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Descartes

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Created on May 28, 2022

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Transcript

La filosofía de....

DESCARTES

“Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas”.

ÍNDICE

El concepto de idea en Descartes y sus tipos.

El método cartesiano. Ideal matemático de certeza, duda metódica y criterio de verdad.

Argumentos demostrativos de la existencia de Dios y del mundo.

El concepto de substancia en Descartes y sus tipos.

El dualismo antropológico. Mecanicismo y libertad.

Moral provisional.

1.- El método cartesiano. Ideal matemático de certeza, duda metódica y criterio de verdad.

  • Concretamente, la reglas de este son: la de evitar la precipitación y la excesiva prevención a la hora de identificar y difrenciar las ideas (búsqueda de evidencia), la de analizar todo problema hasta descomponerlo en sus ideas más simples (facilitando la intuición de aquella evidencia), la de sintetizar deductivamente desde esas ideas simples hasta otras más complejas y, por último, la de recontar aquellas evidencias primeras intuidas y revisar el proceso deductivo que lleva hasta las ideas complejas, con la intención de evitar el error.
  • La aplicación de este método a la metafísica - raíz del árbol del conocimiento -, y concretamente de sus dos primeras reglas, lleva a Descartes a la duda metódica (que no escéptica) que trata de lograr la intuición de aquella/s primera/s evidencia/s. Su recorrido es el que sigue: duda sobre la fiabilidad de los sentidos como fuente de conocimiento (argumento del error perceptivo), duda sobre la existencia del mundo extramental (argumento del sueño) y duda sobre la lógica del pensamiento y la posibilidad del conocimiento (argumento del Genio Maligno).
  • Contra el escepticismo imperante en su época, Descartes defiende que la verdad en la ciencia es posible y que, puesto que la facultad de juzgar y de distinguir lo verdadero de lo falso - es decir, la razón - es "naturalmente igual en todos los seres humanos", el descubrimiento de esta solo depende del método. Este método debe, por una parte, ser adecuado a los modos de conocer de la mente humana (intuición y deducción) y, por otra, debe evitar el error de la voluntad.
  • En este sentido, el método ofrecido por la matemática es el que más se aproxima al modelo y el que más certeza garantiza: su análisis se constituye en una técnica para el descubrimiento de nuevas verdades y su síntesis en una concatenación de evidencias que transita desde los axiomas hasta la conclusión. Pero, la certeza de la matemática no solo viene dada por su método sino también por su objeto, ajeno a la sensibilidad. Además, su lenguaje es propicio para referir a la cualidades primarias de la realidad física y facilitar la aplicabilidad técnica del conocimiento científico.
  • De la aplicación del método a la metafísica se sigue la intuición de la primera evidencia sobre la que se dispone a "erigir" su proyecto: "Pienso, luego existo". Esta, por sí misma, muestra la necesaria relación entre pensamiento y realidad, pero es insuficiente para llevarlo a cabo al no poder contrarrestar los efectos de la duda metódica. ¿Hay alguna idea que lo posibilite?

Entiendo por método, reglas ciertas y fáciles gracias a las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca lo falso por verdadero y llegará, sin gastar inútilmente esfuerzo alguno de la mente, sino siempre aumentando gradualmente la ciencia, al verdadero conocimiento de todo aquello de que sea capaz.

Reglas para la dirección del espíritu

Las reglas del método cartesiano:

2 - La manera de encontrarlas es analizar cada problema, es decir, descomponerlo. Esto facilita la intuición de sus ideas más simples.

1 - Buscamos evidencias, es decir, ideas claras y distintas (criterio de verdad). Para ello, debemos evitar la precipitación y el exceso de prevención.

3 - Un vez intuidas de manera clara y distinta estas ideas debemos sintetizar el problema, es decir, recomponerlo. Para ello hay que dedudcir a partir de aquellas las más complejas.

4 - Después de realizar este proceso solo resta enumerar tanto el análisis como la síntesis.

Las fases en la aplicación de la duda metódica:

Argumento del error perceptivo -> Si los sentidos nos engañanan continuamente, ¿cómo podemos saber que no nos están engañando ahora y las cosas son como las percibimos?

Argumento del sueño -> Si muchas veces soñando nuestras sensaciones son tan vívidas como cuando estamos despiertos, ¿cómo puedo saber que no estoy durmiendo ahora o que la vida no es un sueño y hay alguna realidad extramental?

Argumento del Genio Maligno -> Si soy capaz de idear un ser todopoderoso, veraz y benigno, ¿por qué no un ser todopoderoso, falaz y maligno que nos engañe de manera tal que hasta la lógica de nuestro pensamiento carezca de sentido y lo evidente (ideas claras y distintas) no sea más que una confusión?

2.- El concepto de idea en Descartes y sus tipos.

  • Para poder dar con la idea que haga posible contrarrestar la los efectos de la duda metódica es necesario esclarecer el propio concepto de idea en la filosfía cartesiana. Este, poco tiene que ver con el platónico, donde las ideas eran realidades substanciales, que no dependían de ser pensadas por alguien. Ahora bien, como en Platón, el conocimiento va a recaer sobre ellas. Resultado: El sujeto piensa ideas (representaciones mentales de las cosas) y no objetos independientes de ser pensados por alguien (las cosas en sí).
  • Centrándonos en el primer aspecto, podemos decir que la idea posee una realidad formal como acto mental (las ideas se identifican) y una realidad objetica como representación (las ideas se diferencian). Mientras el acto mental de idear es inmediato (conciencia), el objeto de pensamiento es mediato (entre el sujeto y el objeto media el acto mental).
  • Centrándonos en el segundo aspecto, el hecho de que el sujeto piense ideas problematiza la relación entre el acto mental y la realidad extramental e incluso la existencia de esta última.
  • Definido así el concepto de idea solo resta saber qué tipo de idea puede garantizar el conocmiento. Y nos encontramos tres tipos de ideas: las adventicias, cuya fuente es la sensibilidad; las facticias, cuya fuente es la imaginación; y las innatas, cuya fuente es la razón.
  • Los dos primeros tipos, obviamente, son incapaces de garantizar la fiabilidad de los sentidos, la existencia del mundo extramental, la lógica de nuestro pensamiento y la validez del criterio de verdad, por lo que no pueden ser, por sí mismos, fuente de conocimiento. El tercer tipo, tal vez. Pero ¿qué idea innata puede facilitarnos esas garantías?, ¿la de Dios? La idea de perfección (o infinitud) no es adventicia ni facticia, por lo que la idea de Dios, de quien solo se puede predicar ese atributo, es innata. Pero, ¿cómo la idea innata de Dios puede contrarrestar los efectos de la duda metódica? Para empezar, de la representación mental "Dios" se debe seguir lo representado extramental "Dios".

Tipos de ideas por su contenido representativo:

Adventicias

Facticias

Innatas

Emanan de nuestra imaginación. Son las que poseen un menor grado de realidad. La idea de Dios no puede ser facticia, porque la imperfección/finitud - que si percibimos a través de los sentidos - deriva de la perfección/infinitud.

Emanan de nuestra sensibilidad. Las ideas relativas a atributos de substancias materiales o a substancias materiales son un ejemplo. Las segundas tienen un mayor grado de realidad que las primeras. La idea de Dios no puede ser adventicia, ya que la perfección/infinitud (su atributo esencial) no se puede percibir por los sentidos.

Emanan de nuestra razón. Esta las genera de forma natural. Son las que mayor grado de realidad poseen, pues entre ellas encontramos las que representan a substancias espirituales (no materiales). La idea de Dios es innata.

3.- Argumentos demostrativos de la existencia de Dios y del mundo:

  • Descartes se propone dar el salto de la existencia mental de Dios a su existencia extramental y, para ello, se va a servir de tres argumentos. Los dos primeros tienen a la base dos supuestos, a saber, el principio de causalidad (todo efecto tiene una causa) y el de gradación de lo real (el grado de realidad de la causa es siempre igual o mayor que el del efecto).
  • Los tres argumentos son: el de la causa de la idea de perfección/infinito; el de la causa de mi ser; y el ontológico. El primero, desde la epistemología defiende que la idea de un ser perfecto/infinito no puede ser causada por un ser imperfecto/finito, que solo un ser cuya realidad formal (en acto) sea propocional a la realidad objetiva de la idea puede ser su causa, es decir, un ser actualmente (de facto) perfecto. El segundo, desde la antropología defiende que solo Dios, entendido como realidad perfecta, puede ser la causa de nuestro ser imperfecto/finito compuesto de dos realidades dependientes (que no pueden ser causa de sí) y excluyentes (que se niegan mutuamente). El tercero, de Anselmo de Canterbury (S. XI), desde la ontología defiende que la sola idea de perfección exige su realización formal para evitar la autocontradicción, pues siempre es más perfecto un ser que existe que uno que no existe.
  • Demostrada así la existencia de Dios, es decir, de un ser que participa de todas las perfecciones, incluidas la veracidad y la bondad, queda refutado el argumento del Genio Maligno y restituida la validez del criterio de verdad propuesto (la evidencia) y de la lógica de nuestro pensamiento, es decir, queda restituida la correspondencia del pensamiento con la realidad.
  • Pero también quedan refutados los argumentos del sueño y del error perceptivo. Respecto al primero, garantizado ya el criterio de verdad, tenemos la posibilidad de abrir la privacidad subjetiva pensante a la publicidad objetiva extensa, es decir, demostrar la existencia del mundo que percibimos por medio de los sentidos. Dios no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe. Entonces, si tengo la idea de objetos materiales, corpóreos, ¿cuál es su causa? Si tengo la inclinación a creer que esas ideas me son producidas por realidades percibidas a través de los sentidos, cuyo atributo esencial es la extensión (ocupar un espacio), el Dios que las ha puesto en mí no me puede engañar. Respecto al segundo, del mismo modo que la razón no es la causa del error en el juicio, los sentidos no nos proporcionan información falsa sobre la realidad, sino que nosotros interpretamos erróneamente los datos que nos proporcionan (por precipitación o exceso de prevención).
  • Pero, demostrada ya la existencia de las cosas corpóreas, ¿son las cosas como las percibimos? ¿Todas las cualidades, supuestamente objetivas, percibidas a través de los sentidos, lo son? Descartes, siguiendo a Galileo, defiende que solo las propiedades cuantificables y percibidas por un solo sentido (cualidades primarias) son objetivas: magnitud, figura y movimiento. Esta cualidades existen objetivamente con independencia de la existencia del sujeto que las piensa.

4.- El concepto de substancia en Descartes y sus tipos:

  • Descartes ha dado ya con tres tipos de realidad a través de sus atributos esenciales: la substancia pensante o alma, la substancia perfecta o Dios y la substancia extensa o mundo. Lo substancial no es otra cosa que lo que existe por sí mismo (es completamente independiente), es decir, la substancia es “una cosa que existe de tal manera que no necesita de ninguna potra para existir”. Por ello, en sentido extricto, substancial es solo Dios. Pero, de entre las cosas creadas por Dios solo hay dos realidades que no necesitan de ninguna otra cosa - excepto de Dios - para existir: el alma y el mundo.
  • La substancia no se percibe directamente, solo se perciben sus atributos o cualidades. Los atributos son propiedades de la substancia que no pueden existir por sí mismos, y cada substancia tiene un atributo propio que constituye su esencia, su naturaleza; conocer este atributo será condición necesaria y suficiente para conocer la substancia. Además, estos atributos pueden adoptar distintas formas o, dicho de otra manera, hay distintos modos de ser de las substancias.
  • El atributo esencial de Dios es la perfección. Dios es una naturaleza simple que posee infinitos atributos de los que solo conocemos algunos como su veracidad, su bondad, etc. El que sea una naturaleza simple significa que no es compuesta. Sus atributos siempre se dan del mismo modo. El atributo esencial del alma o yo es el pensamiento. El alma es una naturaleza simple, por lo que es indivisible e inmortal. Sus distintos modos de ser son: sentir, imaginar, desear, entender, etc. El atributo esencial del mundo es la extensión (ocupar un espacio). El mundo es susceptible de cuantificación y obedece, en su acontecer, a una serie de leyes matemáticas. El mundo es una naturaleza compuesta, divisible y en él todo es perecedero. La extensión puede darse como magnitud y figura o como movimiento.
  • En consecuencia, la relación entre cuerpo y alma se problematiza, pues no necesitan el uno del otro para existir (son independientes), e incluso se definen por excluirse mutuamente (y excluyentes). Dicho de otra manera, son posibles tanto los cuerpos sin alma como las almas sin cuerpo, a sabiendas de que los cuerpos no piensan y las almas no tienen extensión. Así, si la realidad material, física, está regida por leyes que expresan determinismo fenoménico, y los seres humanos tenemos cuerpo, pues de hecho nos identificamos corporalmente, ¿quiere eso decir que nuestra conducta está determinada por las leyes físicas que operan mecánicamente en el universo y que no somos libres?

5.- El dualismo antropológico. Mecanicismo y libertad:

  • Descartes elabora una teoría antropológica dualista en la que el ser humano es entendido como compuesto de res cogitans (alma) y res extensa (cuerpo), substancias independientes e irreductibles entre sí. Con ello, se libera al alma del cumplimiento de las leyes que actúan necesariamente en el universo mecánico.
  • Nuestro cuerpo está sujeto a las leyes de la materia, pues incluso las funciones biológicas no requieren de animación alguna, por lo que carece de libertad. El cuerpo es concebido como una máquina, muy compleja, que responde a las leyes mecánicas de la física. De hecho, la conducta de los animales no humanos puede explicarse desde la física atendiendo a un proceso completamente mecánico: los objetos externos contactan con los órganos de los sentidos produciendo cambios en ellos (sensibilidad), cambios que producen otros en el cerebro (imaginación) susceptibles de conservarse durante algún tiempo (memoria) y que producen, finalmente, el movimiento de partículas a través del sistema nervioso y circulatorio (“espíritus animales”), movimiento causante del muscular y, en definitiva, del movimiento del cuerpo.
  • El problema lo encuentra Descartes a la hora de explicar la conducta humana, pues debe explicar la interrelación entre dos substancias: la anímica y la corpórea. ¿Cómo se justifica la estrecha interrelación que hay entre ambas (sensaciones privadas)? Descartes ofrece una respuesta fisiológica, localizando en la glándula pineal esta interrelación. Pero, si el movimiento se explica como un contacto entre partículas, ¿cómo se genera este si el alma es inextensa? (Isabel de Bohemia).
  • La relación entre alma y cuerpo se asemeja a un combate entre las pasiones que se originan en el cuerpo, por una parte, y la voluntad y el entendimiento propios del alma, por otra. Las pasiones están en el alma, pero el cuerpo las causa. La máquina corporal es acción y pasión respecto al mundo. La cuestión es que la máquina corporal se relaciona con el alma, que también es acción y pasión. Unos pensamientos son voliciones activas, provienen del alma y solo dependen de ella, y otros son percepciones pasivas, y provienen del cuerpo. Las pasiones son emociones que afectan al alma pero que se originan en el cuerpo por corpúsculos que recorren el sistema nervioso y circulatorio (“espíritus animales”), por predisposiciones naturales (temperamento), y se caracterizan por ser involuntarias e irracionales. La fuerza del alma consistirá en tratar de controlar y dirigir las pasiones.
  • En esta lucha, el entendimiento tiene como función la de proporcionar el conocimiento y los juicios para que la voluntad pueda conducir adecuadamente las acciones (contra el determinismo). Al modo estoico, en la búsqueda del equilibrio, en esta lucha por encauzar las pasiones, es donde interviene la libertad. En tanto que el entendimiento es la facultad de juzgar, de tener intuiciones claras y distintas, la voluntad es la facultad de afirmar o negar, y se identifica con la libertad. La teoría de la voluntad es relevante en el pensamiento cartesiano, pues de la voluntad se sigue su teoría del error.

Moral provisional Descartes necesita una moral provisional para no permanecer irresoluto en sus acciones mientras mantiene en suspenso sus juicios. Esta dispondrá cuatro máximas para la acción:

Obedecer las leyes y las costumbres de la sociedad donde uno se encuentra (siendo fiel a la doctrina católica) - esta es la propuesta de Montaigne frente al amoralismo -, y regirse en lo demás con arreglo a opiniones moderadas, es decir, aquellas comúnmente aprobadas en la práctica por los más prudentes - esta es la propuesta de Aristóteles y su phrónesis -. La certidumbre moral es suficiente en ausencia de verdad, de certidumbre metafísica.

Una vez tomada una decisión, ser lo más firme y resuelto en las acciones; es decir, propone la acción decidida frente a la paralización a la que pueda conducirnos la duda (ejemplo del caminante perdido en el bosque). Esta actitud recuerda a los estoicos.

Modificar los deseos propios antes que el orden del mundo, pues solo está enteramente en nuestro poder nuestro pensamiento, como defiende el estoicismo.

A modo de conclusión, cultivar la razón y avanzar, tanto como sea posible, en el conocimiento de la verdad, pues el conocimiento conduce a la conducta justa, buena. El conocimiento teórico no puede inducir al vicio, como defiende el intelectualismo moral socrático. La certidumbre moral debe dar paso a la certidumbre metafísica en el ámbito de la moral.