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Volver a pensar la clase

Bárbara

Created on September 25, 2021

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Transcript

Volver a pensar la clase. Sanjurjo, Liliana ( 2003).

La apatía, la falta de interés, el desagrado por la escuela y por las tareas escolares suele ser un común denominador en nuestras instituciones educativas. Es habitual encontrarnos con niños y jóvenes que no sólo se quejan de dichas tareas, sino que no encuentran en ellas ninguna finalidad para su formación general o para su desempeño en la vida cotidiana. Muchos estudios al respecto han mostrado la gran cantidad de niños y jóvenes que piensan que lo que aprenden en las escuelas sólo sirve para “pasar de grado”, “rendir exámenes” o “resolver tareas escolares”.

La preocupación por recuperar el espacio de la clase también se fundamenta en nuestras propias experiencias como docentes. La crítica a la clase reducida a la lección informativa no tiene solamente fuertes fundamentos teóricos sino abundantes ejemplos prácticos acerca de la poca funcionalidad de la escuela basada en este modelo.

Cuando preguntamos a jóvenes, adolescentes o adultos ¿a qué profesor consideras un buen docente? obtenemos muy habitualmente como respuesta “al que explica bien” . Es decir que los alumnos, con sus palabras pedagógicas no expertas, pueden expresar cuál es la razón de ser de la relación pedagógica. Consideramos que con esa respuesta no están diciendo que no tienen importancia los aspectos morales, sociales, afectivos del rol del docente, sino que lo sustantivo es la mediación entre el alumno y el conocimiento

Algunos estudios destacan la importancia de lo que llaman tiempo pedagógico, es decir el tiempo en que organizadamente interactúan docente-alumno-conocimiento, lo que significa que no cualquier tiempo que pasamos en el aula es valioso, sólo aquel que dedicamos a tareas de enseñanza y de aprendizaje relevantes. Por lo tanto queremos también demistificar la idea de que “no importa la cantidad sino sólo la calidad”. Si aprender es un proceso necesita tiempo pedagógico, y si el mismo es aprovechado con calidad, mayor cantidad de tiempo supone también mejores procesos.

El espacio del aula es siempre un espacio de poder y queremos contribuir a recuperar el poder de la enseñanza, de la “buena enseñanza”. Es decir, aquella que propone actividades que generan procesos reflexivos y de construcción del conocimiento en el alumno. La buena enseñanza justifica la existencia de las instituciones educativas y de los docentes, porque aporta aquello que otras instituciones no hacen. Se trata entonces de recuperar nuestra tarea sustantiva: enseñar, desde un espacio singular, único, pequeño en cuanto a sus dimensiones físicas y sociales, importante en cuanto a la significación individual y social que ha adquirido desde la universalización de la escuela: la clase.

Tomando el concepto de clase como el lugar de encuentro entre docentes, alumnos y conocimiento, coincidimos con la distinción realizada por Menin, entre la clase en un sentido clásico, la clase desde una perspectiva grupal y las propuestas basadas en las nuevas tecnologías. Nos detenemos en la resignificación de la clase en un sentido “clásico”. Por un lado, porque continúa siendo el modo de enseñanza más generalizado. El modo de articular los espacios, tiempos y agrupamientos en las instituciones educativas, hacen que la clase, como lugar donde el docente guía el proceso de aprendizaje de los alumnos, sea el más habitual y sea el núcleo del quehacer docente, en especial en algunos niveles. Las formas básicas de enseñanza que se articulan en la clase “teórica” son estrategias elementales presentes en otras maneras de concretarla. La narración, el interrogatorio, el ejemplo, el diálogo, son instrumentos acerca de los cuales el docente necesita formarse, pues los utiliza tanto cuando lleva adelante una clase expositiva, como cuando se basa en el trabajo grupal o utiliza recursos tecnológicos

El manejo del conocimiento científico y la adquisición del contenido escolar, requieren del desarrollo del pensamiento complejo, crítico, creativo. Coincidiendo con Lipman, entendemos por pensamiento de orden superior aquel que es rico conceptualmente, coherentemente organizado y persistentemente exploratorio. No es equivalente exclusivamente a pensamiento crítico, pues es la fusión entre pensamiento crítico y pensamiento creativo. Por ello es también ingenioso y flexible. El pensamiento de orden superior implica, además, razonamiento y juicio. La creatividad y la racionalidad son dos aspectos indisolubles del pensamiento complejo. El pensamiento de orden superior se caracteriza por la capacidad de análisis, síntesis y evaluación. El análisis es propio del pensamiento crítico, la síntesis del creativo y la evaluación se relaciona con el juicio. Todos ellos son componentes del pensamiento complejo. El pensamiento complejo es la combinación de lo conceptual con lo procedimental. El pensamiento complejo supone el ejercicio de análisis de todos los puntos de vista, de la autoevaluación, de la autonomía, es decir requiere de procesos metacognitivos, entendidos como la capacidad de darse cuenta y dar cuenta de los procedimientos empleados. Por ello la confrontación entre pensamientos, la interacción con los otros, es de fundamental importancia para el desarrollo del mismo.

Para garantizar la construcción de nuevos aprendizajes es necesario que el conocimiento a construir se relacione y diferencie de los ya conocidos, se pueda conectar e integrar a una red significativa, se consolide, pueda ser aplicado a nuevas situaciones, no mecánicamente sino comprensiva y creativamente.

Ejercitación

Elaboración

Aplicación

¿Qué piezas mueve el docente en el juego de la clase? Diversos recursos, estrategias didácticas, actividades, formas básicas de comunicación, de transmisión de los contenidos, se van entrelazando durante la clase, a partir de una experticia conformada por conocimientos teóricos y saberes prácticos.

Se trata de preguntarnos ¿cómo resolver, entonces, la articulación método,contenido si se trata por un lado de situaciones tan singulares e imprevisibles, pero por otro debemos enseñar contenidos científicos que requieren de un abordaje riguroso, adecuado a las características singulares de cada disciplina y a cada contexto?

Las características de la práctica en el aula: imprevisibilidad, incertidumbre, singularidad, complejidad, historicidad, simultaneidad, impiden una resolución sencilla y requieren un abordaje creativo y riguroso, lo que hace necesaria una formación docente teórica sólida.. Las situaciones complejas, que no permiten una resolución uniforme son las que más requieren de una actitud profesional, bien fundamentada, que pueda resolver cómo, cuándo y qué en cada una de las situaciones particulares.Las actividades, las estrategias, las formas básicas de enseñar se pueden combinar de múltiples formas y ello dependerá, por un lado de la habilidad y creatividad del docente, por otro de la comprensión que el propio docente tenga de la materia a enseñar. La rigurosidad de su trabajo dependerá del manejo que tenga del contenido, de la comprensión de los procesos de aprendizaje, de la comprensión del contexto y del uso creativo y riguroso de formas básicas tales como la explicación, el diálogo, el interrogatorio, la demostración, el ejemplo, la analogía, entre otras.

Arquitectura de la clase.

La arquitectura de la clase es la construcción que logra cada docente, en base al conocimiento didáctico de su disciplina. La arquitectura de la clase es el andamiaje que le permite al docente asumir, con cierto margen de estabilidad, los aspectos imprevisibles de la misma. La buena exposición, los tonos de voz, el uso de la lengua, el saber expresarnos , despertar el interés, el uso del cuerpo y de los espacios. La narrativa en la enseñanza merece especial atención ya que es una capacidad humana fundamental. Soñamos narrando, pensamos narrando, nos comunicamos narrando, escuchamos varias narraciones a lo largo del día, vivimos a través de narrativas. Y si bien, con la irrupción de los medios audiovisuales se consideraba que la narración iba a perder peso, los medios masivos de comunicación le dieron un nuevo impulso ya que la imagen visual por sí sola puede mostrar una parte muy sesgada de lo que queremos contar .

Recuperar el diálogo como un importante instrumento tanto para concretar procesos intelectuales complejos como para generar un clima participativo y de compromiso.Los ejemplos, metáforas y analogías constituyen también recursos indispensables para la concreción de una buena transposición didáctica. La utilización de ejemplos puede ser un necesario recurso didáctico, tanto durante el proceso de construcción y elaboración de los nuevos conocimientos, como en la aplicación de los mismos, ya que los ejemplos a cargo del alumno pueden ser un buen indicio de comprensión, de apropiación significativa de los nuevos aprendizajes y de uso operativo del conocimiento.

El diálogo y el interrogatorio didáctico constituyen otras formas básicas de enseñar necesarias en cualquiera de los formatos que pueda adoptar la clase. Entendemos por diálogo, en un sentido amplio, una conversación entre dos o más personas que alternativamente expresan sus ideas o sentimientos en busca de entendimientos mutuos. En la enseñanza ha sido un modo de transmisión privilegiada desde la antigüedad. Recordemos que los griegos basaban la enseñanza en el diálogo dirigido por el maestro, alrededor de una temática específica.

Las apoyaturas visuales constituyen otro recurso indispensable a la hora de hacer comprensible conceptos, teorías o procedimientos complejos.Las actividades propuestas a los alumnos, sean éstas situaciones de lápiz y papel, resolución de ejercicios y situaciones problemáticas, salidas al campo, experiencias, estudio de casos, trabajos prácticos, el uso de laboratorios, entre otras, para realizar en forma individual o en grupos. Cabe señalar que las actividades propuestas a nuestros alumnos, articuladas con las formas básicas de enseñar, permiten elaborar secuencias de la clase e ir conformando una arquitectura para concretar la transposición didáctica.

No hay una única forma de resolver la jugada de la clase, que, como ya señalamos, es posible ingresar a la estructura de un tema desde diversas entradas, que nuestros alumnos pueden tejer múltiples articulaciones. Destacamos, por ende, la importancia de enriquecer los recursos de los que nos valemos para concretar una buena transposición didáctica. Pero si bien la complejidad de la clase requiere un alto grado de creatividad, es posible encontrar y establecer ciertas regularidades, “buenas jugadas” que nos permitan a la vez respetar la diversidad, singularidad, imprevisibilidad y rigurosidad requeridas en la enseñanza. No necesitamos docentes operarios que puedan aplicar fórmulas elaboradas universalmente. Necesitamos profesionales de la enseñanza que a partir de un sólido conocimiento del contenido a enseñar, de un saber pedagógico y del conocimiento del contexto en el que debe desarrollar su práctica, pueda construir el conocimiento didáctico de su disciplina, es decir resolver rigurosa y creativamente las situaciones de enseñanza

Fin de la presentación