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¿Qué es la eficiencia energética?

Eficiencia Energética y Políticas Públicas Maestría en economía de la energía y desarrollo sustentable

Origen ingenieril del concepto

En sus orígenes, la eficiencia energética surge desde una base ingenieril, con estrecha relación a los principios de la termodinámica. Se trata de un concepto que vincula a la energía en sus diferentes situaciones: energía neta, energía final, energía útil.

Conceptos

• ENERGÍA FINAL: es la energía en la forma en que se vende a alguna entidad que quiera comprarla.

• ENERGÍA UTIL: es la energía en la forma que finalmente se utilizada para proporcionar algún bien o servicio.

• SERVICIOS ENERGÉTICOS: son bienes y servicios que los seres humanos para los que la energía es uno de los ingredientes necesarios.

Cambios a lo largo del proceso

• La Energía Bruta es el total de energía consumida por un sistema socioeconómico; si le reducimos las pérdidas de producción, transporte, transformación y distribución, tenemos la Energía Neta que circula.

• La Energía Final, es aquella que llega a los sistemas de consumo socioeconómico (es decir, no contiene el consumo propio de la industria de la energía). Finalmente, la Energía Útil, es aquella que no contiene las pérdidas de transformación y utilización del equipo de uso final.

• Todo el proceso de conversión, transporte y utilización de la energía da la oportunidad de mejoras en la eficiencia.

Dos caras de la misma moneda

• La eficiencia energética es obtener más bienes y/o servicios energéticos con la misma cantidad de energía y materiales; ó la obtención de los mismos bienes y/o servicios energéticos, pero con menos cantidad de energía y materiales, bien sea por avances tecnológicos o mejoras en la gestión.

• Desde un punto de vista ambiental implica menor contaminación y una vida de los recursos más larga. Desde un punto de vista económico, menor gasto/inversión energética.

Dos conceptos diferentes

Las acciones de eficiencia energética no implican necesariamente ahorros de energía (ni viceversa) por múltiples razones. Una de ellas se refiere a la posibilidad de que por acciones de eficiencia energética se abastezcan más servicios energéticos (en términos agregados o individuales) con el mismo nivel de consumo de energía (es decir situaciones en las cuales el ahorro de energía se vería como nulo).

Algunas situaciones de caída en el consumo de energía (ahorro de energía) podrían no mostrar necesariamente mejoras en la eficiencia energética. Por ejemplo, situaciones en las cuales por razones externas (caída del producto bruto, caída de los niveles de producción, ingreso disponible) se disminuye la cantidad de energía utilizada, no implica eficiencia energética, sino caída en los servicios energéticos (o su calidad). En efecto, en períodos de crisis económica se observa caída en el consumo de energía (que podría identificarse como un ahorro), pero sin evidenciar mejoras en la eficiencia energética. Son caídas atribuibles a la caída en el nivel de actividad.

Abordaje multidimensional

Las acciones de eficiencia energética impactan sobre diferentes dimensiones, dando lugar al enfoque de los múltiples beneficios. En principio, y la más directa, tienen implicancia sobre la dimensión energética, reduciendo la intensidad de energía o el consumo específico de los bienes y servicios. En segundo lugar, tienen un impacto ambiental y climático, al contribuir a la disminución de la contaminación local y global, bajando el contenido de carbono de las actividades y los bienes. En tercer lugar, impactan sobre la demanda de recursos globales en el proceso de manufactura, al disminuir la cantidad de insumos. Al mismo tiempo, tienen impactos adicionales sobre otros servicios y productos, al reducir la necesidad de actividades conexas para la producción (relacionado con los encadenamientos de los sistemas energéticos). Finalmente, tienen un impacto significativo sobre la dimensión social y la calidad de vida

Acciones autónomas o inducidas

La eficiencia energética puede ser producto de un conjunto de acciones autónomas, realizadas por los agentes socioeconómicos, respondiendo a condiciones del contexto que las propician (mejoras tecnológicas, señales de los precios, competencia en el mercado, cambios estructurales, cambios socio-culturales y costumbres).Sin embargo, en algunos casos, estas condiciones no son suficiente, y se requiere de acciones inducidas, a través de políticas públicas nacionales o de acuerdos internacionales.

El efecto rebote

En muchos casos las acciones de eficiencia energética pueden dar tener menores impactos en el consumo de energía y/o recursos materiales que los esperadas, , e incluso a incrementar el consumo de energía. Este efecto se conoce como el efecto rebote y se debe a impactos segundarios de este fenómeno.Sin embargo, la existencia del efecto rebote no implica la necesidad de abandonar las acciones de eficiencia energética, ya que éstas suelen tener impactos positivos sobre objetivos sociales y económicos más amplios