Cuento

¿Qué nos pasa a los adultos?

La mirada de la infancia

Como todos los días, Oscar salía de su cole para ir a su casa. Hoy le tocaba recogerlo a su padre, pues su madre, que es traumatóloga, estaba de guardia en el Hospital. Su padre al verlos salir, notó que algo no iba bien, lo notaba un poco raro, estaba más pensativo de la cuenta. Como siempre hacía su padre le dio un beso y le preguntó: -¿Cómo ha ido el día de hoy?

Oscar le comentó: - Hoy el día ha estado muy bien. Y se puso a caminar al lado de su padre. Esta vez no hablaba como otras veces. Su mirada estaba perdida.

- Seguro que hoy en el Colegio han tratado un tema que no le ha dejado indiferente. Mascuyó su padre. - ¿Has aprendido algo nuevo? Oscar con cierto desconcierto miró a su padre y le dijo:

- Sí papá, pero ....

Y volvió el silencio

Notando su padre que algo rondaba su cabeza, decidió cogerlo sobre sus hombros y caminaron hacia casa. Al llegar a casa, Oscar se dirigió a su cuarto para dejar las cosas del Colegio y cambiarse de ropa. Su padre, se fue a la cocina para terminar de hacer la comida, que preparó por la noche junto a la madre de Oscar. Hoy tocaba lentejas con ensalada. Pasado un rato el padre llama a Oscar: - ¡Oscar ayúdame a poner la mesa que vamos a comer ya!

- ¡Voy papá! Respondió Oscar. Estando los dos en la cocina, se entabló una conversación entre los dos. -Oscar ¿qué te pasa? - preguntó su padre con total delicadeza. - Estás muy pensativo. - Es que hoy es el día de la mujer y hemos estado hablando en clase sobre el tema y hay cosas que no entiendo...

-¿Cómo qué?

Preguntó su padre

-Pues mira papá. Hoy la maestra nos ha estado contando una serie de cosas que nosotros no nos lo creíamos al principio. - ¿Cómo por ejemplo?- Volvió a preguntar su padre. Mientras ponía la mesa, Oscar le decía a su padre: - Ella nos hablaba sobre el tema de la igualdad. Dice que hay muchas mujeres que teniendo el mismo puesto de trabajo que un hombre, cobran menos

¿Por qué? ¿Por qué tienen que cobrar menos si hacen el mismo trabajo?

Nosotros en clase, todos trabajamos lo mismo y a nadie se le pone menos nota por ser una niña. Cada uno recibe lo que se merece. Todos somos alumnas y alumnas. ¿Por qué los mayores si hacéis esa diferencia?

Y así prosiguieron hablando durante toda la comida. El padre de Oscar es el que se volvió pensativo ahora y se decía a sí mismo: -Todos somos iguales gracias a que somos únicos y únicas e inimitables. Los niños lo saben, lo entienden...¿qué nos pasa a los adultos?

GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN

Víctor Molinero Barranco