LIBROS PROFETICOS

Libros Proféticos: Se dividen en profetas "mayores" y "menores" según la extensión de los libros, no porque unos fueran más importantes que otros.

Lamentaciones

Daniel

Baruc

Jeremías

Isaías

Ezequiel

Está dividido en cinco capítulos.Cada uno representa un poema separado. En el hebreo original, los versículos son acrósticos, cada uno de los cuales comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo. deja en claro que el pecado y la rebelión fueron las causas de que la ira de Dios fuera derramada.

Es una combinación de profecía e historias inspiradas. Gran parte del libro está dedicada a una visión apocalíptica de la venida del Hijo del Hombre. Las famosas historias de Daniel en el pozo con los leones y de los tres jóvenes en el horno.

El Libro de Jeremías es primeramente un mensaje de juicio sobre Judá por la creciente idolatría. Después de la muerte del Rey Josías, el último rey justo, la nación de Judá había abandonado casi completamente a Dios y sus mandamientos.

Revela el juicio y la salvación de Dios. Dios es “santo, santo, santo” y, por tanto, Él no puede permitir que el pecado quede impune. Isaías describe el juicio venidero de Dios como un “fuego consumidor”

Dice a los Israelitas cautivos que Jerusalén no los abandonará, y que el camino de Moisés sigue siendo el mejor y el más sabio.

Ve visiones de culto celestial, y espera un Israel perfeccionado después del exilio, donde se celebrará perfectamente la liturgia del Templo.

Abdías

Amós

Oseas

Miqueas

Jonás

Joel

El reino de Edom será destruido completamente. Edom ha sido arrogante, alegrándose de los infortunios de Israel; y cuando los ejércitos enemigos atacan a Israel y los israelitas piden ayuda, los edomitas se niegan y eligen pelear contra ellos, no por ellos. Estos pecados de orgullo ya no pueden ser ignorados. El libro termina con la promesa de la plenitud y la liberación de Sión en los últimos días.

El temor y el orgullo de Jonás, causan que huya de Dios. Él no desea ir a Nínive a predicar el arrepentimiento como Dios le había ordenado. Él está convencido de que Dios no llevará a cabo su amenaza de destruir la ciudad. En vez de ello, aborda un barco para Tarsis, que está en la dirección opuesta. Es tragado por un gran pez. En su vientre por 3 días y 3 noches, Jonás se arrepiente de su pecado hacia Dios, y el pez lo vomita en tierra seca. Jonás aprende su lección, cuando Dios usa un viento, una calabacera, y un gusano para enseñarle que Él es misericordioso.

La nación está corrompida. Los pecados por los que Amós reprende al pueblo son extensos. Amós comienza a pronunciar un juicio sobre todas las naciones que los rodean, luego sobre su propia nación de Judá, y finalmente el juicio más severo es dado a Israel. Sus visiones de Dios revelan el mismo mensaje enfático: el juicio está cerca. El libro termina con la promesa de Dios a Amós de la futura restauración del remanente.

Una terrible plaga de langostas es seguida por una severa hambruna a través de la tierra. Joel usa estos acontecimientos como catalizador para enviar palabras de advertencia a Judá. Joel exhorta a todo el pueblo y a los sacerdotes de la tierra a ayunar y humillarse mientras buscan el perdón de Dios.

Es una descripción de una esposa adúltera y un esposo fiel, símbolo de la infidelidad de Israel hacia Dios a través de la idolatría, y contiene la condenación de Israel, especialmente Samaria, por la adoración de ídolos y su eventual restauración.

El profeta condena a los gobernantes, los sacerdotes, y profetas de Israel, quienes explotan y extravían al pueblo. Es debido a sus hechos que Jerusalén será destruida. El profeta Miqueas proclama la liberación de la gente que irá de Jerusalén a Babilonia y concluye con una exhortación para que Jerusalén destruya a las naciones que se han unido contra ella.

Ageo

Sofonías

Nahúm

Habacuc

Malaquías

Zacarías

Escribió este libro como una advertencia o “llamado al arrepentimiento” para la gente de Nínive. Dios ya les había enviado al profeta Jonás 150 años antes, con Su promesa de lo que sucedería si ellos continuaban en sus malos caminos. La gente de ese tiempo se había arrepentido, pero ahora vivían de la misma forma o aún más impía de lo que lo hicieron anteriormente. Dios había pronunciado juicio y los asirios recibirían justo lo que merecían.

Habacuc clama a Dios por una respuesta sobre el por qué se le permite sufrir en cautividad al pueblo elegido por Dios. El Señor le da Su respuesta a Habacuc, declarando esencialmente que “aun cuando se os contare, no la creeréis”. Habacuc continúa entonces diciendo, “Esta bien, Tú eres Dios, pero aún así, dime más acerca del por qué está pasando esto”. Habacuc escribe una oración expresando su firme fe en Dios, aún en medio de estas pruebas.

Describe el día del Señor, cuando un terrible juicio se abatirá sobre los malvados, pero los justos serán finalmente liberados de su aflicción.

Profetizó para sacudir a los exiliados retornados de su complacencia. Les prometió que un rey y salvador vendría a ellos, montado humildemente en un burro.

Profetizó tras el regreso del exilio, instando al pueblo a seguir adelante con la estancada reconstrucción del Templo.

Reprende al pueblo elegido por su hipocresía, pero preveé un tiempo en el que todas las naciones ofreceran a Dios un sacrificio puro.