La Regenta

LA REGENTA

De Leopoldo Alas, Clarín.

ARGUMENTO

La Regenta cuenta la historia de Ana Ozores, una mujer perteneciente a la burguesía alta de Vetusta, insatisfecha con su vida, a pesar del éxito socia1, que intenta realizar sus aspiraciones amorosas y espirituales, pero choca contra un ambiente opresivo y gris que no se lo va a permitir.

EL AUTOR

Leopoldo Alas, Clarìn, (1852-1901), fue catedrático en la Facultad de Derecho en Oviedo, donde residió toda su vida. Ensayista, periodista y uno de los más agudos críticos literarios de su época. Burgués, de ideología liberal, fue independiente desde un punto de vista literario. Además de la Regenta, su obra cumbre, escribió otra novela, Su único hijo, y varios relatos.

LOS PROTAGONISTAS

ANA OZORES, LA REGENTA Joven, bella, ingenua, egocéntrica, apasionada, insatisfecha, inestable, marcada por la muerte prematura de su madre y las convenciones de una sociedad hipócrita.

DON V´ICTOR QUINTANAR Casada con Don Víctor Quintanar, Regente de Vetusta, mucho mayor que ella, del que no está enamorada y con quien tiene una relación casi de padre e hija. Muere en un duelo contra Alvaro Mesía.

DON ALVARO MESIA

Para satisfacer su malestar vital, Ana se deja llevar por sus impulsos y emprende dos caminos, uno carnal y otro espiritual. Mantiene una relación con Alvaro Mesía, el Don Juan de Vetusta. Hombre superficial y sin escrúpulos, se aprovecha de la pasión de Ana y al final la abandona.

DON FERMIN DE PAS, EL MAGISTRAL

Tiene una relación mística con don Fermín, Magistral de la Catedral, uno de los hombres más influyentes y admirados de la ciudad, ambicioso, manipulador, sin verdadera vocación religiosa, secretamente enamorado de Ana, a quien deja de lado tras la muerte de don Víctor.

VETUSTA

Todos ellos viven en la ciudad de Vetusta (Oviedo), personaje colectivo que representa la sociedad hipócrita y tediosa de la época

Retrato de una sociedad

La novela supone un certero e implacable análisis de de la sociedad española del periodo de la Restauración. La historia se desarrolla en Vetusta (Oviedo), una ciudad dominada por una burguesía hipócrita y mediocre obsesionada por las apariencias, que se disputa el poder de la Iglesia, pero se une a ella para frenar el la ascensión del proletariado y asegurar un orden social que mucho se aleja del que propugnaba la burguesía liberal de mediados del siglo. Esta sociedad, regida por los convencionalismos, las tradiciones y la falsa religiosidad, imposibilita la realización personal de Ana Ozores que, en su ciego intento de ser feliz, termina sola y repudiada por todos.

Estilo

La Regenta está considerada por muchos una novela total, ya que concilia un minucioso retrato de la sociedad con una extraordinaria profundidad psicológica de los personajes y un impecable rigor formal. Clarín emplea la técnica realista detallista en la que destaca una fuerte influencia naturalista, en la descripción descarnada de ciertos personajes y situaciones. Para ahondar en la psicología de los protagonistas, el autor utiliza recursos como el monólogo interior, el sueño y el discurso indirecto libre.

UN FINAL GROTESCO

Tras la muerte de Don Víctor en Vetusta todos culpan a Ana de lo ocurrido y se queda sola, repudiada por la sociedad, por su amante y por su confesor. La Regenta, abandonada por Don Fermín, cae desmayada en el suelo de la Catedral donde la encuentra Celedonio, el acólito:

Abrió, entró y reconoció a la Regenta desmayada.Celedonio sintió un deseo miserable, una perversión de la perversión de su lascivia: y por gozar un placer extraño, o por probar si lo gozaba, inclinó el rostro asqueroso sobre el de la Regenta y le besó los labios. Ana volvió a la vida rasgando las nieblas de un delirio que le causaba náuseas.Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo.

La Regenta y Madame Bovary

Hay varias coincidencias entre la obra de Clarín y la de Flaubert. Ambas protagonistas, Ana y Emma, perdieron a su madre demasiado pronto, están casadas con hombres a quienes no aman, comparten su afición por la literatura, se sienten insatisfechas y abrumadas por la mediocridad de la sociedad a la que pertenecen. Hubo incluso un periodista, Luis Bonafoux, que acusó al español de haber plagiado al francés en una escena en que los protagonistas acuden al teatro a ver Don Juan Tenorio. Quizá más que simple plagio, se pueden considerar intertextualidad u homenaje.