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Asesinato de César Naranjo y la masacre al equipo judicial
Masacres que no se pueden olvidar

El 26 de noviembre de 1991, en horas de la mañana, un bloque armado de las Farc asesinó a César Naranjo, líder social de La Unión, una vereda de la localidad de Usme. Pasado el mediodía, el Cuerpo Técnico de Policía Judicial del Juzgado 75 de Bogotá, partió para el lugar del crimen, con el objetivo de hacer el levantamiento del cuerpo de Naranjo. Pero cuando el equipo judicial estaba a pocos metros de la casa del líder social, fue masacrado por esta misma guerrilla. 

El siguiente reportaje reconstruye la historia de ese hecho violento, porque como escribe el filósofo Paul Ricoeur “El deber de memoria, es el deber de hacer justicia mediante el recuerdo de otros”.   

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capitulo 3

sthefanyma98

Created on November 19, 2019

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Asesinato de César Naranjo y la masacre al equipo judicial

Masacres que no se pueden olvidar

El 26 de noviembre de 1991, en horas de la mañana, un bloque armado de las Farc asesinó a César Naranjo, líder social de La Unión, una vereda de la localidad de Usme. Pasado el mediodía, el Cuerpo Técnico de Policía Judicial del Juzgado 75 de Bogotá, partió para el lugar del crimen, con el objetivo de hacer el levantamiento del cuerpo de Naranjo. Pero cuando el equipo judicial estaba a pocos metros de la casa del líder social, fue masacrado por esta misma guerrilla. El siguiente reportaje reconstruye la historia de ese hecho violento, porque como escribe el filósofo Paul Ricoeur “El deber de memoria, es el deber de hacer justicia mediante el recuerdo de otros”.

Lugar de la masacre al equipo judicial

firmada por Gladys Celey de Prada, entonces directora técnica de registro y gestión de la información de la Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas. En el documento se lee: “No es viable jurídicamente incluir a la señora Nora Navarrete Riveros en el Registro Único de Víctimas. Lo anterior por cuanto su solicitud se enmarca dentro de las causales establecidas para denegar la inscripción en el Registro Único de Víctimas: Causas diferentes: no será consideradas víctimas quienes hayan sufrido afectaciones por hechos diferentes a aquellos directamente relacionados con el conflicto armado interno”. Al momento del cierre de este especial, Nora no había emprendido ninguna acción legal refutando la decisión.

la resolución número 2017-126812 del 10 de octubre de 2017

Nora Navarrete es la única sobreviviente de la masacre al Cuerpo Técnico de Policía Judicial del Juzgado 75 de Bogotá. Hoy, a sus 70 años, señala que no ha sido reconocida como víctima ante el Registro Único de Víctimas (RUV). Lo comprueba enseñando al equipo de periodistas

entregaron un documento a la Justicia Especial para la Paz (JEP)

Por su parte, los familiares de los miembros del Cuerpo Técnico de Investigación que murieron aquel 26 de noviembre,

el 9 de diciembre de 2019, en busca de verdad, justicia y reparación. Carlos Antonio Lozada, en la intervención que hizo en el evento en la JEP, reconoció que la masacre al Cuerpo Técnico Judicial fue un error militar: “Personalmente puedo decirles que pude escuchar de la voz de Jorge Briceño, comandante del Bloque Oriental, de esa época, que esas muertes obedecieron a un error. El objetivo militar que se tenía era producir una emboscada contra la Policía Nacional. Pero, desafortunadamente, por la forma en que se dirigía el dispositivo a esa región pues terminó cayendo en la emboscada el vehículo en donde se desplazaban los funcionarios del poder judicial”.

Masacres que enlutaron a la Fuerza Pública

El 28 de agosto de 1993, en inmediaciones de la vereda Las Mercedes, en zona rural de Usme, 13 policías fueron asesinados por un bloque de las Farc mientras escoltaban a Mauricio Cárdenas, entonces gerente de la Empresa de Energía de Bogotá. Según el diario El Tiempo, en la edición publicada el domingo 29 de agosto de 1993, justamente un mes antes de los hechos, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) había revelado “la existencia de un plan terrorista que la Coordinadora Guerrillera pretendía realizar entre agosto y septiembre de 1993. El plan criminal, llamado por la Coordinadora Guerrillera (CG) Septiembre Negro, contempla ataques terroristas indiscriminados contra miembros de las Fuerzas Públicas (...)”. El rumor de una gran ofensiva militar por parte de la Coordinadora Guerrillera, en el mes de septiembre, cobró fuerza con los hechos que acontecieron en los días siguientes a la masacre de los policías. Seis días después, el 3 de septiembre, 17 militares fueron asesinados por las Farc en Santa Rosa de Osos, municipio de Antioquia, ubicado a 80 kilómetros de Medellín.

Lugar de la masacre a los 13 policías

Sobre estas dos masacres y otras acciones del grupo armado contra miembros del Estado, el analista del conflicto armado Eduardo Pizarro expone: “lo que me mencionan es un hecho de la guerra, pero no hace parte de las acciones que tuvieron mayor valor estratégico en la idea de la toma de Bogotá, muy probablemente la idea… lo que está ocurriendo ahorita con el asesinato de muchos líderes sociales en el país, es que grupos armados ilegales, ya sean criminales, el Ejército de Liberación Nacional o disidencias de las Farc buscan, a través del asesinato de líderes sociales, el control del territorio y muy probablemente este tipo de acciones tenían que ver con la necesidad de las Farc de ir controlando el territorio, el sur de Bogotá, que era la zona de entrada estratégica del Bloque Oriental cuando hubiese condiciones para la toma de Bogotá”.

Masacre de Mondoñedo

...mientras que los otros cinco fueron condenados a 38 años de cárcel.

Tres de ellos habían sido condenados por la justicia ordinaria a 40 años de cárcel...

8 de los 10 miembros de la Dijin condenados por los asesinatos, comparecieron frente a la JEP, tras 21 años de la masacre.

Sus cuerpos fueron hallados, al siguiente día con tiros de gracia, signos de tortura e incinerados en El Alto de Mondoñedo, en Mosquera, Cundinamarca.

El 7 de septiembre, dos estudiantes fueron asesinados en las localidades de Fontibón y Kennedy, al occidente Bogotá.

Los hechos iniciaron el 6 de septiembre con la desaparición de 4 estudiantes reunidos en la bolera El Salitre, en Bogotá.

Los días 6 y 7 de septiembre de 1996 10 miembros de la Dijin secuestraron, torturaron y asesinaron a 6 estudiantes señalados de ser parte del Bloque Antonio Nariño.

Según el comunicado 98

Al día siguiente, otros policías, en Bogotá, asesinaron en la localidad de Fontibón a los estudiantes Federico Quesada y Martín Alonso Valdivieso Barrera, de la Universidad Distrital. Ambos eran militantes del Partido Comunista Colombiano y de la Unión Patriótica. Los policías señalados de la masacre comparecieron frente a la JEP el 28 de noviembre de 2018.

Masacre de Mondoñedo debilita a la guerrilla urbana

Carlos Antonio Lozada afirma que en los 19 años de trabajo militar que desarrolló en Bogotá, el periodo más difícil para su red fue 1996 “cuando nos mataron toda la dirección. Prácticamente de los que integrábamos la dirección quedé vivo yo. Capturaron primero dos compañeros de la dirección, dos mandos medios, y unos meses después capturaron los otros y los asesinaron”. El hoy senador de la República entrega pocos detalles de esa parte de la historia, que se vincula con la masacre de Mondoñedo, en la que miembros de la Dijin de la Policía asesinaron a 6 personas señaladas de hacer parte del Bloque Antonio Nariño. Los hombres fueron llevados a la hacienda Fute, ubicada en el Alto de Mondoñedo, en Mosquera (Cundinamarca), y allí fueron torturados y asesinados. Según el comunicado 98 de la JEP: “Sus cuerpos fueron incinerados y abandonados en el basurero de Mondoñedo, en la vía Mosquera-Soacha (Cundinamarca)”. Las víctimas fueron: Jenner Alfonso Mora Moncaleano y Vladimir Zambrano Pinzón, militantes de la Unión Patriótica; Juan Carlos Palacios Gómez, estudiante de la Universidad Distrital; y Arquímedes Moreno Moreno, edil de la localidad de Usme por la Unión Patriótica y dirigente comunal del barrio El Porvenir.

de la institución: “A la audiencia, que duró cinco horas y media, asistieron ocho comparecientes de la Policía Nacional: Mayor(r) Héctor Castro, Capitán(r) Carlos Niño, Sargento viceprimero(r) Néstor Barrera, Cabo primero(r) Pablo Salazar, Cabo primero(r) Hernando Villalba, Subintendente(r) Milton Marino, Subintendente (r) Carlos Alfonso y el Agente(r) Filemón Fabara”.

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