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Vic-Sau

(Barcelona)

Vielha

(Lleida)

Cardona

(Barcelona)

Artíes

(Lleida)

La Seu d'Urgell

(Lleida)

Lleida

(Lleida)

Aiguablava

(Girona)

Tortosa

(Tarragona)

La situación es idílica: a los pies del parador se encuentra el pantano de Sau; a 20 minutos en coche se halla Vic, con su precioso casco antiguo; y a 82 kilómetros por autovía, Barcelona. La piscina de temporada de este hotel con aires de masía catalana es casi una prolongación del hermoso lago, en el que practicar deportes de aventura. En el restaurante se sirven platos de la comarca de Osona como la butifarra con alubias del Ganxet o guisos de mar y montaña como el pollo de payés con cigalas.

Barcelona

Vic-Sau

Se ubica en un castillo del siglo IX que desde lo alto vigila Cardona. La panorámica que ofrece esta fortificación es extraordinaria desde todos sus ángulos. Fruto de los parajes naturales que rodean a esta villa, este hotel constituye un buen punto de partida para rutas a pie o en bici por los senderos de la Vía Salaria, el Camino de los Monjes o el de la Frontera. El parador, un reclamo para los aficionados al cicloturismo, cuenta con zona de taller y de custodia de bicicletas. Para reponer fuerzas, escudella amb galets, paletilla de cabrito o timbal de mató (requesón).

Barcelona

Cardona

Ubicado en lo alto de un cerro a la entrada de Vielha, este alojamiento de cuatro estrellas es un excelente arranque para conocer la naturaleza de la Vall d’Aran y las cercanas pistas de esquí. El parador, que ofrece panorámicas del Pirineo catalán, cuenta con servicio de masajes, spa y una piscina interior y otra exterior. El restaurante, que mira al manto verde o al blanco que se extiende por las montañas según la época del año, ofrece esturión DO Vall d’Aran, carpaccio de manitas o la tradicional olla aranesa (cocido con butifarra, pilota de carne y alubias).

Lleida

Vielha

A siete kilómetros de la estación de esquí de Baqueira Beret, se encuentra este hotel representativo de la arquitectura aranesa de los siglos XIV y XV. Cuenta con estancias acogedoras, techos abuhardillados y vigas de madera. Mira a las casas del pueblo y a las cumbres de la montaña. Un lugar extraordinario para el cicloturismo, hasta el punto de que el parador cuenta con zona de taller y de custodia de bicicletas, y rutas personalizadas. Producto local y regional en el restaurante, como los quesos y los patés o la trucha y las costillas de ternasco a la brasa.

Lleida

Artíes

La Seu d’Urgell se encuentra a 10 kilómetros de Andorra y a 130 kilómetros de Lleida, una zona próxima al Pirineo que atrae a turistas, deportistas y amantes de la montaña. Para los que compaginan excursiones con paseos por el pueblo, el parador se ubica a unos metros de la catedral de Santa María, la única de estilo románico que se conserva en Cataluña. Todas las instalaciones de este parador con espacio para 150 huéspedes se reparten alrededor de un claustro del siglo XVIII de estilo clasicista, que pertenece a la anexa iglesia de sant Domènec.

Lleida

La Seu d'Urgell

La DO Costers del Segre se extiende por la provincia de Lleida, lo que convierte a este parador en un alojamiento idóneo para el turismo vinícola. Ubicado en un convento del siglo XVII en el centro de la ciudad, el hotel se dispone alrededor de un claustro de tres pisos. A 10 minutos a pie y sobre un cerro se erige La Seu Vella, o catedral antigua (siglo XIII) y, no muy lejos, la Nova, de estilo barroco. Tras la visita, espera la iglesia del convento transformada en comedor donde probar los caracoles a la llauna, el bacalao gratinado o la fresca ensalada de codorniz.

Lleida

Lleida

El parador de Aiguablava reabre más abierto al mar. Situado en un acantilado, con vistas a la playa homónima, goza de unos ventanales, terrazas y otras zonas exteriores que mantienen al visitante en contacto con la Costa Brava desde que se levanta hasta que se acuesta. Basta con tomar una escalera que sale del hotel para caer en una de las calas más bellas de la zona, donde esparcirse o realizar actividades acuáticas. Ya por la noche espera Begur, un pueblo ubicado en lo alto de una colina a cuatro kilómetros del parador con unas hermosas casas indianas de estilo colonial y con mucha vida.

Girona

Aiguablava

Próximo a la desembocadura del Ebro y al principio de su delta, se despliega la ciudad declarada Conjunto Histórico-Artístico de Tortosa. El parador, situado en el castillo de la Zuda, se asoma a este municipio de 33.510 habitantes desde lo alto en un entorno que mezcla la belleza monumental con la natural. Hay mucho que ver: la catedral de Santa María, el barrio judío, los Jardines del Príncipe (que cuentan con una escultura de Santiago de Santiago) o los Colegios Reales. Y hay mucho que disfrutar en la mesa: arroces (por supuesto), suquet de pescado, guiso de anguila, ancas de rana…

Tarragona

Tortosa