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Oración M.Petra
Madre Mayra García
Created on August 16, 2021
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Transcript
Madre Petra
Madre Petra nació el 6 de diciembre de 1845 en el Valle de Abdalajís, tras muchas tribulaciones fundó la Congregación de Madres de Desamparados y San José de la Montaña, hoy sus hijas extendidas por España y América continúan su obra cuidando a los ancianos, velando por los niños y educando a la juventud. Fue Beatificada el 16 de octubre del año 1994
CANTO: Naciste como una flor
Buenos días. Hoy celebramos la fiesta de Madre Petra, fundadora de nuestra Congregación, una mujer con un corazón de fuego, que supo irradiar el amor de Dios allí donde se encontraba.
Lo primero para ella siempre eran los demás: curar sus heridas, atender sus necesidades, escucharles…, a lo que estamos llamadas todas las Madres de Desamparados y todos los que compartimos ese don que el Señor regaló a Madre Petra para ponerlo al servicio de la Iglesia: el AMOR MISERICORDIOSO.
Escuchemos ahora el relato de la fundación de la casa de Álora, (provincia de Málaga) contado por ella misma:
LECTURA DEL LIBRO DE LAS CRÓNICAS (Capítulo X, Nº2-10)
El 17 de enero llegamos a nuestra casita de Álora. […] Al otro día, víspera de S. José, arreglamos las cosas que había en la casa, que bien pocas eran, por cierto. Las camas eran muy buenas, y a los pobres, como era en el invierno, también se les había hecho un traje de paño bueno, que bien abrigados los pusimos.
Hacía ya muchos meses que no llovía. Había una sequía tan grande en los campos que los labradores estaban muy desanimados, pues estábamos en marzo y todavía los campos estaban secos, es decir, que no había sementera ninguna. Con esto había mucha desanimación y poco gusto y menos ganas de dar limosna, y como la vida principal de estos pueblos son los cereales, todo estaba muerto.
No sé por qué, un mes antes de la Fundación y estando cosiendo las ropas de los ancianos, yo tenía la broma con todos que aquellas ropas se habían de estrenar con agua, porque para mí tenía una fe grande en que el bendito S. José, puesto que el Asilo se fundaba en su día y llevaba su nombre, había de hacer la gracia de remediar aquella necesidad.
Admitimos los siete ancianos que he dicho el día 18 por la noche. Iban todos llenos de miseria y suciedad, como acostumbran estar esta clase de gente, no sólo porque carecen de medios, sino por no tener costumbre de limpieza y curiosidad.
Se calentó una caldera de agua y a todos se les lavó los pies, la cabeza, en fin, se les quitó toda la miseria, se vistieron de limpio y se acostaron en sus camas tan buenas. Al otro día por la mañana, día de S. José, estrenaron sus trajes de paño y tan curiositos con sus camisas planchadas y tan decentes que todos los vecinos se asomaban a las puertas a verlos pasar cuando iban a Misa, alabando a Dios y a las Hermanitas, como ellos decían, por haber llevado a aquel bendición de Dios, amparando a aquellos pobres tan desamparados como habían estado.
Iban mis viejecitos tan ufanos y echándola ya de señoritos cuando se vieron tan armados con sus ropas buenas v presumiendo sus trajes, pero no fue así a la vuelta de la iglesia, porque durante el tiempo de la Misa descargó una lluvia tan fuerte que corrían las calles como ríos y, como no cesó la lluvia en todo el día, los pobres infelices no tuvieron más remedio que volverse al Asilo con la lluvia encima, que por cierto llegaron hechos una sopa, pero tan contentos lo mismo ellos que los demás, bendiciendo a Dios por la misericordia que había tenido remediando aquella tan grande necesidad de lluvia.
Los del pueblo, con la alegría que tenían y atribuyéndolo todo al beneficio del nuevo Asilo, nos llevaban muchas limosnas y así nos quedamos todos tan contentos dándole gracias a Dios y al bendito S. José.
Reflexionamos
Con este relato podemos aprender dos cosas de Madre Petra:
La primera, la CARIDAD, ya que se preocupó de que los ancianos tuvieran una buena cama para dormir y unos trajes elegantes para ir bien vestidos el día de la inauguración del asilo.
La segunda, su enorme CONFIANZA en Dios. Se fio de tal modo de Él, que el Señor derramó su gracia, no solo sobre el nuevo asilo, sino sobre todo el pueblo, proporcionando la lluvia que tanto necesitaban. Esto nos demuestra que, quien se lo entrega TODO a Dios y le abre su corazón sin condiciones, recibe la bendición del Señor, que se extiende también a los que están más cerca.
¿Cómo vivo yo mi confianza en el Señor?
¿Soy capaz de percibir las necesidades de los que me rodean?
Breve Silencio….
PETICIONES
Pongamos ahora ante el Señor nuestras necesidades:
-Por todos los que están sufriendo a causa de la pandemia, para que encuentren en el Señor la paz y la fortaleza. Roguemos al Señor.
-Por todos los que hoy, como en tiempos de Madre Petra, siguen sufriendo el desamparo, la soledad, el abandono…, para que encuentren personas generosas capaces de salir al paso de sus necesidades. Roguemos al Señor.
- Por todas las Madres de Desamparados, para que vivan su vocación con generosidad y alegría, manteniendo vivo el Carisma de Madre Petra. Roguemos al Señor.
- Para que no falten jóvenes dispuestas a seguir el camino que Madre Petra inició en la Congregación. Roguemos al Señor.
-Por todos nosotros: profesores, alumnos…, para que sepamos contagiar el amor de Dios cada día allí donde nos encontramos. Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Señor Dios nuestro, Tú que enriqueciste el corazón de la Beata Petra con abundancia de misericordia para todos los pobres y necesitados y un incansable celo por extender la devoción de San José, si es de tu agrado, glorifícala en la tierra y por su intercesión, concédenos las gracias que humildemente te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMÉN.
CANTO: LOS JÓVENES DE HOY