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Autobiografía escolar
Ticiana Martinez Acosta
Created on August 26, 2020
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Transcript
AUTOBIOGRAFÍA ESCOLAR
Un pedacito de mi historia
QUIEN SOY
Primero que todo me presento mi nombre es Ticiana Ailen Martinez Acosta nací el 12 de Junio del 2002, tengo 18 años y soy de la provincia de Córdoba. Soy la mayor de tres hermanas, por lo tanto de pequeña fui muy consentida por mis padres y abuelos, ya que en mi primer año de vida vivíamos en su casa y luego a una cuadra de ellos.
Mi tiempo como hija única no duró mucho, puesto que siete meses después de haber festejado mi primer añito nació mi hermana, pensaba que era un bebote. Como en la zona en la que vivía no había niños, mis papás a mi edad de 2 años tomaron la decisión de enviarme a un jardín… Sintieron que iba a ser lo mejor para que poco a poco me vaya desenvolviendo y aprenda a socializar.
Allí comenzó lo más interesante y divertido de mi vida.
Jardín maternal y de infantes
La mejor etapa
A partir de aquí inició mi educación fuera de casa. Esto fue en el Jardín Juan Gaviota, al cual hasta el día de hoy le sigo agradeciendo por todo lo que me brindaron como a mis padres por haberme enviado. Allí asistí desde mis 2 hasta mis 4 añitos de edad. El primer día fui acompañada de toda mi familia. Todos tenían miedo que yo no quisiera entrar o haga mis típicos berrinches de tirarme al piso, pero esto no fue así. Creo que eso se dio de esa manera porque no tuve que atravesar la puerta y dejar a todos atrás sola, sino que lo hice de la mano de mi gemela menor, mi hermanita. Mis papás al ver nuestras caritas de felicidad se fueron con una sonrisa sabiendo que íbamos a estar bien.
Todos mis días allí fueron felices, me encantaba ir y encontrarme con mis amiguitos, jugar en la placita que había en el patio y estar la seño Cintia. El asistir a una institución de tan pequeña me permitió desenvolverme en la vida de una manera totalmente diferente por cómo cambio mi personalidad, ya que me volví mucho más tranquila, independiente, solidaria, dejé los caprichos y berrinches de lado, aprendí a compartir, entre otros miles de aprendizajes. Durante esta etapa era súper extrovertida, amaba bailar y actuar en los actos e ir a las bicicleteadas con la bici decorada de colores llamativos. Pero principalmente lo que le tengo que agradecer a este jardín y a todos los que lo componían es que me permitieron descubrir que “quería ser cuando sea grande” y lo que más amo hacer, enseñar. Como dicho establecimiento tenía solo hasta salita de 4, a los 5 años me tuve que cambiar y allí apareció en mi vida el Instituto Parroquial Nuestra Señora de Fátima, ¡QUÉ NOMBRE, NO!
Mi segunda casa
Qué decir del Fátima. Tenía tanto miedo de que no me gustara ni me acostumbrara a este nuevo lugar, que yo quería que mis seños “viejas” se cambiaran conmigo. Pero por suerte me tocó la seño más dulce, la seño Marta. Con ella no compartí mucho, puesto que solo pasé salita de 5. Al llegar allí me encontré con compañeros nuevos y diferentes a los del Juan Gaviota, pero aparecieron mis dos primeras mejores amigas Giuliana y Antonella. Este jardín de infantes me dejó aprendizajes que hasta la actualidad los sigo sosteniendo como la organización, responsabilidad, hábitos como el de levantarme temprano, entre otros.
Además mantuve los aprendidos en el otro establecimiento, aunque también hay una característica mía que la perdí al llegar al Fátima, pasé de ser totalmente extrovertida a volverme súper tímida por el hecho de que era la nueva porque el resto de mis compañeros se conocían de la salita de 4.
Pero a pesar de mi timidez y temores puede desempeñarme bien por lo cual obtuve el honor de portar la bandera nacional ese año. Al finalizar, nuevamente comenzaron esos miedos de tener que comenzar, esta vez no en un colegio nuevo pero si, una etapa diferente… la primaria.
Mi querida primaria
Comencé esta etapa con el mejor regalo que me podrían haber dado mis padres, otra hermanita. En mi familia todos tenían ansias por ver cómo me iba a desenvolver y despeñar en este nivel. En un principio tenía mucho temor por mi timidez, los bancos ya no eran mesas de 15 sino que eran de 2 alumnos, las notas pasaron de ser caritas a calificaciones, el arenero a un patio enorme lleno de niños más grandes, no sabía si me iba a poder acordar todo para las pruebas, en definitiva todo era nuevo. Mi primer día comenzó con mi mamá dejándonos con mi hermana en la puerta con su panza enorme. Al entrar me encontraba perdida no veía nada, todos eran tan altos que no sabía para donde tenía que ir. Al ubicarme y ver quiénes eran mis compañeros una sonrisa se me imprimió en mi carita, ERAN LOS DEL JARDIN, algunos más o algunos menos, pero estaban allí.
Durante toda esta etapa hasta 3er grado mi mamá se sentaba todas las tardes a ayudarme a realizar las tareas ¿Por qué hasta 3er grado? Porque mi querida hermana entró a la primaria y necesitaba más ayuda que yo, por tal motivo llegué al punto de enojarme y pensar que lo hacía hecho a propósito, ME HABÍA ROBADO A MI MAMÁ. En ese momento me afectó mucho pero hoy en día veo y agradezco la gran independencia que adquirí gracias a esa situación.
Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Albert Einstein
Por distintos motivos a lo largo de esta etapa no tuve tantas maestras, solo fueron cuatro. De las cuales tres de ellas marcaron mi vida totalmente, las seños Adriana, Andrea y Patricia. Mis recreos eran felices, me la pasaba saltando la soga, jugando a la escondida o atrapadita y a la famosa monedita (pero yo no jugaba mucho porque era muy mala, solo veía). Aunque junto con todo lo lindo y feliz comenzó a aparecer una etiqueta que quedaría marcada hasta el fin de mis estudios secundarios, la de inteligente o come libros, la misma la contaré más adelante. Durante el tiempo vivido entre 2008 y 2013, tengo una gran cantidad de recuerdos, no solo los de los recreos. Puedo recordar cada profe, las entradas al aula en las que estaba la seño saludando uno por uno, cada viaje realizado, las clases de educación física (las cuales no me gustaban mucho, ya que casi siempre llegaba mi casa con un golpe nuevo), entre otros.
La primaria me permitió aprender y conocer no solo los contenidos educativos sino también a descubrir lo que eran las verdaderas amistades y que en la vida no es necesario tener buenas calificaciones pero si ser una buena persona. Nuevamente en este nivel tuve el honor de portar la bandera pero en este caso era la Papal y no solo eso sino que también me dieron un reconocimiento por compañerismo, el cual me reconfortaba más, ya que me había sido otorgado por elección de mis compañeros. Aunque lo más gratificante de la situación fue ver la sonrisa de mis padres al enterase de la noticia. Fue tan difícil asistir a los actos y estar parada en frente de todos, los nervios atravesaban todo mi cuerpo ¡No los puedo explicar! En 6to grado una situación de salud interrumpió mi año me tuvieron que operar de urgencia. Fue un golpe muy duro pero lo que me daba fuerzas para seguir, era que cada vez que mi papá me iba a ver me llevaba cartitas de mis hermanas y compañeros dándome ánimos. Un día en el hospital me golpearon la puerta, lo cual me sorprendió mucho porque mi mamá solo la abría y entraba, por sorpresa la que estaba ahí era mi seño Pato ¡Que felicidad me dio verla! Por eso mis maestras de la primaria me marcaron en todos los sentidos, enseñaban con vocación y amor, tenían paciencia para cada uno de sus alumnos, eran estrictas cuando debían serlo y un segundo después abrazaban a cada uno de sus pollitos. Que difícil fue ese último día, estábamos todos con nuestras remeras de minions, abrazados y llorando, pero luego recordamos que quedaba el tan esperado viaje de estudio a Tanti. Al término del mismo, llegó el momento de la despedida. Otro cambio más estaba por venir… la secundaria.
QUE ETAPA ESTA: LA SECUNDARIA
Otra modificación más en mi vida estaba por venir, los miedos se presentaban de nuevo no sabía si iba continuar con los mismos compañeros, la calificaciones pasaban a ser números, ya no estaban más mis segundas mamás sino que era un profesor para cada materia, todo distinto nuevamente. Me sentía en un deja vu. Había llegado nomas el bendito primer día de secundaria, me habían metido tanto miedo que no tenía ganas ni de pisar el colegio. Pero sentía que tenía una cosa a favor, continuar en el Instituto Fátima, ya conocía cada rinconcito de él.
El temor más grande era que me separen de mis mejores amigas, cosa que sucedió y fue un golpe muy grande. No solo empezaba una etapa nueva sino que me sentía sola, aunque la otra parte de mis compañeros eran los de primaria. Pero a pesar de ello, con el tiempo fui conociendo más y más personas, de las cuales hoy en día una parte de ellas son mis amigos.
El transcurso en este nivel, me permitió adquirir tanto conocimientos como experiencias de vida y afirmar mis valores. Los viajes realizados me independizaron, me volvieron responsable sobre mis objetos personales y aprendí a valorar cada vez más todo el esfuerzo que hicieron y hacen mis padres para darnos lo mejor. Ahora es hora de contar esa etiqueta que tanto me marcó la de “come libro”, no fue algo que me impidió seguir adelante pero si me afectaba de una u otra manera. En algún punto, me hacía poner incomoda en el momento de ir a recibir una calificación, puesto que siempre todos pensaban que me iba a ir bien y cuando no era así, sentía como si fuera una decepción (aunque no fuera así). Siendo completamente sincera a esa etiqueta la llevé con orgullo porque gracias esa forma de ser, puede ir cumpliendo mis metas poco a poco.
No te canses, sigue adelANte porque la victoria que te espera es grande
Todo venía bien hasta 5to año que empezó, según mi percepción, el momento más heavy de esta etapa. Era hora de elegir el modelo para la ropa de la promo y que carrera quería seguir. Es aquí donde dos personas se hicieron muy importantes para mí, la profe Isabel y Caro ¿Por qué importantes? A la hora de decidir que profesión quería ejercer para toda mi vida, recordaba mis épocas de jardín cuando le decía a mi mamá que quería ser maestra. En ese momento me crucé con dos tipos de personas con las que me apoyaban y con las que me tiraban para abajo desprestigiando la carrera de la docencia. Isabel a pesar de ser doctora, profesión que estaba en mi mente, siempre me dijo que no importaba lo que el resto me dijera, tenía que elegir lo que me haga feliz. Quien me ayudó finalmente a decidirme fue mi mamá, puesto que yo había optado la opción de medicina, pero como vio que yo no preocupaba por buscar un curso de preparación, me hizo entender que era porque yo realmente no quería eso. Y de esta manera llegué a la etapa que estoy cursando en la actualidad.
A fines de ese año gracias a mi esfuerzo y a mis compañeros, nuevamente volví a estar en el cuerpo de la bandera. La felicidad que tenía es inexplicable pero no era por estar allí sino porque con quienes había compartido entre 6 y 13 años me estaban eligiendo como la “mejor compañera”, para mí eso era lo que más valía, era señal que estaba haciendo bien las cosas.
mi elección
Actualmente estoy cursando el profesorado de educación primaria y en lo que es mi segunda casa, el Instituto Fátima ¿Qué más puedo pedir? Nada. Además tuve la suerte de coincidir con grupo de compañeros con el que me llevo muy bien. Considero que todo lo aprendido y experimentado en los niveles anteriores fueron y son de gran importancia para en un futuro poder desempeñarme como a mí me gustaría. Creo que todos las seños, maestras y profesores en menor o en mayor medida me impactaron en como quiero ser con mis alumnos. En un futuro me gustaría ser y tener el amor de la seño Andrea, la vocación de la seño Adriana, la paciencia de la seño Patricia, la conexión con los alumnos de Caro y la bondad de la profe Isabel.
Pero solo espero seguir creciendo en esta profesión que tanto me gusta.
FIN
la educaciÓn no cambia al mundo, cambia las perosnas que van a cambiar el mundo.
Paulo Freire