Presentación
Ejemplos terroríficos
Empezar
05. Vídeo
04. Imagen
Bienvenid@s
Introducción aquí
Escribe un título
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh
12. Gracias
01. Sección
Esto es un párrafo de texto listo para escribir un subtítulo genial
06. procesos
02. Texto
03. Frase
Escribe un título aquí
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam
El conde Drácula me había indicado que fuese al hotel Golden Krone, el cual, para mi gran satisfacción, era bastante anticuado, pues por supuesto, yo quería conocer todo lo que me fuese posible de las costumbres del país. Evidentemente me esperaban, pues cuando me acerqué a la puerta me encontré frente a una mujer ya entrada en años, de rostro alegre, vestida a la usanza campesina: ropa interior blanca con un doble delantal, por delante y por detrás, de tela vistosa, tan ajustado al cuerpo que no podía calificarse de modesto. Cuando me acerqué, ella se inclinó y dijo: —¿El señor inglés? —Sí —le respondí—: Jonathan Harker. Ella sonrió y le dio algunas instrucciones a un hombre anciano en camisa de blancas mangas, que la había seguido hasta la puerta. El hombre se fue, pero regresó inmediatamente con una carta: "Mi querido amigo: bienvenido a los Cárpatos. Lo estoy esperando ansiosamente. Duerma bien, esta noche. Mañana a las tres saldrá la diligencia para Bucovina; ya tiene un lugar reservado. En el desfiladero de Borgo mi carruaje lo estará esperando y lo traerá a mi casa. Espero que su viaje desde Londres haya transcurrido sin tropiezos, y que disfrute de su estancia en mi bello país. Su amigo, DRÁCULA" 4 de mayo. Averigüé que mi posadero había recibido una carta del conde, ordenándole que asegurara el mejor lugar del coche para mí; pero al inquirir acerca de los detalles, se mostró un tanto reticente y pretendió no poder entender mi alemán. Esto no podía ser cierto, porque hasta esos momentos lo había entendido perfectamente; por lo menos respondía a mis preguntas exactamente como si las entendiera. Él y su mujer, la anciana que me había recibido, se miraron con temor. Él murmuró que el dinero le había sido enviado en una carta, y que era todo lo que sabía. Cuando le pregunté si conocía al Conde Drácula y si podía decirme algo de su castillo, tanto él como su mujer se persignaron, y diciendo que no sabían nada de nada, se negaron simplemente a decir nada más. Era ya tan cerca a la hora de la partida que no tuve tiempo de preguntarle a nadie más, pero todo me parecía muy misterioso y de ninguna manera tranquilizante. Unos instantes antes de que saliera, la anciana subió hasta mi cuarto y dijo, con voz nerviosa: —¿Tiene que ir? ¡Oh! Joven señor, ¿tiene que ir? Estaba en tal estado de excitación que pareció haber perdido la noción del poco alemán que sabía, y lo mezcló todo con otro idioma del cual yo no entendí ni una palabra. Apenas comprendí algo haciéndole numerosas preguntas. Cuando le dije que me tenía que ir inmediatamente, y que estaba comprometido en negocios importantes, preguntó otra vez: —¿Sabe usted qué día es hoy? Le respondí que era el cuatro de mayo. Ella movió la cabeza y habló otra vez: —¡Oh, sí! Eso ya lo sé. Eso ya lo sé, pero, ¿sabe usted qué día es hoy? Al responderle yo que no le entendía, ella continuó: —Es la víspera del día de San Jorge. ¿No sabe usted que hoy por la noche, cuando el reloj marque la medianoche, todas las cosas demoníacas del mundo tendrán pleno poder? ¿Sabe usted adónde va y a lo que va? Estaba en tal grado de desesperación que yo traté de calmarla, pero sin efecto. Finalmente, cayó de rodillas y me imploró que no fuera; que por lo menos esperara uno o dos días antes de partir. Todo aquello era bastante ridículo, pero yo no me sentí tranquilo. Sin embargo, tenía un negocio que arreglar y no podía permitir que nada se interpusiera. Por lo tanto traté de levantarla, y le dije, tan seriamente como pude, que le agradecía, pero que mi deber era imperativo y yo tenía que partir. Entonces ella se levantó y secó sus ojos, y tomando un crucifijo de su cuello me lo ofreció. Yo no sabía qué hacer, pues como fiel de la Iglesia Anglicana, me he acostumbrado a ver semejantes cosas como símbolos de idolatría, y sin embargo, me pareció descortésrechazárselo a una anciana con tan buenos propósitos y en tal estado mental.
Diario de Jonathan Harker en Drácula
07. Versus
08. timeline
10. Datos
09. Mapa
11. Equipo
"Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod"
Jonathan Harker llega a los Cárpatos
- Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh
- Ut wisi enim ad minim veniam, quis nostrud exerci tation ullamcorper suscipit lobortis
- Duis autem vel eum iriure dolor in hendrerit in vulputate velit esse molestie consequat
- Vel illum dolore eu feugiat nulla facilisis at vero eros et accumsan et iusto odio
- Ut wisi enim ad minim veniam, quis nostrud exerci tation ullamcorper suscipit lobortis
- Duis autem vel eum iriure dolor in hendrerit in vulputate velit esse molestie consequat
Diario de ana frank
Sábado, 20 de junio de 1942
Para alguien como yo es una sensación muy extraña escribir un diario. No solo porque nunca he escrito, sino porque me da la impresión de que más tarde ni a mí ni a ninguna otra persona le interesarán las confidencias de una colegiala de trece años. Pero eso en realidad da igual, tengo ganas de escribir y mucho más de desahogarme y sacarme de una vez unas cuantas espinas. «El papel es más paciente que los hombres.» Me acordé de esta frase uno de esos días medio melancólicos en que estaba sentada con la cabeza apoyada entre las manos, aburrida y desganada, sin saber si salir o quedarme en casa, y finalmente me puse a cavilar sin moverme de donde estaba. Sí, es cierto, el papel es paciente, pero como no tengo intención de enseñarle nunca a nadie este cuaderno de tapas duras llamado pomposamente «diario», a no ser que alguna vez en mi vida tenga un amigo o una amiga que se convierta en el amigo o la amiga «del alma», lo más probable es que a nadie le interese.
He llegado al punto donde nace toda esta idea de escribir un diario: no tengo ninguna amiga.
Para ser más clara tendré que añadir una explicación, porque nadie entenderá cómo una chica de trece años puede estar sola en el mundo. Es que tampoco es tan así: tengo unos padres muy buenos y una hermana de dieciséis, y tengo como treinta amigas en total, entre buenas y menos buenas. Tengo un montón de admiradores que tratan de que nuestras miradas se crucen o que, cuando no hay otra posibilidad, intentan mirarme durante la clase a través de un espejito roto. Tengo a mis parientes, a mis tías, que son muy buenas, y un buen hogar. Al parecer no me falta nada, salvo la amiga del alma. Con las chicas que conozco lo único que puedo hacer es divertirme y pasarlo bien. Nunca hablamos de otras cosas que no sean las cotidianas, nunca llegamos a hablar de cosas íntimas. Y ahí está justamente el quid de la cuestión.
Escribe el título de tu sección aquí
Sección 01
Vida y diario de Ana Frank
Sección 01
Escribe el título de tu sección aquí
Preparación:
1. En primer lugar, batimos los huevos con el azúcar con ayuda de una batidora de varillas, hasta que blanqueen y estén bien montados.
2. Añadimos la leche y el aceite, poco a poco, mientras seguimos batiendo.
3. Añadimos los ingredientes secos {harina, levadura, sal y ralladura de limón} y mezclamos con una espátula, o con las varillas, pero no demasiado, lo justo para que se mezclen los ingredientes y obtengamos una mezcla homogénea.
4. Dejamos reposar la masa a temperatura ambiente durante una media hora. Entre tanto, encendemos el horno a 200ºC para que vaya precalentando.
5. Repartimos la masa cuidadosamente en nuestras cápsulas de papel para magdalenas, sin llenarlas más de dos tercios para que no se nos derramen al hornear. Si nos gusta, podemos poner por encima un poco crocanti de almendra.
6. Horneamos a 200ºC durante unos 15-20 minutos, el tiempo exacto dependerá de nuestro horno. Como sucede con los bizcochos, podemos pinchar una para comprobar si están hechas.
7. Dejamos enfriar… Cogemos un buen libro… y ¡¡a disfrutar!!
Receta de Escarlatina
Duis autem vel eum iriure
Lorem ipsum dolor sit amet
Versus
Duis autem vel eum iriure dolor in hendrerit in vulputate velit esse molestie consequat, vel illumdolore eu feugiat.
+ info
+ info
Vídeo para conocer cómo una autora gallega crea una cocinera muy especial
EJEMPLOS DE TEXTOS INSTRUCTIVOS Y REFLEXIVOS
linaresdacosta
Created on May 31, 2020
Start designing with a free template
Discover more than 1500 professional designs like these:
View
Psychedelic Presentation
View
Chalkboard Presentation
View
Witchcraft Presentation
View
Sketchbook Presentation
View
Genial Storytale Presentation
View
Vaporwave presentation
View
Animated Sketch Presentation
Explore all templates
Transcript
Presentación
Ejemplos terroríficos
Empezar
05. Vídeo
04. Imagen
Bienvenid@s
Introducción aquí
Escribe un título
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh
12. Gracias
01. Sección
Esto es un párrafo de texto listo para escribir un subtítulo genial
06. procesos
02. Texto
03. Frase
Escribe un título aquí
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam
El conde Drácula me había indicado que fuese al hotel Golden Krone, el cual, para mi gran satisfacción, era bastante anticuado, pues por supuesto, yo quería conocer todo lo que me fuese posible de las costumbres del país. Evidentemente me esperaban, pues cuando me acerqué a la puerta me encontré frente a una mujer ya entrada en años, de rostro alegre, vestida a la usanza campesina: ropa interior blanca con un doble delantal, por delante y por detrás, de tela vistosa, tan ajustado al cuerpo que no podía calificarse de modesto. Cuando me acerqué, ella se inclinó y dijo: —¿El señor inglés? —Sí —le respondí—: Jonathan Harker. Ella sonrió y le dio algunas instrucciones a un hombre anciano en camisa de blancas mangas, que la había seguido hasta la puerta. El hombre se fue, pero regresó inmediatamente con una carta: "Mi querido amigo: bienvenido a los Cárpatos. Lo estoy esperando ansiosamente. Duerma bien, esta noche. Mañana a las tres saldrá la diligencia para Bucovina; ya tiene un lugar reservado. En el desfiladero de Borgo mi carruaje lo estará esperando y lo traerá a mi casa. Espero que su viaje desde Londres haya transcurrido sin tropiezos, y que disfrute de su estancia en mi bello país. Su amigo, DRÁCULA" 4 de mayo. Averigüé que mi posadero había recibido una carta del conde, ordenándole que asegurara el mejor lugar del coche para mí; pero al inquirir acerca de los detalles, se mostró un tanto reticente y pretendió no poder entender mi alemán. Esto no podía ser cierto, porque hasta esos momentos lo había entendido perfectamente; por lo menos respondía a mis preguntas exactamente como si las entendiera. Él y su mujer, la anciana que me había recibido, se miraron con temor. Él murmuró que el dinero le había sido enviado en una carta, y que era todo lo que sabía. Cuando le pregunté si conocía al Conde Drácula y si podía decirme algo de su castillo, tanto él como su mujer se persignaron, y diciendo que no sabían nada de nada, se negaron simplemente a decir nada más. Era ya tan cerca a la hora de la partida que no tuve tiempo de preguntarle a nadie más, pero todo me parecía muy misterioso y de ninguna manera tranquilizante. Unos instantes antes de que saliera, la anciana subió hasta mi cuarto y dijo, con voz nerviosa: —¿Tiene que ir? ¡Oh! Joven señor, ¿tiene que ir? Estaba en tal estado de excitación que pareció haber perdido la noción del poco alemán que sabía, y lo mezcló todo con otro idioma del cual yo no entendí ni una palabra. Apenas comprendí algo haciéndole numerosas preguntas. Cuando le dije que me tenía que ir inmediatamente, y que estaba comprometido en negocios importantes, preguntó otra vez: —¿Sabe usted qué día es hoy? Le respondí que era el cuatro de mayo. Ella movió la cabeza y habló otra vez: —¡Oh, sí! Eso ya lo sé. Eso ya lo sé, pero, ¿sabe usted qué día es hoy? Al responderle yo que no le entendía, ella continuó: —Es la víspera del día de San Jorge. ¿No sabe usted que hoy por la noche, cuando el reloj marque la medianoche, todas las cosas demoníacas del mundo tendrán pleno poder? ¿Sabe usted adónde va y a lo que va? Estaba en tal grado de desesperación que yo traté de calmarla, pero sin efecto. Finalmente, cayó de rodillas y me imploró que no fuera; que por lo menos esperara uno o dos días antes de partir. Todo aquello era bastante ridículo, pero yo no me sentí tranquilo. Sin embargo, tenía un negocio que arreglar y no podía permitir que nada se interpusiera. Por lo tanto traté de levantarla, y le dije, tan seriamente como pude, que le agradecía, pero que mi deber era imperativo y yo tenía que partir. Entonces ella se levantó y secó sus ojos, y tomando un crucifijo de su cuello me lo ofreció. Yo no sabía qué hacer, pues como fiel de la Iglesia Anglicana, me he acostumbrado a ver semejantes cosas como símbolos de idolatría, y sin embargo, me pareció descortésrechazárselo a una anciana con tan buenos propósitos y en tal estado mental.
Diario de Jonathan Harker en Drácula
07. Versus
08. timeline
10. Datos
09. Mapa
11. Equipo
"Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod"
Jonathan Harker llega a los Cárpatos
Diario de ana frank
Sábado, 20 de junio de 1942 Para alguien como yo es una sensación muy extraña escribir un diario. No solo porque nunca he escrito, sino porque me da la impresión de que más tarde ni a mí ni a ninguna otra persona le interesarán las confidencias de una colegiala de trece años. Pero eso en realidad da igual, tengo ganas de escribir y mucho más de desahogarme y sacarme de una vez unas cuantas espinas. «El papel es más paciente que los hombres.» Me acordé de esta frase uno de esos días medio melancólicos en que estaba sentada con la cabeza apoyada entre las manos, aburrida y desganada, sin saber si salir o quedarme en casa, y finalmente me puse a cavilar sin moverme de donde estaba. Sí, es cierto, el papel es paciente, pero como no tengo intención de enseñarle nunca a nadie este cuaderno de tapas duras llamado pomposamente «diario», a no ser que alguna vez en mi vida tenga un amigo o una amiga que se convierta en el amigo o la amiga «del alma», lo más probable es que a nadie le interese. He llegado al punto donde nace toda esta idea de escribir un diario: no tengo ninguna amiga. Para ser más clara tendré que añadir una explicación, porque nadie entenderá cómo una chica de trece años puede estar sola en el mundo. Es que tampoco es tan así: tengo unos padres muy buenos y una hermana de dieciséis, y tengo como treinta amigas en total, entre buenas y menos buenas. Tengo un montón de admiradores que tratan de que nuestras miradas se crucen o que, cuando no hay otra posibilidad, intentan mirarme durante la clase a través de un espejito roto. Tengo a mis parientes, a mis tías, que son muy buenas, y un buen hogar. Al parecer no me falta nada, salvo la amiga del alma. Con las chicas que conozco lo único que puedo hacer es divertirme y pasarlo bien. Nunca hablamos de otras cosas que no sean las cotidianas, nunca llegamos a hablar de cosas íntimas. Y ahí está justamente el quid de la cuestión.
Escribe el título de tu sección aquí
Sección 01
Vida y diario de Ana Frank
Sección 01
Escribe el título de tu sección aquí
Preparación: 1. En primer lugar, batimos los huevos con el azúcar con ayuda de una batidora de varillas, hasta que blanqueen y estén bien montados. 2. Añadimos la leche y el aceite, poco a poco, mientras seguimos batiendo. 3. Añadimos los ingredientes secos {harina, levadura, sal y ralladura de limón} y mezclamos con una espátula, o con las varillas, pero no demasiado, lo justo para que se mezclen los ingredientes y obtengamos una mezcla homogénea. 4. Dejamos reposar la masa a temperatura ambiente durante una media hora. Entre tanto, encendemos el horno a 200ºC para que vaya precalentando. 5. Repartimos la masa cuidadosamente en nuestras cápsulas de papel para magdalenas, sin llenarlas más de dos tercios para que no se nos derramen al hornear. Si nos gusta, podemos poner por encima un poco crocanti de almendra. 6. Horneamos a 200ºC durante unos 15-20 minutos, el tiempo exacto dependerá de nuestro horno. Como sucede con los bizcochos, podemos pinchar una para comprobar si están hechas. 7. Dejamos enfriar… Cogemos un buen libro… y ¡¡a disfrutar!!
Receta de Escarlatina
Duis autem vel eum iriure
Lorem ipsum dolor sit amet
Versus
Duis autem vel eum iriure dolor in hendrerit in vulputate velit esse molestie consequat, vel illumdolore eu feugiat.
+ info
+ info
Vídeo para conocer cómo una autora gallega crea una cocinera muy especial