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Bielsa

(Huesca)

Alcañiz

(Teruel)

Sos del Rey Católico

(Zaragoza)

Teruel

(Teruel)

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Teruel

Teruel

Se ubica en un palacete de estilo mudéjar decorado con mármoles, azulejería y arcos ojivales. Cuenta con jardín, piscina, pista de tenis y unos salones adecuados para convenciones y reuniones de trabajo. El parador se encuentra a tres kilómetros de una ciudad en la que disfrutar del conjunto formado por la iglesia y torre de San Pedro, donde se ubica el Mausoleo de los Amantes. A unos 37 kilómetros está Albarracín, con su casco antiguo peatonalizado, pasadizos bajo arcos, escalinatas y portales de mansiones señoriales.

Zaragoza

Sos del Rey Católico

Con 4 estrellas y 130 plazas, se halla en un edificio noble de estilo aragonés que conserva el carácter monumental de esta villa declarada Conjunto Histórico-Artístico, lugar de nacimiento de Fernando el Católico. La madera recubre los interiores y predomina en el mobiliario de estilo castellano. La villa medieval amurallada se alza sobre una roca enorme con vistas a amplios montes y vaguadas. Intramuros: calles empedradas, ventanas góticas y renacentistas, las ruinas del castillo medieval, el palacio de Sada, el monasterio de Valentuñana…

Teruel

Alcañiz

Se emplaza en un castillo-convento de los siglos XII y XIII, en lo alto del pueblo. El monumento conserva la torre del homenaje, el campanario y la parte reconvertida en palacio aragonés. Cuenta con murales góticos, un sepulcro plateresco y una fachada barroca. Fuera del hotel aguardan los subterráneos medievales, la fuente de los 72 caños o la lonja gótica. Tras la visita, los tres espacios gastronómicos del parador ofrecen el blanco pero suculento jamón de Teruel, huevos a la alcañizana (escalfados y acompañados de lomo y longaniza) o borrajas con almejas.

Huesca

Bielsa

A los pies del Monte Perdido, en el Pirineo oscense, se ubica este hotel de montaña que mira al río Cinca, las cascadas en la época del deshielo y la plenitud de una cordillera que primero asombra y luego reconforta. El parador ofrece cinco excursiones aptas para los experimentados que viajan con zapatillas de montaña y para los iniciados que llevan calzado de ciudad. Salidas a la Estiva, donde pasta el ganado en verano, o al cañón de Añisclo, una depresión de 1.050 metros en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que hace el silencio.