capitulo1

De Casa Verde a Bogotá

Usme, la quinta localidad de Bogotá, es un paisaje de casas apeñuscadas de distintos tamaños, hechas en su mayoría de ladrillo rojo, con fachadas de todos los colores. Tiene calles pavimentadas y destapadas, anchas y angostas, planas e inclinadas. Transitan por ellas gente con trajes humildes que dan cuenta de los vientos fríos que llegan de la cordillera oriental. Es domingo, y en Usme se escuchan voces infantiles y adultas, y música que emana de las casas, las tiendas y los restaurantes sencillos. Es una localidad popular, como se llama en Colombia a esos lugares en los que lo rural y lo urbano se yuxtaponen; y es que Usme, ubicada en el extremo sur de la capital del país, es más lo primero que lo segundo. Basta leer en los datos de la

Veeduría Distrital

que su distribución urbana es solo del 23 %. Además, detrás de esos barrios de ladrillos se extiende una cadena de montañas que van dando vida a la cordillera en la que se encuentra la localidad vecina: Sumapaz, la última de Bogotá por el sur, y la única 100 % rural.

Los pobladores de estas localidades recibieron con jolgorio la firma del Acuerdo de Paz, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), y el gobierno de Juan Manuel Santos. En efecto, dicen algunos campesinos de la zona, sintieron tranquilidad en su territorio por algunos meses. No obstante, el rearme de un grupo de altos mandos de la desmovilizada Farc, en agosto de 2019, encendió las alarmas, la desconfianza y el miedo en los habitantes. "Nosotros no nos sentimos seguros. Por eso es que uno hay veces que cuando llega gente así, rara, como ustedes (equipo periodístico), dice uno "pero ¿quiénes son?". Con tanta vaina que hay ahora", manifiesta una mujer que pide que su nombre no se publique. Dagoberto Bohórquez, residente de la zona rural de Usme, señala que "hay rumores de que vuelve la guerrilla por aquí a estas regiones. Uno de corazón quisiera que no volviéramos a vivir los años del noventa, y de todo eso porque son los años más duros que nos ha tocado vivir a nosotros como campesinos. Los rumores dicen que como los jefes se 'abrieron' de los diálogos de paz, que como volvieron a retomar las armas, ellos van a crear sus nuevos frentes y van a volver a recuperar algunas zonas de Cundinamarca o de Sumapaz."

Durante la década del noventa y los primeros años del 2000, los habitantes de Usme fueron testigos del trabajo político y de los actos bélicos orquestados por el grupo armado: masacres, estrategias propagandísticas, extorsiones, secuestros, entre otras acciones que eran consecuencia de la

VII Conferencia de las Farc

en la que el grupo armado se propuso desplegar nuevos frentes guerrilleros a zonas urbanas en busca de la toma del poder. Un punto estratégico era la cordillera oriental, en el departamento de Cundinamarca, para acercarse a la capital del país. A lo decidido en la VII Conferencia se sumó que el 9 de diciembre de 1990, el mismo día en el que los colombianos votaron por La Asamblea Nacional Constituyente, bajo el gobierno de César Gaviria se desarrolló la Operación Colombia, con la que se buscó atacar Casa Verde, el reconocido campamento de las Farc, ubicado en las inmediaciones del Río Duda en Uribe, Meta. Según el periódico El Tiempo del 11 de diciembre de ese año, el operativo que movilizó más de 1.200 miembros del Ejército, consiguió reducir Casa Verde, pero no al Secretariado de las Farc, conformado por Manuel Marulanda, Efraín Guzmán, Jacobo Arenas, Alfonso Cano, 'Mono Jojoy' y Raúl Reyes.

Toma Casa Verde

El docente, escritor y analista del conflicto armado Eduardo Pizarro recuerda cómo, a finales de los años 80 e inicios de los 90, las Farc se ciernen sobre la cordillera oriental, dentro de un plan militar para cercar a Bogotá: “La importancia de Casa Verde, de La Uribe es que bordea Bogotá, porque Bogotá es una cosa increíble, además de los barrios de carácter urbano, tiene una extensa zona rural, que es toda la región de Usme hasta el Sumapaz que llega hasta el departamento del Meta. Entonces cuando las Farc pensaban en llegar a la región del Sumapaz, era pisando ya territorios de Bogotá”.

En Uribe, Meta, las Farc instalaron uno de sus campamentos más importantes: Casa verde. Allí operaba, en la década del ochenta, la instancia más alta de la organización.

En ese municipio, durante el gobierno de Belisario Betancourt, se llevó a cabo el primer proceso de paz con el grupo armado. Sin embargo, los acuerdos firmados en marzo de 1984 fracasaron.

En parte por el exterminio de la Unión Patriótica (UP), cuyos integrantes fueron asesinados por paramilitares, en algunos casos con complicidad del Estado.

Pero tambien por la resistencia de esta guerrilla de mantenerse en armas y desplegarse para cercar a Bogotá.

En 1990, bajo el gobierno de Cesar Gaviria, se atacó Casa Verde, en un operativo militar que movilizó más 1.200 hombres.

A partir del ataque a la sede del Secretariado de las Farc, la organización guerrillera resolvió hacer efectiva las primeras acciones en las ciudades, en especial Bogotá, la sede del poder político-administrativo. En consecuencia, los frentes rurales ubicados desde los años 80 en Cundinamarca, empezaron a realizar operativos en los municipios más cercanos a Bogotá, particularmente los que limitaban con las localidades del sur de la ciudad cuya población es mayoritariamente de estratos uno, dos y tres. La presencia de las Farc en las zonas rurales de Bogotá es reconocida históricamente. Frecuentemente se habla de la injerencia del grupo guerrillero en Sumapaz, pero poco se habla de la presencia en la localidad más próxima de la Bogotá urbana: Usme.

Usme

Localidad N°5 de Bogotá

Fuente: Ficha Local Usme, Veeduría Distrital

450.000

Habitantes

Segunda localidad con más extensión rural después de Sumapaz.

118

El delito más recurrente es el hurto.

Sectores catastrales