María Castaña

Nació en Ribadeo, Lugo, donde vivió durante su infancia.a ju

Revolucionaria del siglo XIV

MARÍA CASTAÑA

INFO

La mujer que desafió al obispo

Una brava gallega del s. XIV que lideró una revuelta contra el obispo de Lugo dio origen al refrán "En tiempos de María Castaña".

Fue una revolucionaria gallega de finales del siglo XIV, que lideró una revuelta contra el poder eclesiástico. Debía de ser hija de los señores del Couto de Cereixa. Vivió en la ciudad de Lugo y era la mujer de Martín Cego.

1386

1995

1747

1986

El 18 de junio encabezó una revuelta contra el obispo de Lugo, Pedro López de Aguiar, que acabó con la muerte del mayordomo del obispo, Francisco Fernández.

Se creó en Córdoba el Centro Cultural Independiente María Castaña.

La «España Sagrada» del Padre Manuel Risco la menciona en el tratado 77 (Cap. I, pág. 126) por un documento del siglo XIV que se conserva en la catedral de Lugo.

Se puso el nombre de esta fidalga a una de las calles extramuros de la ciudad.

REFERENCIAS

«¡Si se nos ha vuelto el tiempo de Maricastaña, cuando hablaban las calabazas (...)!», decía el licenciado de « El casamiento engañoso» de Miguel de Cervantes.

Sabías que...

¿La expresión "En tiempos de María Castaña o Maricastañas" se refiere a esta mujer? Cuando alguien quiere señalar un hecho que ocurrió hace ya mucho tiempo o decir que una persona vivió hace muchos años o es vieja o anticuada, es habitual escuchar expresiones como “Uy, esto pasó en tiempos de Maricastañas” o “Este/a es de los tiempos de Maricastaña”.

El diccionario de la Lengua Española la presentaba hasta hace unos años como «personaje proverbial, símbolo de antigüedad muy remota».

La «España Sagrada» del Padre Manuel Risco la menciona en el tratado 77 (Cap. I, pág. 126) por un documento del siglo XIV que se conserva en la catedral de Lugo: «El 18 de junio de 1386 María Castaña, mujer de Martín Cego, Gonzalo Cego y Alfonso Cego, confiesan haber hecho muchas injurias a la Iglesia de Lugo, y haber matado a Francisco Fernández, mayordomo del Obispo. Para satisfacción de estos delitos, hicieron donación a la Catedral de todas las heredades que tenían en el coto de Cereixa y se obligaron a pagar mil maravedíes de la moneda usual».