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Created on May 8, 2019
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Transcript
¿Qué libro empieza así...?
EMPEZAR
Un día de otoño del año pasado fui a visitar a mi amigo Sherlock Holmes y lo encontré enfrascado en una conversación con un caballero de edad madura, muy robusto, de rostro encendido y pelo rojo como el fuego. Tras pedir disculpas por mi intromisión, me disponía a retirarme cuando Holmes me hizo entrar de un tirón y cerró la puerta a mis espaldas.
La Liga de los pelirrojos
Estudio escarlata
Un día de otoño del año pasado fui a visitar a mi amigo Sherlock Holmes y lo encontré enfrascado en una conversación con un caballero de edad madura, muy robusto, de rostro encendido y pelo rojo como el fuego. Tras pedir disculpas por mi intromisión, me disponía a retirarme cuando Holmes me hizo entrar de un tirón y cerró la puerta a mis espaldas.
La liga de los pelirrojos
¡Correcto!
Un día de otoño del año pasado fui a visitar a mi amigo Sherlock Holmes y lo encontré enfrascado en una conversación con un caballero de edad madura, muy robusto, de rostro encendido y pelo rojo como el fuego. Tras pedir disculpas por mi intromisión, me disponía a retirarme cuando Holmes me hizo entrar de un tirón y cerró la puerta a mis espaldas.
¡Incorrecto!
Estudio escarlata
¿Cuántos días, cuántos crueles, torturadores días hace que viajan así, sacudidos, zangoloteados, golpeados sin piedad contra la caja de la galera, aprisionados en los asientos duros? Catalina ha perdido la cuenta. Lo mismo pueden ser cinco que diez, que quince; lo mismo puede haber transcurrido un mes desde que partieron de Córdoba, arrastrados por ocho mulas dementes. Ciento cuarenta y dos leguas median entre Córdoba y Buenos Aires; y aunque Catalina calcula que ya llevan recorridas más de trescientas, sólo ochenta separan, en verdad, a su punto de origen y la Guardia de la Esquina, próxima parada de las postas.
El capote de Gogol
La galera. Manuel M. Lainez
¿Cuántos días, cuántos crueles, torturadores días hace que viajan así, sacudidos, zangoloteados, golpeados sin piedad contra la caja de la galera, aprisionados en los asientos duros? Catalina ha perdido la cuenta. Lo mismo pueden ser cinco que diez, que quince; lo mismo puede haber transcurrido un mes desde que partieron de Córdoba, arrastrados por ocho mulas dementes. Ciento cuarenta y dos leguas median entre Córdoba y Buenos Aires; y aunque Catalina calcula que ya llevan recorridas más de trescientas, sólo ochenta separan, en verdad, a su punto de origen y la Guardia de la Esquina, próxima parada de las postas.
¡Correcto!
La galera. Manuel M. Lainez
¿Cuántos días, cuántos crueles, torturadores días hace que viajan así, sacudidos, zangoloteados, golpeados sin piedad contra la caja de la galera, aprisionados en los asientos duros? Catalina ha perdido la cuenta. Lo mismo pueden ser cinco que diez, que quince; lo mismo puede haber transcurrido un mes desde que partieron de Córdoba, arrastrados por ocho mulas dementes. Ciento cuarenta y dos leguas median entre Córdoba y Buenos Aires; y aunque Catalina calcula que ya llevan recorridas más de trescientas, sólo ochenta separan, en verdad, a su punto de origen y la Guardia de la Esquina, próxima parada de las postas.
¡Incorrecto!
El capote de Gogol
Hay objetos que jamás nos pertenecerán del todo. No importa que se trate de antiguas reliquias familiares, pasadas de mano en mano a través de las generaciones. No importa si los recibimos como regalo de cumpleaños o si pagamos por ellos una buena cantidad de dinero… Estos objetos guardan siempre un revés, una raíz que se extiende hacia otras realidades, un bolsillo secreto. Son objetos con rincones que no podemos limpiar ni entender. Objetos que se marchan cuando dormimos y regresan al amanecer. Los espejos, por ejemplo. No hay duda alguna de que los espejos pertenecen a esta categoría. Más aún… Si tuviésemos que hacer una lista de objetos fantasmales, rebeldes, incontrolables, los espejos ocuparían el primer lugar.
El espejo africano
Alicia a través del espejo
Hay objetos que jamás nos pertenecerán del todo. No importa que se trate de antiguas reliquias familiares, pasadas de mano en mano a través de las generaciones. No importa si los recibimos como regalo de cumpleaños o si pagamos por ellos una buena cantidad de dinero… Estos objetos guardan siempre un revés, una raíz que se extiende hacia otras realidades, un bolsillo secreto. Son objetos con rincones que no podemos limpiar ni entender. Objetos que se marchan cuando dormimos y regresan al amanecer. Los espejos, por ejemplo. No hay duda alguna de que los espejos pertenecen a esta categoría. Más aún… Si tuviésemos que hacer una lista de objetos fantasmales, rebeldes, incontrolables, los espejos ocuparían el primer lugar.
¡Correcto!
El espejo africano
Hay objetos que jamás nos pertenecerán del todo. No importa que se trate de antiguas reliquias familiares, pasadas de mano en mano a través de las generaciones. No importa si los recibimos como regalo de cumpleaños o si pagamos por ellos una buena cantidad de dinero… Estos objetos guardan siempre un revés, una raíz que se extiende hacia otras realidades, un bolsillo secreto. Son objetos con rincones que no podemos limpiar ni entender. Objetos que se marchan cuando dormimos y regresan al amanecer. Los espejos, por ejemplo. No hay duda alguna de que los espejos pertenecen a esta categoría. Más aún… Si tuviésemos que hacer una lista de objetos fantasmales, rebeldes, incontrolables, los espejos ocuparían el primer lugar.
¡Incorrecto!
Alicia a través del espejo
... tenía que tomar una decisión importante. —¿Me tiro o no me tiro? Miró para abajo. —¡Gggg! ¡Me da vértigo! Volvió a mirar. —¡Gggggggggg! Se dijo a sí misma: “Filotea, coraje”. Juntó las manos, cerró los ojos, apretó la respiración, tomó impulso y... no se tiró.
FILOTEA
ANIMALES
... tenía que tomar una decisión importante. —¿Me tiro o no me tiro? Miró para abajo. —¡Gggg! ¡Me da vértigo! Volvió a mirar. —¡Gggggggggg! Se dijo a sí misma: “Filotea, coraje”. Juntó las manos, cerró los ojos, apretó la respiración, tomó impulso y... no se tiró.
¡Correcto!
FILOTEA
... tenía que tomar una decisión importante. —¿Me tiro o no me tiro? Miró para abajo. —¡Gggg! ¡Me da vértigo! Volvió a mirar. —¡Gggggggggg! Se dijo a sí misma: “Filotea, coraje”. Juntó las manos, cerró los ojos, apretó la respiración, tomó impulso y... no se tiró.
¡Incorrecto!
ANIMALES
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el consejo”, de nuestro hombre se decía: “El emperador está en el vestuario”.
El traje nuevo del emperador
El emperador de las 8 islas.
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el consejo”, de nuestro hombre se decía: “El emperador está en el vestuario”.
¡Correcto!
El traje nuevo del emperador
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el consejo”, de nuestro hombre se decía: “El emperador está en el vestuario”.
¡Incorrecto!
El emperador de las 8 islas.
Y empezó (la historia) en día jueves y en la segunda hora, en el preciso momento en que Santiago Berón, el más petiso, vio entrar por la puerta del aula de tercer año a Teresita Yoon, la nueva. A partir del recreo de las diez...
Historia de un amor exagerado. Graciela Montes
Historias a Fernández. Wolf, Ema
Y empezó (la historia) en día jueves y en la segunda hora, en el preciso momento en que Santiago Berón, el más petiso, vio entrar por la puerta del aula de tercer año a Teresita Yoon, la nueva. A partir del recreo de las diez...
Historia de un amor exagerado. Graciela Montes
¡Correcto!
Y empezó (la historia) en día jueves y en la segunda hora, en el preciso momento en que Santiago Berón, el más petiso, vio entrar por la puerta del aula de tercer año a Teresita Yoon, la nueva. A partir del recreo de las diez...
Historias a Fernández. Wolf, Ema
¡Incorrecto!
Yo tengo un elefante que se llama trompita que mueve la oreja llamando a su mamita y la mama l le dice portate bien tronpita si no te voy hacer chacha en la colita
Canciones de todos los tiempos
Un cancionero y dos lenguas
Yo tengo un elefante que se llama trompita que mueve la oreja llamando a su mamita y la mamá le dice portate bien trompita si no te voy hacer chacha en la colita
¡Correcto!
Canciones de todos los tiempos
Yo tengo un elefante que se llama trompita que mueve la oreja llamando a su mamita y la mamá le dice portate bien trompita si no te voy hacer chacha en la colita
¡Incorrecto!
Un cancionero y dos lenguas
biblio 4 D.E. 4
Fin de este juego
El próximo juego lo armamos entre todos.-