Las lenguas romances

El latín y las lenguas romances

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El latín en el Imperio Romano

El Imperio Romano fue una de las civilizaciones más importantes de la historia. Su nacimiento se sitúa unos 1000 años a.C. y su final se fecha en el año 476 d.C. En su expansión, los romanos llegaron a ocupar gran parte de la actual Europa y parte del norte de África y Asia.

Cuando el Imperio Romano cayó, comenzó a separarse en diferentes provincias y regiones. En los años posteriores a su caída, continuó hablándose el latín en esos territorios, pero con el paso del tiempo, fue diferenciándose de una zona a otra.

Las lenguas empezaron a diferenciarse entre los años 500 y 600 d.C. y ya se consideran lenguas diferentes a partir del 800 d.C. Muchas forman parte de los idiomas que se hablan en la Europa actual.

Las lenguas romances

Las lenguas que provienen del latín se llaman lenguas romances. A pesar de que puedan parecernos diferentes entre sí, comparten una lengua base común y mantienen muchos parecidos. Algunas de las lenguas romances más importantes son el español, el francés, el italiano, el portugués, el gallego o el catalán, entre otras. El parecido que hay entre ellas es consecuencia de que todas han conservado algún rasgo del latín, lo cual es más llamativo en el vocabulario.

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A continuación, vemos algunos ejemplos que nos ayudan a entender cómo el latín es la madre de las lenguas romances y mantienen semejanzas entre ellas.