Want to create interactive content? It’s easy in Genially!

Get started free

IDEAS PRINCIPALES Y SECUNDARIAS

angelamilian67

Created on September 3, 2020

Start designing with a free template

Discover more than 1500 professional designs like these:

Transcript

Ideas principales y secundarias

Las ideas principales y secundarias de un texto son los mensajes, jerárquicamente codificados, que contiene un escrito. Estas ideas tienen por objetivo transmitir una información; vienen a significar cada una de las premisas que sustentan las microestructuras y macroestructuras de un discurso textual.

IDEAS PRINCIPALES Las ideas principales representan el núcleo del texto, alrededor del cual se sustenta el resto de proposiciones, premisas que a su vez se manifiestan para dar sentido a ese núcleo. Son el corazón del mensaje que el emisor lírico quiere transmitir. No se puede hablar de un discurso textual sin que esté presente un núcleo de pensamiento. De prescindir de la idea principal, se percibiría una especie de propuestas aleatorias e incongruentes, carentes completamente de sentido.

Características de las ideas principales

  • Son el núcleo del texto, en torno al cual nacen el resto de proposiciones o ideas secundarias.
  • No necesariamente deben aparecer explícitamente en el texto. Según los recursos literarios aplicados por el emisor lírico, las ideas principales pueden manifestarse tácitamente. Es decir, se sabe que están aun cuando no se hallen escritas; es importante tener presente que esto no implica ausencia.
  • Se reconocen fácilmente porque, si son suprimidas del texto, este queda acéfalo, sin sentido, y las ideas secundarias se manifiestan como proposiciones girando en torno al vacío.
  • Son independientes del resto de premisas, podríamos catalogarlas como la piedra fundacional de los discursos. Sin las ideas secundarias siguen existiendo, aunque las ideas principales sí requieren de las primeras para lograr un mayor impacto y comprensión de sus propiedades.

IDEAS SECUNDARIASLas ideas secundarias representan en el discurso la serie de recursos de los cuales se vale el emisor lírico para lograr que la idea principal que concibió llegue de la manera más clara posible al receptor lírico. Estas, al unirse por conectivos y marcas discursivas, dan densidad y personalidad al discurso. Se podría ver también a las ideas secundarias como las amplificadoras de la idea principal. Permiten apreciar el corazón del pensamiento del texto desde múltiples perspectivas. Mientras mayor sea el número de perspectivas, mayor será la facilidad de entendimiento.

Características de las ideas secundarias

  • Giran en torno a la idea principal. Se desprenden del discurso central, conectándolo con otra serie de premisas que sustentan la disertación.
  • Tienen un carácter explicativo. Buscan manifestar las propiedades que posee el núcleo textual para una mayor comprensión por parte del receptor lírico.
  • Sus dimensiones están sujetas a las capacidades del escritor. Mientras más dominio tenga el escritor del tema principal, mayor cantidad de ideas secundarias se irán hilvanando en torno al tema principal.
  • Su papel fundamental es ampliar la percepción conceptual de la idea principal. Mientras más aspectos definitorios posea un sujeto sobre un tema, logrará expresarse de forma más fidedigna con sus iguales por medio de las palabras.
  • Por sí solas, carecen de sentido lógico, y sin estas el texto se resumiría a una frase. Esta frase por sí sola representa el tema, pero no estaría al alcance de todos.
  • Sería como ver únicamente a la luna en una noche oscura. Ahora, con las ideas secundarias presentes, cada estrella sería un discurso alterno que versa sobre la luna.

EJERCITACIÓN

La liebre y la tortuga

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no cesaba de pregonar que ella era el animal más veloz del bosque, y que se pasaba el día burlándose de la lentitud de la tortuga. - ¡Eh, tortuga, no corras tanto! Decía la liebre riéndose de la tortuga. Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre: - Liebre, ¿vamos hacer una carrera? Estoy segura de poder ganarte. - ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre. - Sí, sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la carrera. La liebre, muy engreída, aceptó la apuesta prontamente. Así que todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho ha sido el responsable de señalizar los puntos de partida y de llegada. Y así empezó la carrera: Astuta y muy confiada en sí misma, la liebre salió corriendo, y la tortuga se quedó atrás, tosiendo y envuelta en una nube de polvo. Cuando empezó a andar, la liebre ya se había perdido de vista. Sin importarle la ventaja que tenía la liebre sobre ella, la tortuga seguía su ritmo, sin parar.

La liebre, mientras tanto, confiando en que la tortuga tardaría mucho en alcanzarla, se detuvo a la mitad del camino ante un frondoso y verde árbol, y se puso a descansar antes de terminar la carrera. Allí se quedó dormida, mientras la tortuga seguía caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse. No se sabe cuánto tiempo la liebre se quedó dormida, pero cuando ella se despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a tan solo tres pasos de la meta. En un sobresalto, salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde: ¡la tortuga había alcanzado la meta y ganado la carrera! Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que no hay que burlarse jamás de los demás. También aprendió que el exceso de confianza y de vanidad, es un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos. Y que nadie, absolutamente nadie, es mejor que nadie.