hospital no era, por ningún concepto, un medio de cura ni había sido concebido para curar. Con anterioridad al siglo XVIII, el hospital era esencialmente una institución de asistencia a los pobres, pero al mismo tiempo era una institución de separación y exclusión: el pobre como tal necesitaba asistencia, y como enfermo, era portador de enfermedades y posible propagador de ellas: era peligroso. El personaje ideal del hospital no era la del enfermo que hay que curar, sino la del pobre que ya estaba moribundo: se trata de una persona a la que hay que dar los últimos auxilios, y los últimos sacramentos: esa era la función esencial del hospital. Por su parte el personal hospitalario no estaba destinado a curar al enfermo, sino a conseguir su propia salvación: era un personal caritativo, religioso o laico, que estaba en el hospital para hacer obras de misericordia que la garantizaran la salvación eterna: por consiguiente el hospital servía para salvar el alma del pobre al momento de la muerte, y también la del personal que lo atendía (Parafita, 2005).
Hipócrates consideró que la enfermedad era una manifestación de la vida del organismo, como resultado de cambios en su sustrato material, y no una expresión de la voluntad o de un espíritu maligno. Estableció que cada enfermedad tiene su causa natural, y que sin esa causa natural nada puede tener lugar. Creó la doctrina de la influencia del medio externo en la producción de la enfermedad, y reconocía, además, la importancia de diversas características personales Hipócrates consideró que la enfermedad era una manifestación de la vida del organismo, como resultado de cambios en su sustrato material, y no una expresión de la voluntad o de un espíritu maligno. Estableció que cada enfermedad tiene su causa natural, y que sin esa causa natural nada puede tener lugar. Creó la doctrina de la influencia del medio externo en la producción de la enfermedad, y reconocía, además, la importancia de diversas características personales (Parafita, 2005).
En el mundo árabe, que conoció en esos tiempos una gran efervescencia económica y cultural, se practicaba liberalmente la disección de cadáveres, la observación y los experimentos. Los árabes sustentaron enfoques materialistas para la explicación de la salud y la enfermedad, señalando que de acuerdo con el equilibrio o el desequilibrio de seis principios se mantenía la salud o se producía la enfermedad. Los principios señalados por los árabes eran: el aire puro, la moderación en el comer y en el beber, el descanso y el trabajo, la vigilia y el sueño, la evacuación de lo superfluo y las reacciones emocionales. Avicena, una de las figuras de la medicina en el mundo árabe, llegó a plantear (téngase presente que aún no se habían desarrollado instrumentos ópticos como el microscopio) que en el agua y en la atmósfera existían organismos minúsculos que producían enfermedades y que éstas debían explicarse según la estructura y conformación de cada individuo, su fuerza y sus facultades, los factores del medio ambiente y el esfuerzo de la naturaleza por restaurar y conservar sus funciones vitales (Parafita, 2005).
En el siglo XX el vínculo entre la medicina y la biología se hizo mucho más estrecho, aumentaron notablemente los conocimientos acerca del sustrato material de la enfermedad, y fueron expuestos una variedad de procesos íntimos que ocurren a nivel de órganos, tejidos, células y componentes bioquímicos del organismo humano, sano o enfermo. Fueron encontrados también nuevos recursos químicos y físicos para hacer diagnósticos y tratamientos. Más adelante se produjeron notables aplicaciones de la genética a la interpretación y tratamiento de enfermedades e incluso para hacer manipulaciones genéticas que arrojan resultados sorprendentes (Parafita, 2005).
Modelo mágico-religioso, para esta propuesta, la enfermedad resulta de fuerzas o espíritus; representa un castigo divino, o bien se trata de un estado de purificación que pone a prueba la fé religiosa. Las fuerzas desconocidas y los espíritus (benignos y malignos) constituyen las variables determinantes y condicionantes del estado de salud-enfermedad que priva en un individuo o en una sociedad. Este modelo facilita la aceptación de la muerte inminente pero también circunscribe la prevención a la obediencia de normas y tabúes, y la curación a la ejecución de ritos. Su principal desventaja es que impide el avance cognoscitivo a la vez que fomenta la actividad pasivo-receptiva del hombre. Como seguidores de este modelo podemos nombrar a las sociedades primitivas, desde la edad media hasta la actualidad, teniendo como representantes a chamanes, brujos, curanderos, sacerdotes y espiritistas (Arredondo, 1992).
Modelo Sanitarista, en este modelo, la salud-enfermedad es consecuencia de las condiciones insalubres que rodean al hombre, en este sentido, las condiciones ambientales son los determinantes primarios, promoviendo la introducción de medidas de saneamiento contra los índices de mortalidad. La principal limitante de este modelo, es el hecho de que no contempla los factores sociales que determinan la prevalencia de condiciones de vida insalubres para las diferentes clases sociales. Su época y representantes lo constituyen la revolución industrial europea con la penetración capitalista en las colonias (Arredondo, 1992).
Modelo Social, el elemento central de análisis que propone este modelo, es que la salud-enfermedad se genera en las condiciones de trabajo y de vida del hombre y de cada conjunto poblacional. Introduce como variables determinantes el estilo de vida, factores del agente y factores del ambiente. Privilegia a lo social como el factor más importante, factor que explica la aparición y el rol de otros factores participantes. Su problema fundamental es que en su aplicación como herramienta de análisis, se corre el riesgo de reducir la complejidad real del proceso salud-enfermedad a la problemática de las relaciones sociales (Arredondo, 1992).
Modelo Histórico-Social Desde la perspectiva de esta propuesta, existen perfiles diferenciales de salud-enfermedad que guardan una estrecha relación con el contexto histórico, el modo de producción y las clases sociales. Todos los factores causales se permean por lo social-histórico. Introduce cinco variables fundamentales para el análisis del objeto de estudio: la dimensión histórica, la clase social, el desgaste laboral del individuo, la reproducción de la fuerza de trabajo y la producción del individuo. Su aporte especial es que incorpora la dimensión histórica-social al análisis epidemiológico, a la vez que aporta nuevas categorías de análisis y cuestiona la eficacia de la prevención y control de la salud-enfermedad manteniendo intactas las relaciones de explotación que la generan. Al igual que el modelo social, en su aplicación existe el riesgo de reducir la complejidad real a la problemática de las relaciones sociales y de la dimensión histórica (Arredondo, 1992).
Con el advenimiento del Renacimiento entre los siglos XV y XVI de nuestra era, se dio una serie de descubrimientos en todos los órdenes del saber humano, pero particularmente en la física mecánica y la química, lo cual influyó definitivamente en la concepción del proceso salud-enfermedad, expresándolo como un proceso mecánico y la enfermedad como un trastorno del mismo. (Patología Iatromecánica), basado en la teoría mecanicista propuesta por Descartes y sus seguidores. Por esta época, apareció el Vitalismo o Animismo, tesis propuesta por Paracelso, según la cual el Hombre, no era una máquina, sino un ser viviente, la enfermedad era consecuencia de la alteración morbosa o anormal de dichas fuerzas vitales (Marilys Hernández Cabezas, 2012).
Durante el último cuarto del siglo XIX, se suceden, gracias al desarrollo de la Microbiología, una serie de descubrimientos sobre agentes microscópicos a los que se les atribuye toda la responsabilidad como causa de las enfermedades. Esta nueva forma de pensar, sustentada en la Filosofía Positivista, hace caer en el olvido todo ese cúmulo de conocimientos que había venido desarrollándose para explicar, integralmente, el proceso de producción de bienestar o malestar en una población. Cuando Louis Pasteur, en 1878, publica la Teoría de los Gérmenes y sus aplicaciones en Medicina y Cirugía, la teoría microbiana apoyada en los trabajos de Robert Koch, el mismo Pasteur y otros más condicionaría una nueva forma de concebir el proceso salud-enfermedad (Marilys Hernández Cabezas, 2012).
Platón consideraba que la causa de la enfermedad consiste en un castigo enviado por el cielo, y por consiguiente no tienen ningún efecto sobre ella los medicamentos, sino sólo los ritos, los himnos y la música (Parafita, 2005).
En el siglo XIX, floreció otra forma de pensamiento filosófico, principalmente en Alemania conducida por Feuerbach, Hegel, Marx, Engels, Vogts y Buchner, quienes plantearon el Materialismo Histórico para el análisis de la sociedad y cómo lo medios de producción y su tenencia determinaban todas los órdenes de la vida y, en consecuencia, la concepción del proceso salud-enfermedad (Marilys Hernández Cabezas, 2012).
Hacia mediados del siglo XIX, surge la epidemiología como método científico de análisis de las epidemias, y a finales del mismo siglo termina de consolidarse el movimiento de Salud Pública iniciado en Inglaterra. En el año 1851 tiene lugar la primera Conferencia Sanitaria Internacional, primer antecedente de la OMS. En el siglo XIX hubo otras expresiones provenientes no sólo de médicos, sino también de economistas, filósofos y políticos, que llamaron la atención en el sentido de que la presentación de las enfermedades podía tener relación con las condiciones materiales de vida y trabajo, y por ende, con el contexto socio – político. Sin embargo, al finalizar el siglo XIX estos conceptos resultaban ya opacados por el auge de la unicausalidad y el biologicismo (Parafita, 2005).
Durante la época del hombre primitivo, mucho antes de la era cristiana cuando la forma de pensamiento predominante era mágica, esta forma condicionó la conceptualización del binomio salud-enfermedad como resultado del ingreso en el cuerpo de ciertos espíritus o duendecillos malignos que producían la enfermedad (Marilys Hernández Cabezas, 2012).
Con el desarrollo de la forma de pensamiento religioso, aquí las causas de la enfermedad eran atribuidas al comportamiento humano; de modo que la aparición de la enfermedad era debido al mal comportamiento; en este sentido, la ira divina era la que, a manera de castigo, infundía la enfermedad en aquellos individuos que se apartaban del comportamiento socialmente aceptable. Esta nueva conceptualización del fenómeno enfermedad, modificó a los actores encargados de la terapéutica, por lo que trasladaron esta responsabilidad a los sacerdotes, quienes mediante exorcismos y otras ayudas espirituales, como los ritos, lograban apaciguar la ira divina y restablecer un comportamiento social aceptable, lo que traía como consecuencia la recuperación de la salud (Marilys Hernández Cabezas, 2012).
Modelo Unicausal La salud-enfermedad es la respuesta a la presencia activa de agentes externos. Constituye un fenómeno dependiente de un agente biológico causal y de la respuesta del individuo, donde se busca el agente patógeno o el factor causal de cada enfermedad. Este modelo permitió la investigación de medidas de control y de fármacos que revolucionaron el tratamiento individual del enfermo; no obstante no explica por qué el mismo agente no produce siempre enfermedad por lo que descifra de manera parcial las causas de la enfermedad sin aclarar el rol de otros factores. El surgimiento de este modelo se dio en la segunda mitad del siglo XIX y a principios del XX (Arredondo, 1992).
El Medio Ambiente: que incluye factores que afectan al entorno del hombre y que influyen decisivamente en su salud, son los relativos no sólo al ambiente natural, sino también y muy especialmente al entorno social (Mario Alberto De La Guardia Gutiérrez, 2020). Los Estilos Y Hábitos De Vida: en el que se consideran los comportamientos y hábitos de vida que condicionan negativamente la salud. Estas conductas se forman por decisiones personales y por influencias de nuestro entorno y grupo social (Mario Alberto De La Guardia Gutiérrez, 2020). El Sistema Sanitario: entendiendo como tal al conjunto de centros, recursos humanos, medios económicos, materiales y tecnologías, etc., condicionado por variables como la accesibilidad, eficacia y efectividad, centros y recursos, así como la buena praxis y cobertura, entre otros (Mario Alberto De La Guardia Gutiérrez, 2020). La Biología Humana: se refiere a la carga genética y los factores hereditarios, adquieren gran relevancia a partir de los avances en ingeniería genética logrados en los últimos años que abren otras posibilidades y que en su aspecto positivo podrán prevenir enfermedades genéticamente conocidas, pero que plantean interrogantes en el terreno de la bioética y las potenciales desigualdades en salud dados los costos que estas prácticas requieren (Mario Alberto De La Guardia Gutiérrez, 2020).
La enfermedad y la salud son conceptos internos de cada cultura. Son el objeto de representaciones sociales en donde el cuerpo es sólo uno de los aspectos. Las nociones generales ignoran habitualmente la manera en la que nos diferenciamos como individuos, así como también la enorme diferencia en expectativas de salud que tenemos entre los diferentes grupos sociales. Por lo tanto, para tener una mayor comprensión de la prevalencia y la distribución de la salud y la enfermedad en una población, hace falta un enfoque integral que combine cuestiones sociológicas y antropológicas además de las puramente biológicas y de conocimientos médicos sobre salud y enfermedad (Rapaport, 2005-2006).
Entre los años 1600 y 1700 Ramazzini, médico italiano, comienza a estudiar las relaciones entre la enfermedad y las condiciones de trabajo. Así también se realizan estudios referidos a las relaciones entre la condición socio – económica de la población, y la salud. Estos desarrollos científico – técnicos se verán consolidados e incrementados por otros médicos en el siglo XIX. En tal sentido comienza a hablarse de “medicina social”, como una nueva forma de concebir y actuar frente a los problemas de salud (Parafita, 2005).
Modelo Epidemiológico Incorpora el modelo multicausal para el estudio de la salud-enfermedad colectiva e introduce la red de causalidad, donde el elemento central de análisis es la identificación de los factores de riesgo, elemento que constituye su mayor ventaja. Su limitación fundamental es de acuerdo a esta propuesta, el valor de cada factor de riesgo depende de la distancia y del tamaño del efecto en la red de causalidad, además de que lo biológico y lo social aparecen como factores indiferenciables. Este modelo se generó en la segunda mitad del siglo XX (Arredondo, 1992).