Want to make creations as awesome as this one?

More creations to inspire you

Transcript

En la búsqueda de ser el contrapeso

que generara control ante la criticada derecha colombiana, Petro se convirtió “en lo que juraba destruir”: un populista autócrata que vislumbra una falta de controles y contrapesos en el Estado colombiano.

Al presidente sólo lo aprueba el 35% de los encuestados y su desaprobación es del 57% con tendencia al aumento. Este sondeo, que se realizó entre el 14 y el 24 de abril, y cuenta con un margen de error del 3%, midió la percepción de los encuestados con la pregunta ¿cree usted que las cosas en Colombia están mejorando o empeorando? Las respuestas también arrojaron una percepción negativa y el 73% considera que la cosas en Colombia están empeorando.

Según la nueva encuesta Invamer

¿Cómo se podría analizar el accionar Petro en relación a su incidencia en los controles y contrapesos del país?

Dicho cuestionamiento nos lleva a evaluar su comportamiento político desde la analogía “El problema de Gilgamesh” de la antigua Mesopotamia, una epopeya que relata la historia del despótico rey de Uruk, quien “hace lo que quiere, arrebata al hijo de su padre y lo aplasta, arrebata a la niña de su madre y abusa de ella [...] nadie osa oponerse a él” Robinson, J; Acemoglu, D. (2019). P.10.

en tanto que Petro solicita la renuncia de aquellos ministros que contradecían sus reformas y se recibió a tres que lo apoyaron en su paso por la alcaldía. Así, tras la angustiosa despedida de José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, Alejandro Gaviria, exministro de Educación y la exministra de Agricultura, Cecilia López, se pierden las prominentes voces políticas que criticaron y cuestionaron abiertamente los planes propuestos por el presidente.

En concordancia, vemos que la pluralidad política está muriendo

Y ahora, ¿cómo regular el poder?

pues en ese entonces Bahamón criticaba su gestión como “populista y canalla”, afirmaciones que a la fecha causaron que Petro solicitara al gremio esperar el análisis del cargo por parte de Ricardo Bonilla, el nuevo ministro de hacienda que reemplazó a Ocampo. No obstante, el gremio continuó con la votación y, de manera unánime, Bahamón fue nombrado gerente.

La historia entre el actual gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, y el Jefe de Estado ha tenido incidencia desde el periodo de alcaldía de Petro

PETRO: EL DOPPERLGÄNGER

Caido de la izquierda colombiana

Es evidente que la rama judicial y la separación de poderes están siendo atacadas, pues el rifirrafe entre el presidente Petro y el Fiscal Barbosa revela visos de autocracia en la narrativa del mandatario. Ante los medios, Gustavo Petro se refirió al Fiscal Barbosa recordándole que “Él era el Jefe de Estado y, por lo tanto, su jefe”, contradictorio, dado que en 2018 afirmó en una entrevista con El Espectador que en Colombia no había separación de poderes ni independencia del poder judicial, acompañado de un excesivo presidencialismo.

Se comprende que los controles y contrapesos generan un equilibrio que busca evitar el poder total y absoluto sobre un sistema político, económico o social. En nuestro caso, es evidente que el Leviatán despótico de Hobbes está comenzando a tomar fuerza en el país, pues las acciones de Petro en sus nueve meses de gobierno demuestran que, no solo en la opinión pública, sino también en las cifras, el pueblo está dejando de creer en “el gobierno del cambio”.

En este ítem el aumento también fue representativo, pues en la anterior encuesta la percepción del empeoramiento de la situación marcó el 67%. De esta forma, las cifras vislumbran las inconformidades los ciudadanos que a diario subsisten en un ecosistema en el que sus figuras de control son removidas de sus ministerios por estar en desacuerdo con las reformas o cambios que propone Petro.

Por este motivo, el dios Anu decidió crear a Enkido, un héroe con la fuerza y coraje para ser el doppelgänger (la figura que representa los "controles y contrapesos" generan un equilibrio que busca evitar el control total y absoluto sobre un sistema político, económico o social) de Gilgamesh. Sin embrago, el plan fracasó. Enkido, al tener el mismo poder que Gilgamesh, se jacto de él y terminó siendo una copia del original. Confirmando así que los controles y contrapesos desde arriba no funcionan, ni en la antigua Mesopotamia ni lo harán en la actual Colombia.

En consecuencia, Petro decidió acallar las voces de control, contradiciendo su discurso inclusivo cuando nombró a Gaviria como ministro (afirmando que estaba abierto a escuchar opiniones distintas u opuestas a las suyas), ahora justificando su accionar con cuestionables afirmaciones en donde solicita: “funcionarios que trabajen de día y de noche, cuyo corazón esté a favor de la gente humilde […] quien no sea capaz de hacer esto, ya no tiene espacio en nuestro gobierno”.

Y ahora, ¿cómo regular el poder? Es evidente que la rama judicial y la separación de poderes están siendo atacadas, pues el rifirrafe entre el presidente Petro y el Fiscal Barbosa revela visos de autocracia en la narrativa del mandatario. Ante los medios, Gustavo Petro se refirió al Fiscal Barbosa recordándole que “Él era el Jefe de Estado y, por lo tanto, su jefe”, contradictorio, dado que en 2018 afirmó en una entrevista con El Espectador que en Colombia no había separación de poderes ni independencia del poder judicial, acompañado de un excesivo presidencialismo. En la actualidad, Petro omitió que el Fiscal General de la Nación es nombrado por la Corte Suprema de Justicia y que dicho cargo cuenta con autonomía por parte de la rama judicial, una que no es comandada por el presidente, gracias a la separación de poderes. En definitiva, la figura de doppelgänger está decayendo, pues el presidente incurre constantemente en la búsqueda de influir en las representaciones de los controles y contrapesos políticos, acciones que él mismo criticaba antes de llegar a la presidencia. Empero, sus discursos con tintes a victimización han conmovido a pocos e incomodado a muchos, pues sus afirmaciones en ‘los balconazos’ dejan bastante por analizar. Desde frases como “No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos, no nos dejen solos ante la jauría de los privilegiados” hasta afirmaciones con incidencia en la autonomía del gremio cafetero, han sido motivo de discusión y han puesto sobre la mesa, de nuevo, el intento de autocracia por parte del presidente en las instituciones con más peso del país. Pues ante el nombramiento del nuevo gerente de Fedecafeteros, las reacciones de Petro no fueron positivas, sino más bien exclamativas desde su cuenta de Twitter.

llevándolo a reafirmar su poder en Twitter y, a su vez, escondiendo sus intenciones para mostrarse como “responsable de los dineros del fondo” bajo la capa de victimización con falacias Ad misericordiam, en donde a falta de argumentos, se apela a los sentimientos y recurre a la compasión al “no haber sido escuchado”.

Como resultado, se analiza que la postura política de Germán Bahamón sí tuvo un impacto en la solicitud por parte del mandatario, pues como se ha comprobado en ocasiones anteriores, el presidente no está dispuesto a estar rodeado de figuras que no sigan sus mismos ideales y compartan sus opiniones

Después de todo, las acciones del presidente han dejado muy en claro que en su ambicioso pero corto intento de ser el doppelgänger que contrarrestara a la derecha colombiana, se ha transformado en el Enkido que igualó al tan satanizado Gilgamesh de tradición una vez que se jactó de poder.

Nuevamente, el país se encuentra a la deriva y expectante frente a las decisiones del actual mandatario, ¿será “el cambio” en realidad un sínico disfraz de avaricia política?

Ahora bien, al “gobierno del cambio” le queda un periodo largo para contrastar a la derecha que criticó antes de su mandato. Pues en relación al periodo de Iván Duque las diferencias son debatibles, en tanto que Petro criticaba los nombramientos por nepotismo, el ‘sabotaje de la paz’, los entrometimientos presidenciales a otras ramas y la falta de separación de poderes. Reproches que ahora se ven como un espejo en el gobierno de turno, acompañados de ataques persistentes a los controles y contrapesos que protegen y regulan el poder que está ejerciendo Gustavo Petro, pues no permite que la diversidad de opiniones tenga voz y voto entre las paredes de la casa de Nariño y, mucho menos, en las reformas y cambios que propone para el país.