Want to create interactive content? It’s easy in Genially!
Los Mangones de Cali: El escenario de un crimen
Mariana Yepes
Created on November 1, 2021
Start designing with a free template
Discover more than 1500 professional designs like these:
Transcript
Inicio
LAS DIFERENTES VERSIONES
LA HISTORIA HOY EN DIA
El monstruo de los mangones es el nombre dado a un asesino en serie colombiano sin identificar.
Rememoración de un escabroso caso ocurrido en la ciudad de Cali hace más de 5 décadas.
Los mangones de Cali
Voces tiernas, gritos despampanantes llenos de adrenalina, diversión, expresiones inocentes y carcajadas, le daban vida a los terrenos baldíos de Cali en los años 60's. Estos espacios más conocidos como los mangones de Cali, se convirtieron en ese entonces, en escenarios macabros que dieron un giro turbulento al pasar de ser terrenos de diversión infantil, a ser terrenos de muerte y mezquindad. Hoy, 58 años después, el caso del monstruo de los mangones sigue siendo todo un misterio.
Cuando el niño desapareció, Sofía Vanegas, su madre, empezó a recibir periódicamente algunas llamadas al número personal de su prima; en la primera llamada que recibió, le dijeron que su hijo estaba en la carrera 13 con calle 19 y 20. La madre, llena de desesperación fue hasta el lugar, en el que se toparía con una gran desdicha al ver que la dirección indicada existía, pero que en aquella residencia, la puerta estaba sellada.
En la segunda llamada que recibió, nuevamente la voz de una mujer le advertía que su hijo estaba “sano”, Sofía, en medio de la desesperanza le ofreció dinero a cambio de que le entregaran a su hijo, para su desgracia, la mujer colgó el teléfono. En la tercera llamada Sofía recibió el último zarpazo, le confirmaron el arrebato de su hijo para siempre, y con él, toda su alegría.
En los años 60's Cali era una ciudad que se estaba urbanizando. En aquel entonces empezaba a vivenciar los visos de la modernidad, y con ello, la ampliación del perímetro terrestre, Cali estaba creciendo, pero no solo en perímetro sino también en espacios recreativos como el cine, campos de fútbol, grilles y otros tantos como fábricas y escuelas. La sucursal del cielo se estaba convirtiendo en toda una ciudad; pero no todo es color de rosa, y aunque se avanza en unas cosas, en otras se retrocede, y éstas últimas opacan el brillo de las primeras. No se puede desconocer el contexto histórico que vivía Colombia, tras dos largas décadas llenas de violencia, el país estaba “recomponiéndose”, viviendo un tiempo de transición, y aún en ese entonces, los titulares de homicidios, desapariciones, violencia y riñas ocupaban los titulares de la prensa nacional. Esta transición en Cali se fue desvaneciendo, cuando el pánico por un monstruo enigmático se apoderó de la ciudad.
“Es mi hijo, mi pobre hijo”
Félix Tiberio iba vestido con jean blanco y una camisa color caqui cuando desapareció, sin embargo e infortunadamente, su mamá no pudo quedarse con este último recuerdo, sino que fue ella misma quien sostuvo en sus manos y con los ojos encharcados, el esqueleto de su propio hijo.
El conteo del monstruo...
Se dice que el monstruo inició sus fechorías en noviembre de 1963, sin embargo, en la mañana del 20 de abril de 1962, el señor Pedro Luis Correa reportó a las autoridades caleñas que en su apartamento ubicado a orillas del río Cali, en el barrio Santa Rita, encontró 2 cadáveres pertenecientes a cuerpos de infantes, identificados como Luis Alfonso Mejía y Carlos Arturo Lenis; y aunque en tiempos anteriores eran comunes las desapariciones de niños, en este caso, era la primera vez que aparecían los cadáveres de infantes con signos de abuso y maltrato. Aunque inicialmente se le culpó a este señor por los homicidios, no se logró comprobar, Pedro Luis quedó en libertad y el caso nunca concluyó.
El monstruo estaba desaforado, tan solo 5 días después, encontraron el cuerpo de otro menor, y para el 27 de enero de ese año se reportó el décimo asesinato cometido, fue hasta el primero de abril del 64 en que se había confirmado el asesinato de 13 menores, en esta misma fecha se encontró sin vida a Alveiro Santana de 12 años de edad, un niño palmireño que fue identificado en la prensa como “el menor asesinado con agujas”; muchos de los infantes eran hallados con agujas enterradas en su corazón y tórax, y además, muchos eran encontrados con una apriencia física palidezca; como si se les hubiera extraído la sangre.
Los casos de muerte a menores siguieron sucediendo a lo largo del año 64, en el año 65 y así hasta los años 70´ s; cuando se extravió la menor Adagriela Ramírez de 10 años, una pequeña con un diagnóstico de sordomudez, tenía dificultades para hablar y escuchar. La niña salió de su casa un sábado en el mes de junio de 1974 a las 4 de la tarde a hacer un mandado al centro de la ciudad, pero Adagriela no regresó nunca más, al menos, no con vida. Describen que la niña llevaba puesto un vestido blanco de flores, unas botas pantaneras de caucho y un corte de cabello alto.
Más adelante, el 19 de agosto de 1962 se reportó un caso similar, se trataba de un estudiante venezolano llamado Carlos José León García, quien fue encontrado sin vida y con heridas provocadas por arma blanca. El 12 de septiembre del mismo año, hallaron al niño Guillermo Vargas en una zona clandestina del barrio Cristóbal Colón de Cali, quien en realidad fue apuñalado en una zona distinta, pero lo trasladaron hasta dicho lugar según las investigaciones de las autoridades. La sombra misteriosa de aquel sujeto monstruoso siguió haciendo de las suyas a lo largo de este año, y en noviembre de 1963, la historia tomaría un rumbo siniestro…
Así como ella, a muchos niños y niñas vestidos de ingenuidad, les fue arrebatado su regalo más preciado: la inocencia. Sus vidas se apagaron en las manos del horror, en las manos de un monstruo o monstruos.
El 5 de noviembre de 1963 Luis Alberto Osorio, un niño de 10 años que era conocido por ser un voceador de periódicos, fue hallado sin vida en un potrero de Santa Rita, al oeste de la ciudad. El menor fue encontrado en un avanzado estado de descomposición. La inocencia de este niño como la de muchos otros más fue totalmente arrebatada, aquella ingenuidad propia de los infantes se desdibujó en este niño, quien según su madre, Rosa María Galeano, salió de su casa vestido con unos jeans azules y una camisa blanca, pero despojado de sus vestiduras fue encontrado totalmente desnudo, es inevitable preguntarse, ¿Qué le habrán hecho al quitarle la ropa? este interrogante flotó en la mente de su madre y su familia, y hasta el sol de hoy nunca se supo qué fue lo que pasó con el niño Luis Alberto, ni con ningún niño o niña víctimas de este temible sujeto que horrorizó a la comunidad vallecaucana generando una psicosis colectiva.
Modus operandi del monstruo y sus víctimas
El modus operandi de este monstruo era bastante estratégico para convencer a los niños, en primer lugar, es necesario decir que según se cuenta en la prensa y en las historias que se han recopilado de este caso, la mayoría de desapariciones se daba en horas de la noche, y el monstruo convencía a los niños ofreciéndoles golosinas, dinero entre otras dádivas para llevárselos con él.
Lo que se dice que hacían con las víctimas, era que muchos de ellos no solo eran encontrados sin vida, sino con signos de haber sido violentamente asesinados y abusados; algunos eran encontrados con moretones en diferentes partes de su cuerpo, lo que según se comenta, significaba que los niños intentaban defenderse del sanguinario, otros aparecían con signos de asfixia, abusos sexuales, en altos grados de descomposición, algunos otros cadavéricos y otros aún más misteriosos no emanaban ningún olor. Lo que se dice sobre esto es que se les extraía la sangre además de aplicarles químicos que evitaran el olor putrefacto de la descomposición. Por otra parte, otros niños aparecían con agujas enterradas en su cuerpo o con señales de haber sido pinchados varias veces con estos implementos.
Éstos actos aberrantes no terminaron allí, y estas mismas historias se estuvieron repitiendo durante los 70´ s y 80´ s. Durante todos éstos años, la vida de niños entre los 8 y 13 años de edad, fueron apagadas vilmente por un “monstruo” que no se sabe si fue uno, dos o más los involucrados en este accionar. El caso simplemente quedó inconcluso, pero aún hoy vale preguntarse, ¿A quién o quiénes? ¿A razón de qué? ¿Por qué se les ocurrió cometer semejantes vejámenes?
““OJO” Esto no es hoy nada más tenemos varios cementerios aquí en Cali y deseamos continuar con nuestras víctimas hasta acabar con esta sed humana. Las víctimas pasan de cien y deseamos completar a mil, Queremos seguir matando a los hijos de los ricos pues ya llevamos muchos pobres, "busquemos”. (Tomada: Periódico El País el sábado, 10 de febrero de 1964).
El año del terror
1964 fue el año en el que sucedieron la mayor parte de éstos crímenes, desde los meses de enero a abril de este año, el “monstruo” estaba sediento de sangre infantil. El 13 de enero de 1964 fue hallado el cuerpo de un menor en un avanzado estado de descomposición en el barrio La Flora, en Cali. Tan solo dos días después de este temible hallazgo, fue encontrado Alberto Garzón, un niño de 12 años de edad que estaba sin vida el 15 de enero del 64 en un lote, al lado de una droguería de la ciudad, cerca al antiguo Instituto de Seguros Sociales (ISS) en el norte de Cali.
FUENTES DE INFORMACIÓN: MARTHA LILIANA MOLINA SARRIA, (2015).EL MONSTRUO DE LOS MANGONES: ¿GENERÓ MOVILIDAD SOCIAL?. Alejandro Ponce de León-Calero* (2020). Miedo, imaginación y ciudadanía en el caso del monstruo de los mangones (Cali, Colombia. 1963-1964) Alejo Segura (2011). Cali en los años 60’s El monstruo de los mangones Cronicas De Barrio - Cali Viejo (2016). Mitos urbanos de Cali: la verdad detrás del ‘Monstruo de los Mangones’ Diario de occidente (2020). El monstruo de los mangones, 17 muertes de niños sin resolver en Cali El Tiempo (2021). La historia del asesino serial que les causó pesadillas a los niños en Cali El Tiempo (2004). EL MONSTRUO DE LOS MANGONES Cinexpresión (2013). Pura Sangre: En busca de monstruo de los mangones Esfera pública (2008). El rector tiene algo que contar – el diablo y su diabólico opuesto 2/2 Cali crea (2017). A propósito del Halloween, esta sí fue una historia de terror en Cali: "El monstruo de los mangones" Podcast “El club” - Cali entre demonios y fantasmas cap: 4 El Monstruo de los Mangones. Andrés Felipe Lliloy López (2014). El monstruo de los mangones. Guillegalo (2019). El Monstruo de los Mangones Julián González (2014). La sangre se despierta También se usó material audiovisual encontrado en YouTube para escuchar lo que se dice de la historia. Se contó con el apoyo de personas conocedoras o estudiosas del tema, así como de testimonios reales y percepciones. Por motivos de seguridad no se revelarán sus identidades.
Otro caso destacado, fue el del menor Félix Tiberio Vanegas de 8 años de edad, quien residía en el municipio de Jamundí en la hacienda “Aeroclub” del señor Ignacio Palau, y junto a su madre hacían labores domésticas. El cuerpo del menor fue hallado frente a la clínica de los seguros sociales, su madre sabía que él era su hijo, pues cuando lo vió reconoció unos detalles característicos en su mano derecha y pie izquierdo.